"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


miércoles, 23 de marzo de 2011

Descubren 17 especies de avispas de las agallas en los robles de Panamá


Un proyecto hispano-panameño ha revelado una "sorprendente y rica biodiversidad" de avispas de las agallas en los árboles del género Quercus (robles) que integran la mayoría de los bosques nubosos de Panamá. El estudio, dirigido por los investigadores José Luis Nieves Aldrey del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y Enrique Medianero de la Universidad de Panamá, describe un género nuevo y 17 nuevas especies para la ciencia de avispas de las agallas.

Los árboles del género Quercus sirven de huésped a un gran número de organismos entre los que destacan las avispas inductoras de agallas, pertenecientes a la familia de los cinípidos. Estos himenópteros fitófagos poseen la facultad de inducir agallas complejas en las plantas, dentro de las cuales el insecto encuentra cobijo para su desarrollo larvario, nutrición y protección frente a las condiciones climáticas externas y frente a los predadores.
Aunque están formadas por tejidos vegetales, las agallas están controladas por los genes del insecto que las produce, generando tejidos nutritivos y protectores, completamente nuevos, en su exclusivo beneficio.
Las agallas de cinípidos constituyen pequeños microhábitats de los que dependen multitud de organismos para su supervivencia. Son verdaderos puntos calientes de biodiversidad, también conocidos como hot spots, porque "albergan comunidades complejas de otros insectos como inquilinos, parasitoides y sucesores, que se estructuran en diferentes niveles tróficos". La eliminación del recurso que suponen las agallas supondría eliminar muchas especies asociadas a ellas.
Ecosistema frágil y amenazado
Los bosques nublados montanos tropicales representan un raro y frágil ecosistema que se encuentra en peligro en muchos lugares del planeta, principalmente por la acción humana y el cambio climático. En Centroamérica, son especialmente relevantes los bosques de especies del género Quercus, que son una herencia de los períodos glaciares y actualmente se encuentran amenazados por el deterioro, fragmentación y reducción de su área de distribución.
Según los investigadores "es urgente acelerar la protección y conservación de estos frágiles bosques". En este sentido, las avispas pueden ser utilizadas como indicadores del estado de conservación de estos ecosistemas, lo que supone una de las aplicaciones más prácticas y directas del estudio.
Este es un aspecto que los autores no quieren pasar por alto: "Los resultados de nuestro estudio refuerzan la idea que teníamos de su alta diversidad biológica, aún desconocida en gran parte, y esperamos que el estudio contribuya a concienciar a los responsables de la conservación y a la sociedad en general de la necesidad de preservar estos hábitats tan vulnerables", concluyen José Luis Nieves Aldrey y Enrique Medianero.
La conservación de estos bosques garantizaría no sólo la protección de la riqueza de las especies de cinípidos, sino también la preservación el proceso coevolutivo que representa esta singular relación entre los robles y las avispas de la familia Cynipidae.














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