"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


lunes, 31 de octubre de 2011

Agujeros negros (I): guía para perplejos


La mayoría de nosotros guarda un vínculo casi emocional con algunos temas no necesariamente relacionados con aquellos a los que se dedica, ya sea el arqueólogo apasionado por la Segunda Guerra Mundial o el director de comedias románticas aficionado a las películas de zombies. Si por casualidad, la conversación deriva hacia ese tema, uno se puede permitir un poco de relax y la satisfacción de compartir una de sus pasiones. Y si se lo dejan en bandeja, como me ocurrió el otro día, mejor que mejor.

-
Y a ti, Miguel, ¿qué clase de objetos es la que más te gusta del Cosmos?
- Los agujeros negros - contesto sin dudar.
Pues sí. En mi caso, si tuviera que decir cuál es el objeto astronómico que más me atrae, tanto para tener una buena conversación como para escribir ciencia ficción, me inclinaría por los agujeros negros, abismos insondables que devoran y retuercen, cual monstruos mitológicos, el telar del espacio y el tiempo a su alrededor. Monstruos a los que haremos una visita hoy.
- Pensaba que estudiabas nebulosas planetarias...
- Sí, y me encantan - me encojo de hombros- , pero los agujeros negros me despiertan una inquietud distinta, algo aquí dentro que...
- ¿Intriga? - dice, torciendo la sonrisa- ¿Desafían los límites de tu entendimiento?
- Bueno, algo así.
- Pues imagínate a mí, que prácticamente no sé ni lo que son...
Esta vez la pregunta implícita ni siquiera me incomoda.
- Un agujero negro es un objeto con suficiente masa, comprimida en una región lo bastante pequeña, como para que la velocidad necesaria para escapar de su atracción gravitatoria sea mayor que la de la luz...
Mi interlocutor frunce el ceño, aparentemente sin comprender.
- En otras palabras, un objeto tan masivo, a la vez que pequeño, del cuál ni siquiera la luz puede escapar. De ahí que sea negro, o sea, que no emita luz visible, ni radiación electromagnética alguna.
- Ah, ya lo entiendo... - y entorna los ojos, pensativo- . Algo así debe ser muy denso, ¿no?
- Bueno, no se trata de algo que puedas comparar con nada conocido. Imagino que has oído aquello de que la densidad de una enana blanca (la etapa final de la vida de una estrella de masa parecida a la del Sol como estrella central de una nebulosa planetaria, de la que ya hablamos en el primer artículo de esta guía para perplejos) es tal que una cucharilla de té de su materia pesaría tanto como un camión hormigonera lleno de cemento.
Mi amigo pone cara de asombro.
- Bien, pues dicha densidad no es nada; la Tierra se convertiría en un agujero negro si todo el planeta, con sus 6 cuatrillones de kilogramos, estuviera estrujado en una esfera del tamaño de una canica.
Ahora deja caer la mandíbula y mira al infinito, intentando imaginar semejante barbaridad.
- Íbamos a estar bastante apretados ahí dentro - comento con una sonrisa...
- Vaya... - dice al recuperar el habla- vete tú ahora a quejarte de los pisos de 30 metros cuadrados...
- Pues sí. Como ves, además de masivos, son relativamente pequeños. Un agujero negro normal y corriente, de unas 10 masas solares, está comprimido en una esfera de 30 kilómetros de radio.
- Algo tan pequeño y oscuro perdido en el espacio profundo... - y entonces se detiene, y una sonrisa burlona cruza su cara- . Un momento... ¿entonces cómo se los ha visto? Es más, ¿Cómo se sabe que existen? Porque si no emiten luz alguna, como dices, son invisibles, ¿no? Indetectables...
- Bueno, bueno, ¡dame un respiro! Vayamos por partes. Hay bastantes evidencias de que existen, ya que aunque invisibles directamente, no son indetectables, pues siguen atados a la fuerza gravitatoria - como recordará quien haya leído la anterior entrega de la guía para perplejos- , de manera que podemos detectarlos por las perturbaciones orbitales que causan en las estrellas cercanas. O por la manera en que curvan la luz de otros objetos del fondo, haciendo que rodee el agujero por varios caminos (la que no es absorbida por él, se entiende).
Hago una breve pausa durante la que me mira, asintiendo.
- Y también por su emisión en rayos X.
Su gesto de comprensión se rompe de repente.
- Pero... ¿en qué quedamos? ¿Emiten o no emiten?
- Perdona, ellos directamente no - digo levantando las manos- . Lo que ocurre es que en muchos casos los agujeros negros están "casados'' gravitatoriamente con estrellas bastante desgraciadas, formando un sistema binario muy especial en el que el campo de marea del agujero negro arranca materia de su estrella compañera, atrayéndola progresivamente hasta formar un disco giratorio alrededor de él. Hasta ahí, nada nos permitiría ver el agujero - asiente de nuevo- . Pero según el gas va cayendo y rotando, su fricción en el disco es tan intensa y la velocidad que alcanza, acelerada por el campo gravitatorio, tan grande, que en el proceso no se libera luz visible sino rayos X, muchísimo más energéticos. Y éstos, emitidos desde fuera del agujero negro, sí que pueden alejarse y llegar hasta nosotros.
- Ah...
- Y por otro lado, como también hay en juego campos magnéticos muy fuertes, parte del gas en el disco no llega a caer, sino que, a veces, una pequeña fracción es expelida a velocidades cercanas a la de la luz canalizada por el campo magnético. Son esos violentos procesos los que sí podemos observar desde telescopios en órbita sobre la Tierra. En resumen, esperamos que en las cercanías de un agujero negro pueda haber intensísimas fuentes de rayos X.
- Ah, eso es otra cosa...
- Y de manera similar, pero mediante la detección en ondas de radio e infrarrojo de gas muy caliente en el centro de la Vía Láctea, hemos hallado una masa de casi 4 millones de veces la del Sol encerrada en una región más pequeña que el Sistema Solar: un agujero negro supermasivo que reside en el centro mismo de nuestra galaxia.
- ¡Suena muy agresivo! Apuesto a que, de dónde quiera que vengan, los agujeros negros habrán nacido por un proceso violento...
- Puedes estar seguro: creemos que un agujero negro se forma tras la explosión de ciertas supernovas...
- Supernova... Eso era una peli con Marta Sánchez, ¿no?
- Sí, y también una de ciencia ficción que tenía tanto que ver con una supernova de verdad como la de Marta Sánchez. Pero eso no viene al caso. Una supernova es lo que ocurre al final de la vida de una estrella muy masiva. Verás, la estrellas se pasan el tiempo sintetizando en su núcleo elementos más pesados a partir de otros más ligeros; así es como consiguen la energía que liberan en forma de luz, y la presión de radiación que equilibra la gravedad de la propia estrella.
- ¿Presión... que equilibra? Será mejor que te expliques.
- Sí. La vida de una estrella es una lucha constante entre dos fuerzas...
- No me lo digas... ¿el bien y el mal? O mejor aún, ¡la luz y la oscuridad!
- Nos hemos levantado peliculeros hoy, ¿eh? Pues no. Una estrella pesa tanto que se hundiría sobre sí misma de no ser por la energía en forma de luz que produce, que ejerce una presión que...
- ¿Cómo? - me interrumpe alarmado- ¿Que la luz ejerce presión? ¿Quieres decir que empuja el gas con el que choca?
- Exactamente. Como esos molinillos con palas blancas por un lado y negras por el otro que giran como locos cuando los pones al sol. Si tuviéramos una "vela" lo suficientemente amplia incluso podríamos usarla para desplazarnos en el espacio como en una regata.
- Vale, vale, te creo. La energía generada por la estrella ejerce presión...
- Y esta presión - completo- tiende a hinchar la estrella como si fuera un globo, compensando la fuerza de gravedad. Así, habrá fases tardías en su vida en las que producirá más energía, por lo que se expandirá, tragándose algunos de sus posibles planetas, y otras de carestía en las que ocurrirá lo contrario.
- ¿Y qué tiene que ver eso con una supernova?
- Pues que, cuanto más masiva sea una estrella, más pesados serán los elementos que puede llegar a sintetizar y a disponer en capas, como si fuera una cebolla. Desde el exterior adentro: hidrógeno, helio, nitrógeno, carbono, oxígeno... etc. Pero eso, y aquí está el quid de la cuestión, tiene un límite: el hierro. Cuando una estrella de 10 masas solares ha ido transformando los elementos y se ve de repente con un núcleo de hierro recién sacado del horno, descubre con horror que no puede hacer nada con él, porque para sintetizar elementos más pesados se necesita energía en lugar de producirla.
- Oh, oh.
- Y entonces es demasiado tarde. La estrella deja de liberar energía, y la presión de radiación ya no puede hacer frente a la descomunal gravedad. En un desastre que dura escasos minutos, la estrella colapsa, hundiéndose a toda velocidad sobre sí misma, y al llegar al núcleo rebota, produciendo una explosión de proporciones mastodónticas, cuyo brillo supera al de una galaxia entera.
- Ríete tú de la estrella de la muerte...
- Y en su núcleo, si la estrella era lo suficientemente masiva, puede continuar el colapso, acabando en una estrella de neutrones, o seguir sin que nada pueda detenerlo, y producir un agujero negro.
- ¿Una estrella de neutrones?
- Sí. Si la estrella no es muy masiva, el colapso puede frenarse cuando todos los protones y los electrones de la estrella se combinan formando neutrones, cuya presión conjunta podría equilibrar la gravedad. Son objetos muy compactos, aún más que las enanas blancas, pero menos, claro, que los agujeros negros.
- Estrella de neutrones, agujero negro...- comenta mi amigo con sorna- . La verdad es que eso del colapso suena un poco... fantasioso.
- Pues eso mismo pensó Eddington: Chandrasekhar formuló la idea del colapso estelar en los años 30 y concluyó que era inevitable el colapso de una estrella muy masiva hasta una "singularidad", cuya descripción como una solución puramente matemática, en términos de Relatividad General, habían hecho Schwarzschild, Weyl y Droste. A Eddington le pareció que el Universo no podía ser un lugar tan aberrante que permitiera tal cosa, y su gran influencia hizo que a Chandrasekhar no se le tomara demasiado en serio.
- Típico...
- Puede; Eddington era un prestigioso científico. Pero lo cierto es que, a pesar de su resistencia, la Ciencia (como siempre) terminó poniendo las cosas en su sitio: una década más tarde Snyder y Oppenheimer revisaron la evolución estelar y llegaron al mismo resultado que Chandrasekhar. A partir de cierto límite de masa (que hoy lleva su nombre, por cierto), el colapso provocaría una "singularidad" (no se comenzaría a hablar de "agujeros negros" hasta finales de los 60).
- Aceptamos colapso, entonces - dice mostrando las palmas- . Ciertamente, qué objetos tan agresivos... Entre eso, y que absorben todo a su alrededor... ¿qué peligro, no?
Niego con la cabeza.
- Que la luz no pueda escapar de ellos no quiere decir que absorban a sus vecinos como si fueran una aspiradora gigante. Sus posibles estrellas compañeras seguirán orbitando a su alrededor como lo hacían antes del colapso. Piensa que en el centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia, hay precisamente un agujero negro de proporciones gigantescas. Y aquí seguimos nosotros - añado como prueba irrefutable.
- Vale. Pero ahora que lo pienso... antes has dicho "un objeto tan masivo"... estamos hablando de masas enormes, parecidas a las del Sol - asiento despacio, sin anticiparme a su objeción- . Entonces, ¿qué ocurre con ese miedo de que el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, Large Hadron Collider) pueda crear un agujero negro que se trague la Tierra? ¿De dónde se iba a sacar tanta masa como para crearlo? Porque imagino que será un temor infundado, ¿no?
- Uy, de eso habría bastante que hablar, pero por hoy ya hemos tenido suficiente, así que te voy a dejar con la duda hasta la semana que viene. No me mires así: entonces, si quieres, podemos discutirlo, y hablar de algunas otras cosas muy interesantes sobre los agujeros negros, como los efectos cuánticos en sus proximidades, e incluso hacer una excursión imaginaria alrededor de alguno.
- Bueno, si no hay más remedio... ¡pero confío en que la espera merezca la pena!
(Continuará)

Agujeros negros (II): guía para perplejos

En la última entrega de la guía para perplejos sobre los agujeros negros, mi amigo se mostraba alarmado sobre la posibilidad de que un agujero negro creado por el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, Large Hadron Collider) devorara la Tierra. 

-
La semana pasada hablabas de un agujero negro como "un objeto tan masivo"... o sea, estamos hablando de masas enormes, parecidas a las del Sol. Entonces, ¿qué ocurre con ese miedo de que el LHC pudiera crear un agujero negro que se tragara la Tierra? ¿De dónde se iba a sacar tanta masa como para crearlo? Porque imagino que será un temor infundado, ¿no?
Me mira con gesto alarmado. El agujero negro del LHC, los cuatro jinetes del apocalipsis... sonrío ante las posibilidades del imaginario colectivo.
- Bien pensado... pero nota que además de "tan masivo" también dije "a la vez que pequeño". Mediante la colisión de partículas a velocidades relativistas se podría crear un microagujero negro, sí. Es cierto. Pero no creo que se tragara nada. Esas preocupaciones alarmistas, efectivamente, son una muestra más del sensacionalismo periodístico cuando no hay nada más interesante que contar.
- ¿Seguro?
- Completamente. Las reacciones y energías que se van a estudiar en el LHC ocurren permanentemente en la alta atmósfera como consecuencia del continuo bombardeo de rayos cósmicos, y aún estamos aquí. Y además, recuerda lo que dije antes: un agujero negro de la masa de la Tierra tendría el tamaño de una canica; los microagujeros negros que podría crear el LHC serían muchísimo más pequeños que un núcleo atómico... y recuerda que entre un núcleo atómico y su vecino hay un vacío comparable en escala al que existe entre las estrellas. De hecho, estoy seguro de que podrías pasar la mano a través de un microagujero negro y no te ocurriría nada. Igual que los neutrinos que atraviesan constantemente la Tierra y a nosotros mismos sin que nada nos suceda.
- Eso es como lo de poner la mano en el fuego, pero a lo bestia...
- Por no mencionar que los agujeros negros se evaporan poco a poco. Un microagujero negro se disiparía tan rápido que una millonésima de segundo a su lado sería toda una eternidad. Así que, siento - o no, en realidad- desilusionar a los agoreros del fin del mundo, pero parece que la causa no será un microagujero negro esta vez.
Mi amigo enarca las cejas, contrariado.
- ¿Se evaporan? Si tengo los conceptos claros, el agua de la superficie de un vaso, cuando se evapora, abandona el vaso. ¿Y no habíamos quedado en que nada podía abandonar un agujero negro?
- Vaya, ¡veo que no me pasas ni una! La evaporación es un efecto cuántico. Si la naturaleza estuviera descrita exactamente por la Relatividad General, creemos que nada podría escapar del agujero negro. Nada, absolutamente. Pero el mundo, a pequeña escala, es cuántico, y la mecánica cuántica permite que ocurran cosas que jamás creerías. El vacío alrededor del agujero negro no es un lugar tranquilo y aburrido; allí se crean y se aniquilan continuamente partículas "virtuales". Pero a veces, una de estas partículas cae hacia el agujero negro y es absorbida, dejando a su compañera, que se alejaba, sin otra alternativa que pasar del mundo "virtual" al real.
- ¿Cómo? ¿Que se crea una partícula, así como así?
- Bueno, desde lejos diríamos que fue el agujero negro el que emitió esa partícula. En este proceso, que llamamos evaporación, la energía del agujero negro disminuye hasta que finalmente se disipa por completo. Eso ocurre, en el caso de un microagujero negro, en un plis plas. En cambio, por si te lo preguntas, un agujero negro de masa estelar tarda en evaporarse un tiempo muy superior a la edad del Universo, por lo que en la práctica vive indefinidamente.
Mi interlocutor guarda silencio, como si no se lo creyera. Le muestro las palmas.
- Esta idea que parece una broma está apoyada por toda la teoría cuántica de campos: es la radiación de Hawking.
- Vale... - acepta-. Y no será el único efecto cuántico de esos incomprensibles, claro...
- Pues no. El carácter único de los agujeros negros, con su singularidad, plantea cuestiones que realmente aún no entendemos. Por ejemplo, según la teoría clásica, un agujero negro "no tiene pelo".
- ¿Cómo, que es calvo?
- Bueno, es una manera de decir que el único recuerdo que un agujero negro tiene de la materia que ha caído en él es su masa, su momento angular y su carga eléctrica. Nada más. La información que pudiera estar contenida en dicha materia se pierde para siempre.
- ¿Y?
- Y sin embargo, la mecánica cuántica prohíbe esta pérdida irreversible de información, de manera que lo que ocurre realmente no está nada claro. Esto es lo que se conoce como paradoja de la información en los agujeros negros.
- Uf, suficiente para mí - hace una pausa- . ¿Y algún otro efecto, a una escala más... práctica?
- El más curioso que se me ocurre es el proceso de Penrose: si tuviéramos una nave orbitando un agujero negro en rotación (o sea, cualquiera que provenga de una estrella), podríamos lanzar una cápsula con nuestra basura de manera que pasara rasante al agujero, internándose en una región en torno al horizonte de sucesos llamada ergosfera, en el interior de la cual el agujero negro obliga al espacio-tiempo a girar en su mismo sentido. La cápsula expulsaría la basura allí dentro y saldría despedida con más energía de la que traía (incluyendo la energía de la materia que componía la basura). ¡Luego sólo quedaría recoger la cápsula y acumular la energía extra!
- Espera un momento. ¿Me estás diciendo que si fuéramos capaces de convertir toda la materia de la basura en pura energía e imprimírsela a la cápsula, llegaría a nosotros con menos energía que con el proceso Penrose?
Asiento en silencio.
- ¡Pero eso es imposible! La fisión nuclear aprovecha tan sólo el 0,1% de la energía contenida en los átomos que rompe... ¿con el proceso de Penrose no sólo es 100%, sino aún más? ¡No tiene sentido! ¿De dónde sale la energía que me falta?
No contesto, dejando que sea él quien llegue a la única conclusión posible.
- Del agujero negro - murmura, boquiabierto.
- Pues sí. ¡Al fin una fuente de energía inagotable y tan ecológica que da cuenta además del problema de los desechos! Lástima que los agujeros negros queden tan a desmano...
- ¿Y no se recorrían antes miles de kilómetros en busca de seda y especias? - exclama entusiasmado- Eso sería una buena razón para viajar a un agujero negro si alguna vez se puede... y ahora que lo pienso, me pregunto cómo sería un agujero negro de cerca... ¿qué es lo que veríamos (o lo que no veríamos) desde nuestra nave espacial?
Con una sonrisa, acepto gustoso la invitación a hacer el viaje imaginario.
- Si lo orbitáramos lo suficientemente cerca, desde la seguridad de nuestra nave espacial veríamos una pequeña región, tanto más grande cuanto más cerca estuviéramos, completamente vacía de estrellas, de una negrura absoluta. Y su borde estaría en cambio plagado de puntitos luminosos, duplicados de estrellas que están realmente detrás del agujero negro, cuya luz ha rodeado el agujero rozando su borde y ha llegado hasta nosotros. Todo eso iría girando, como en una complicada coreografía, según avanzáramos en nuestra órbita.
- Un espectáculo digno de verse, sin duda... ¿Y si nos acercamos más?
- Eso ya sí que sería peligroso... Pero lo bueno de la imaginación es que podemos hacer el viaje igualmente - digo, y hago una pausa- . De acuerdo, digamos que tú te lanzas directamente al agujero en una cápsula mientras yo te observo caer desde nuestra nave en órbita, lejos.
- Vale.
- Como sabes, la Relatividad General interpreta la gravedad como la curvatura espacio-temporal que produce la materia a su alrededor, como curvaría una bola de bolos una lona de bomberos si la ponemos encima (de hecho, esa curvatura es una nueva reformulación de la teoría de la gravitación universal: si hacemos rodar una pelota de golf sobre la lona, será "atraída" por nuestra bola de bolos). Pues bien, cuanto más masivo sea el objeto, más curva el espacio-tiempo; en el caso de un agujero negro, la curvatura es tan grande, que hunde la lona hasta el infinito en su centro, punto que llamamos singularidad.
- ¿Hasta el infinito? - dice frunciendo el ceño.
Me encojo de hombros.
- Sí. Por eso se llama singularidad: un punto donde nuestra descripción física de la naturaleza no está bien definida.
- Pero eso es una teoría, ¿no?
- Sí, una teoría cuyos demás efectos se han observado y confirmado en multitud de ocasiones. Y lo curioso es que esta curvatura no se limita al espacio, sino también al tiempo.
- ¿Al tiempo?
- Sí, recuerda que, como predice la Relatividad, el espacio y el tiempo están íntimamente ligados. Pero a lo que íbamos: tú te lanzas al agujero, y yo me quedo observándote. Para ti el viaje durará, pongamos, una hora, hasta que cruces el límite del agujero negro, que llamamos horizonte de sucesos, y te internes en él. Pues bien, desde mi punto de vista, tú te alejarás poco a poco, cada vez más despacio, cada vez más cerca del horizonte de sucesos... y sin embargo, nunca te veré cruzarlo y desaparecer.
Mi amigo abre bien los ojos.
- Nunca - insisto- . No importa que espere horas, días, años o milenios; para mí siempre estarás ahí colgado frente al agujero, quieto como un muerto.
- Porque hará siglos que habré muerto.
- No, no. Desde tu punto de vista tú habrás cruzado el agujero como si nada; es simplemente que tu tiempo propio transcurre de una manera muy diferente al mío. Yo necesitaré un tiempo infinito para igualar la duración de una hora que, desde tu perspectiva, a ti te llevó el viaje. Tú estarás vivo todo el rato para mí, sólo que congelado en el tiempo como una película a cámara superlenta.
Aguardo un minuto en silencio a que digiera dicho concepto, tan absolutamente ajeno a la realidad cotidiana e intuitiva en la que nos movemos, pero no por ello menos real. Luego añado:
- Y además de eso, veré la luz de tu cápsula cada vez más desplazada hacia el rojo, como si te alejaras cada vez más rápidamente, aunque para mí estés deteniéndote poco a poco.
- ¿Eso era el efecto Doppler, no? La sirena de una ambulancia que se acerca se oye más aguda que cuando se aleja.
Asiento.
- Justamente. En este caso lo llamamos corrimiento al rojo gravitatorio. A la luz le cuesta gran trabajo escapar de las inmediaciones del agujero negro, salir del "pozo".
- Qué mundo tan extraño... Y a mí, ¿qué me espera a mí al caer en el agujero negro?
- Tú caerías inexorablemente (y bastante rápido) hacia el horizonte de sucesos, y tu destino estaría sellado... En realidad - confieso- , cuando hace un momento dije que estarías vivo, me he callado un pequeño detalle: las tremendas fuerzas de marea del agujero negro te habrían comprimido y estirado en una suerte de espagueti finísimo, hasta literalmente despedazarte, primero a ti, y finalmente hasta a los átomos que componían tu cuerpo.
- Ah, vale. Ya veo por qué no querías lanzarte conmigo. Con amigos como tú... en fin, ¿y si nos olvidamos de ese "pequeño detalle"?
- Sí, ¡no dejemos que la realidad nos estropee la diversión del viaje! Al acercarte cada vez más al agujero, la región opaca que delimita su horizonte de sucesos crecería ante ti, ganando terreno a todo lo demás, estrellas y galaxias, que se irían desplazando, hacinándose poco a poco, a tu espalda, cada vez más azuladas. Cuando el abismo negro del agujero ocupara la mitad delantera de la esfera celeste ante ti, y las estrellas que antes veías delante, cerca del agujero, estuvieran apiñadas en algún sitio a tus espaldas, en ese momento, estarías cruzando la esfera de fotones.
- ¿Esfera de fotones?
- Una esfera que rodea por fuera al horizonte de sucesos, donde la luz puede estar atrapada en una órbita circular a su alrededor, eternamente. De hecho, si pudieras detenerte allí un momento, y mirar hacia un lado, podrías verte la espalda.
- Increíble... ¿y más allá?
- Más allá cruzarías el horizonte de sucesos, y en ese momento sería demasiado tarde para darte la vuelta, pues necesitarías una cantidad literalmente infinita de energía. Entonces la negrura del agujero te envolvería, cerrándose en torno al Universo observable que antes veías detrás de ti.
- ¿Y entonces?
- Y entonces, nada - digo, encogiéndome de hombros- . Llegarías a la singularidad.
- ¿Y allí?
- Allí no tenemos ni idea de qué es lo que puede ocurrir. Pero si el agujero negro está rotando (ya que proviene del colapso de una estrella que rota, y el momento angular necesariamente ha de conservarse), hay varias soluciones a las ecuaciones que describen la geometría del agujero negro, algunas muy curiosas.
- ¿Por ejemplo?
- Por ejemplo, y ya que estamos fantasiosos, los agujeros de gusano: túneles que conectarían un agujero negro con otro blanco (que escupiría materia y luz en lugar de absorberla) en otro lugar... y en otro tiempo.
- ¿O sea que se puede viajar en el tiempo usando un agujero negro como máquina, siempre y cuando no seas previamente despedazado por él? - dice, y sacude la cabeza- . Creo que prefiero el Delorean de "Regreso al Futuro"...
- Y yo, al menos tenemos la seguridad de que aquel funcionaba en la película.
- ¿Qué quieres decir? ¿Que ni siquiera es seguro?
- Justamente: el que la solución de los agujeros de gusano sea matemáticamente válida no quiere decir que estos deban existir, igual que no tiene sentido el tiempo negativo que obtienes al resolver la ecuación de segundo grado del tiempo que tardará una pelota en llegar al suelo si la lanzo hacia arriba. Por no mencionar que no hemos observado agujeros blancos en ninguna parte, claro.
- Pero sin embargo nunca estaremos seguros, con semejantes e inexpugnables monstruos...
- Seguramente no. Pero... ¿para qué preocuparse? Siempre nos quedará la ciencia ficción para resarcirnos, ¿no?




Aprueban el uso de microchips intradérmicos para humanos en Estados Unidos


El uso de microchip colocado bajo la piel de los seres humanos con finalidades médicas fue aprobado recientemente por el Gobierno de Estados Unidos (EEUU), de acuerdo con una información publicada por The Washington Post y reseñada en el sitio http://dospu.unsl.edu.ar .

E
l microprocesador será comercializado por una firma norteamericana bajo la premisa de que permitirá a los galenos tener acceso inmediato a la historia médica de los pacientes, ubicar a las personas que sufren de trastornos que afectan su memoria como el mal de Alzeimer y contar con la certeza de la identidad del individuo que intervienen.
El implante bajo la piel de microprocesadores es realizado de manera común en Estados Unidos en mascotas domésticas como perros y gatos, a fin de facilitar su rastreo en caso de extravío ya que el diminuto aparato contiene datos sobre el animal tales como su pedigree, su historial de vacunas e información acerca del amo como su nombre, su teléfono y su dirección, contenido este que es posible leer mediante un escáner.
La nota del diario estadounidense refiere que dicha tecnología, creada originalmente para seguir el rastro del ganado, ya ha sido implantada en más de un millón de perros y de gatos.
Si embargo, la propuesta de colocar el dispositivo electrónico en seres humanos aprobada por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por sus siglas en inglés) ha sido blanco de polémicas, pues hay quienes temen que en un futuro su uso sea impuesto y empleado para el rastreo de personas.
Todo parece indicar que la utilización de esta tecnología implantada o al menos su uso en el campo médico apunta hacia su masificación, pues la empresa comercializadora de los pequeños aparatos, del tamaño de un grano de arroz, planea lanzar su producto mediante la donación de alrededor de 200 escáner a los centros de emergencia.




Quarks asimétricos desafían al modelo estándar de la física


Las colisiones de partículas apuntan a la existencia de un gluón no descubierto. Observaciones recientemente publicadas del quark top - la más pesada de todas las partículas fundamentales conocidas - podría topar con el modelo estándar de la física de partículas. Los datos procedentes de colisiones en el acelerador de partículas Tevatron en Fermilab situado en Batavia, Illinois, apunta a que algunas de las interacciones de los quarks top están gobernadas por una fuerza desconocida, comunicada a través de una partícula hipotética conocida como gluón top. El modelo estándar no permite tal fuerza o partícula.

RLos resultados, presentados1 en la Conferencia Europhysics sobre Física de Alta Energía en Grenoble, Francia, podrían ayudar a los investigadores a comprender el origen de la masa. De acuerdo con una interpretación teórica, un quark top unido a su homólogo de antimateria, el antitop, actuaría como una versión del esquivo bosón de Higgs, confiriendo masa a las otras partículas.
egina Demina, físico en la Universidad de Rochester en Nueva York, y sus colegas bucearon a través de ocho años de datos de colisiones de partículas registrados en uno de los dos detectores del Tevatron, conocido como DZero. Los quarks top producidos durante las colisiones pueden salir volando en la dirección del haz de protones del acelerador o del haz de antiprotones; Demina y su equipo descubrieron que viajaban más hacia el haz de protones de lo predicho en el modelo estándar de la física. Parece que se necesitaría un modelo distinto para explicar la discrepancia.
Partículas emparejadas
Un modelo posible es el sugerido por Christopher Hill, teórico del Fermilab que hace 20 años propuso cómo un quark top y su antipartícula podrían impartir masa a los bosones W y Z, partículas que portan la fuerza nuclear débil responsable del decaimiento radiactivo. El trabajo, actualizado en 20032, se basa en gran parte en una analogía con algunos tipos de superconductores de baja temperatura, materiales que no tienen resistencia eléctrica a temperaturas de apenas unos pocos grados sobre el cero absoluto.
En algunos superconductores, los electrones se emparejan, ligados por vibraciones similares a partículas en el material. Los electrones ligados limitan el rango sobre el cual puede actuar la fuerza electromagnética dentro del material, un efecto que a su vez imparte una masa efectiva a los fotones cercanos - partículas de luz, que transportan la fuerza electromagnética de largo alcance y normalmente no tiene masa.
De una forma similar, Hill sugiere que los quarks top y antitop podrían emparejarse por todo el cosmos, ligados por una fuerza transportada por una partícula aún por descubrir conocida como gluón top. "Es como si todo el universo fuese un tipo especial de superconductor", dice el físico Matthew Schwartz de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts. La teoría explica el origen de la masa a través del universo como un trabajo de equipo. Primero el gluón top actuaría para crear el quark top y el pesado antitop, de la misma forma que la fuerza que une a los electrones en un superconductor crea fotones pesados cerca. Luego, el par top-antitop explicaría por sí mismo el origen de la masa a través del resto del universo, confiriendo masa, por ejemplo, a los bosones W y Z, los portadores de la fuerza nuclear débil. La masa relativamente pesada adquirida por las partículas W y Z limita el rango de la fuerza débil, rompiendo la simetría entre esta fuerza y la fuerza electromagnética de largo alcance que los teóricos creen que existe en energías muy altas.
En un estudio publicado online3 el 16 de junio, Schwartz y sus colegas de Harvard demuestran que el modelo de Hill podría también tener en cuenta la asimetría del quark top observada en el Tevatron. Los detalles tienen que ver con la forma en que el quark up, un componente del protón, se acopla al quark top en la nueva teoría.
Confirmación independiente
La asimetría observada en DZero ciertamente no es suficiente para constituir una prueba de la existencia del gluón top, pero encaja independientemente con hallazgos de los que se informó4 a principios de año en el otro detector del Tevatron, el CDF.
Dmitri Denisov, portavoz del experimento DZero, está de acuerdo en que los resultados son similares a la preferencia direccional del quark top vista en CDF. Advierte que, sin embargo, el modelo estándar de la física de partículas es tan complejo que es difícil describirlo con precisión mediante ecuaciones. La asimetría observada del quark top se compara con un sucedáneo imperfecto del verdadero modelo estándar, por lo que la supuesta discrepancia podría caer dentro de la incertidumbre del modelo.
La teoría de Schwartz es fácilmente comprobable. El gluón top tiene una energía predicha dentro del rango actual del colisionador de partículas más potente del mundo - el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) cerca de Ginebra, Suiza - por lo que podría encontrarse en el próximo año, dice Schwartz.
Un equipo de investigación que trabaja con el detector CMS del LHC informó5 el 21 de julio que no vieron pruebas de la asimetría quark top. Pero Schwartz señala que la asimetría es mucho más difícil de ver en el LHC que en el Tevatron, debido a que el LHC empieza intrínsecamente con una configuración simétrica - impactando un haz de protones con otro haz de protones - por lo que es más difícil discernir si el quark top tiene una preferencia direccional en el LHC que en el Tevatron. "Sospecho que no se puede descartar nada con estos datos", dice, "y esto no niega ningún modelo".
Dan Hooper, físico teórico en el Fermilab, apunta que la asimetría del quark top es sólo una de las muchas grietas del modelo estándar de la física de partículas. Y aunque Schwartz está de acuerdo en que es improbable que alguna teoría explique todos los defectos, dice que tener en cuenta el extraño comportamiento del quark top sería un inicio prometedor.




La ciudad sumergida más antigua del mundo tiene cinco mil años de antigüedad


Este hallazgo notable ha sido hecho público por el gobierno griego después del comienzo de un proyecto de colaboración de cinco años en el que intervienen el Eforato de Antigüedades Submarinas del Ministerio Helénico de Cultura y la Universidad de Nottingham.

C
omo ciudad micénica, el sitio ofrece nuevos conocimientos potenciales sobre el funcionamiento de la sociedad micénica. Pavlopetri tiene importancia adicional porque era un asentamiento marítimo desde el que los habitantes coordinaban el comercio local y con lugares distantes.
Con el Proyecto de Arqueología Submarina de Pavlopetri se busca averiguar, entre otras cosas, cuándo exactamente fue habitado el lugar y, mediante un estudio sistemático de la geomorfología del área, cómo se hundió la ciudad.
Este verano el equipo realizó una detallada exploración digital submarina y estudió los restos estructurales, que hasta ahora se pensaba que pertenecían al período micénico (entre los años 1600 y 1000 a.C.). La exploración superó todas las expectativas. Las investigaciones revelaron otros 9.000 metros cuadrados de nuevos edificios así como cerámicas que sugieren que el lugar estuvo ocupado durante la Edad de Bronce, desde al menos el año 2800 a.C. hasta el 1100 a.C.
El trabajo está siendo realizado por un equipo multidisciplinario conducido por Elias Spondylis, del Eforato de Antigüedades Submarinas del Ministerio Helénico de Cultura en Grecia, y Jon Henderson, un arqueólogo submarino del Departamento de Arqueología en la Universidad de Nottingham.




Desvelan nuevos datos sobre un ‘eslabón perdido’ entre los virus


Investigadores del CSIC han descubierto que el virus de la bursitis infecciosa, considerado por la comunidad científica un fósil viviente , presenta una estructura insólita: su cápsida, el contenedor del material genético del patógeno, es más grande de lo que necesitaría para sobrevivir en su viaje entre infectado e infectado. El estudio, que aparece publicado en el último número de la revista PNAS , explica que el virus se sirve de su tamaño para aumentar su capacidad infectiva. Además, las dimensiones de su cápsida le habrían permitido evolucionar hacia modelos virales más complejos, lo que le convierte, según los autores, en un "eslabón perdido" entre las diferentes familias de virus y en un valioso objeto de estudio de su evolución.

I
nvestigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto que el virus de la bursitis infecciosa, considerado por la comunidad científica un fósil viviente , presenta una estructura insólita: su cápsida, el contenedor del material genético del patógeno, es más grande de lo que necesitaría para sobrevivir en su viaje entre infectado e infectado. El estudio, que aparece publicado en el último número de la revista PNAS , explica que el virus se sirve de su tamaño para aumentar su capacidad infectiva. Además, las dimensiones de su cápsida le habrían permitido evolucionar hacia modelos virales más complejos, lo que le convierte, según los autores, en un "eslabón perdido" entre las diferentes familias de virus y en un valioso objeto de estudio de su evolución.
En general, los virus están formados por un ácido nucleico con capacidad para infectar y un contenedor proteico, denominado cápsida. Como explica el investigador del CSIC José Ruiz Castón, "los virus constituyen un paradigma en la optimización de recursos genéticos. De hecho, resulta sorprendente cómo llevan a cabo sus funciones vitales, teniendo en cuenta su limitado contenido de información genética".
La cápsida no es un simple almacén, sino una estructura dinámica que experimenta profundas modificaciones. Por ello, el equipo dirigido por Ruiz Castón, del Centro Nacional de Biotecnología (del CSIC), en Madrid, decidió analizar esta parte en el virus de la burisitis infecciosa, una patología que afecta a los pollos y que tiene gran repercusión económica en la industria avícola, así como en la ecología. Los autores encontraron algo inesperado: la cápsida era demasiado grande.
"El hallazgo resultó impactante, ya que podría parecer un derroche natural sin precedentes a lo largo de la evolución biológica. Sin embargo, la investigación revela que este comportamiento permite al virus aumentar su capacidad infectiva, ya que una cápsida más grande permite al virus almacenar mayor cantidad de ácido nucleico infectivo", apunta el investigador del CSIC.
Evolución mediante secuestro
La cápsida de dimensiones insólitas que describe este trabajo puede explicarse desde el punto de vista de la evolución de los virus: "Esta particularidad podría haber facilitado que el virus secuestrase información genética de las células a las que infecta o de otros microorganismos, promoviendo de esta manera su evolución hacia modelos virales de mayor complejidad", indica Castón.
La estrategia de multiplicación que sugieren los autores se suma a otras características del patógeno, estudiadas por el equipo del CSIC, que convierte al virus de la bursitis infecciosa en un auténtico fósil molecular y, en muchos aspectos, en un "eslabón perdido" entre las distintas familias de virus.
En este trabajo han participado los investigadores Daniel Luque, Francisco Rodríguez y José L. Carrascosa, del Centro Nacional de Biotecnología, y Germán Rivas y Carlos Alfonso, del Centro de Investigaciones Biológicas (del CSIC), Madrid.






Explican la “sensibilidad” de las plantas a la gravedad y el tacto

Una investigación constata la importancia de los canales iónicos de las membranas celulares en diversas funciones vegetales


Las plantas no tienen pensamientos, pero responden de diversas formas a la gravedad o al tacto. Los mecanismos celulares que subyacen a estas respuestas están siendo estudiados por Elizabeth Haswell, biólogo de la Universidad de Washington en San Louis, Estados Unidos. Sus descubrimientos han establecido, por ahora, que secuencias homólogas de los genes que codifican el comportamiento de las células bacterianas, así como determinados mecanismos de éstas, estarían en la base de la "sensibilidad vegetal". Dichos genes y mecanismos explicarían, por ejemplo, la capacidad de las enredaderas para rodear enrejados o las reacciones de la Mimosa pudica. 

L
as plantas no tienen pensamientos, pero responden de diversas formas cuando son tocadas o pisadas. Esto es lo que afirma la biólogo Elizabeth Haswell, de la Universidad de Washington en San Louis, Estados Unidos, en un artículo publicado por dicha Universidad sobre sus investigaciones.
Haswell está especializada en el estudio de los mecanismos celulares que subyacen a la "sensibilidad vegetal", una capacidad de las plantas que explicaría algunos de los "comportamientos" de éstas, como el plegamiento o el trenzado de las hojas alrededor de los enrejados, en el caso de las enredaderas.
Antecedentes bacterianos
En los años 80 del siglo XX, investigaciones sobre las células bacterianas demostraron que éstas tienen canales mecanosensitivos, poros diminutos que se abren cuando las células se hinchan con agua y sus membranas se estiran. Esto permite que iones y moléculas se precipiten fuera de las células. El agua sigue a los iones, la célula se contrae, la membrana se relaja, y los poros se cierran.
Los científicos consiguieron establecer los genes que codifican algunos de estos canales en el caso de la bacteriaEscherichia coli, desarrollando previamente unas células bacterianas gigantes, los esferoplastos, producidas en cultivos de E. coli mediante la adición de antibióticos.
El principal problema para el estudio de los canales de iones ha sido siempre el pequeño tamaño de éstos, que ha supuesto un desafío técnico enorme. Por eso, los científicos han utilizado para sus trabajos células excepcionalmente grandes, como las células bacterianas gigantes de E. coli mencionadas o como las células nerviosas gigantes del calamar europeo.
A partir de estos análisis, realizados con una técnica electrofisiológica conocida como "patch clamp" o "control en parche" que permite medir las corrientes iónicas que se producen a través de dichos canales, los investigadores han establecido que hay una gran variedad de tipos de canales iónicos implicados en la transmisión de impulsos nerviosos, y también en múltiples procesos biológicos que ocasionan cambios rápidos en las células.
En concreto, se ha descubierto que existen tres tipos diferentes: canales mecanosensitivos de amplia conductancia (MscL), de conductancia reducida (MscS) y de mini conductancia (MscM). Éstos se distinguen entre sí por la cantidad de tensión que se debe introducir en ellos para hacer que se abran y por su conductancia.
Homólogos vegetales
Según Haswell, a partir del año 2000, los científicos comenzaron a comparar los genes relacionados con los canales iónicos bacterianos con los genomas de otros organismos.
Descubrieron así que había secuencias homólogas de dichos genes no sólo en otras bacterias, sino también en algunos organismos multicelulares, incluidas las plantas.
Interesada en la relación de estas secuencias con la respuesta a la gravedad y al tacto de las plantas, la investigadora y su equipo estudian actualmente los homólogos de estos procesos y canales, en el caso de una pequeña planta conocida como Arabidopsis thaliana.
El estudio de la investigadora se basa en su sospecha de que podrá probarse que los canales mecanosensitivos tienen una amplia variedad de funciones no sólo en las células bacterianas, sino también en las células vegetales.
A partir de versiones mutantes de la Arabidopsis, destinadas al análisis del mecanismo molecular subyacente a la decoloración y el crecimiento reducido de esta especie vegetal, los investigadores han descubierto de momento que "en la Arabidopsis existen10 homólogos de MscS y ninguno de MscL", explica Haswell.
Además, otros homólogos de estos tipos de canales iónicos mecanosensitivos han sido hallados no sólo en las membranas de las células vegetales, sino también en cloroplastos (orgánulos celulares que se ocupan de la fotosíntesis) y en las membranas de las mitocondrias (que son orgánulos celulares encargados de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular).
El papel de los canales mecanosensitivos
Por otro lado, las muestras de Arabidopsis con mutaciones en cada uno de los genes de codificación de los canales mecanosensitivos permitieron constatar que dos de los 10 canales estudiados -del tipo homólogo a los MscS- controlan el tamaño de los cloroplastos, así como la división apropiada y la forma de las hojas.
A partir de todos estos resultados, la investigadora y sus colaboradores señalan que los canales mecanosensitivos de las células vegetales se encargan no sólo de descargar iones, sino también de hacer señales a toda la célula, y que deben estar integrados en procesos de señalización comunes, como la respuesta al estrés osmótico.
Haswell afirma que las funciones de estos canales podrían explicar incluso ciertos movimientos rápidos de las hojas, como los que se producen en la especie Mimosa pudica cuando es tocada. Los descubrimientos de Haswell han aparecido detallados en la revista Structure.







domingo, 30 de octubre de 2011

El cometa Elenin ya no existe


Los últimos informes indican que este cometa, relativamente pequeño, se ha partido en trozos aún más pequeños y mucho menos significativos, de hielo y polvo. Este rastro de pequeñas partículas permanecerá en la misma ruta que el cometa original, completando su habitual giro a través del sistema solar interior este otoño. "Elenin hizo lo que hace el dos por ciento de los nuevos cometas que pasan cerca del Sol: Se rompió", dijo Don Yeomans, de la Oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California. "Los restos de Elenin también actuarán como otros cometas rotos. Continuarán su camino como una nube de restos que siguen una ruta conocida en el sistema solar interior. Después de eso, no volveremos a ver los restos del cometa Elenin por estos lares hasta dentro de, al menos, 12 milenios".

PDoce mil años puede ser mucho tiempo para los terrícolas, pero para los helados habitantes del sistema solar exterior que hacen este viaje, una docena de milenios es, más o menos, un paseo por el parque celestial. El cometa Elenin se acercó hasta los 72 millones de kilómetros del Sol, pero llegó desde la Nube de Oort del sistema solar exterior, que está tan lejos que su borde exterior está aproximadamente a un tercio del camino de la estrella más cercana, aparte del Sol.
ara aquellos desilusionados por la ruptura de lo que anteriormente eran 2 kilómetros de aburrido polvo y hielo, recuerden lo que dijo Yeomans acerca de los cometas que pasan cerca del Sol - se descomponen alrededor del dos por ciento de las veces.
"Los cometas están compuestos de hielo, roca, polvo y compuestos orgánicos y pueden tener varios kilómetros de diámetro, pero son frágiles y están débilmente unidos, como bolas de polvo", dijo Yeomans. "Así que no hace falta mucho para que se desintegre un cometa, y con los cometas, una vez que se rompen, no hay esperanza de volver a unirlos".
El cometa Elenin salió a la luz por primera vez el pasado diciembre, cuando la luz del Sol reflejada en el pequeño cometa fue detectada por el astrónomo ruso Leonid Elenin de Lyubertsy, Rusia. También conocido por su nombre astronómico, C/2010 X1, Elenin, de alguna manera, se convirtió rápidamente en una especie de "causa célebre" para algunos bloggers de Internet, que proclamaron que este cometa menor podría / sería / debería ser responsable de la causa de un número de desastres que acontecerían en nuestro planeta.
Empezaron a aparecer publicaciones en Internet, muchas de ellas con observaciones nebulosas, sobre rumores y especulaciones acerca de terremotos y otros desastres que se deberían a los efectos gravitatorios de Elenin sobre la Tierra. La Respuesta de la NASA para tales especulaciones se vio entonces como un intento de ocultar la verdad.
"No puedo adivinar por qué este pequeño cometa se convirtió en una sensación tan grande en Internet", dijo Yeomans. "La realidad científica es, que la influencia de esta sucia bola de hielo de modesto tamaño sobre nuestro planeta, es tan increíblemente minúscula que mi coche ejerce una mayor influencia gravitatoria sobre la Tierra de lo que jamás ejercerá el cometa. Eso incluye la fecha en la que estuvo más cerca de la Tierra (16 de octubre), cuando los restos del cometa estuvieron a una distancia mínima de unos 35,4 millones de kilómetros".
Yeomans sabe que aunque Elenin puede haber desaparecido, siempre habrá rumores en Internet que tratarán de evocar alguna forma de coco interplanetario, aparte de Elenin, o algún otro objeto cercano a la Tierra igualmente oscuro y científicamente poco interesante. Pensar formas para explicarse mejor acerca de la insignificancia de este asunto es algo difícil para un científico que ha dedicado su vida a la observación de asteroides y cometas, y el descubrimiento de su verdadera naturaleza y los efectos sobre nuestro sistema solar.
"Tal vez sea conveniente un pequeño homenaje al sketch clásico de Monty Python del loro muerto", dijo Yeomans. "El cometa Elenin ha bajado el telón y se unió al coro invisible. Es un ex-cometa".
La NASA detecta, rastrea y caracteriza regularmente asteroides y cometas que pasan relativamente cerca de la Tierra usando telescopios tanto terrestres como espaciales. El Programa de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra, comúnmente llamado "Spaceguard", descubre estos objetos, caracteriza un subconjunto de ellos y predice sus caminos para determinar si alguno podría ser potencialmente peligroso para nuestro planeta. No se conocen amenazas creíbles hasta la fecha.







Microbios y yogurt probiótico


Los anuncios con frecuencia promueven los beneficios del yogurt probiótico, pero los efectos del consumo de yogurt en microbios residentes en el intestino y la salud general aún se desconocen. Un nuevo estudio de un grupo de gemelos humanos y ratones muestra que el consumo diario de yogurt no altera significativamente la composición bacteriana del intestino pero sí induce cambios en la manera en que las bacterias metabolizan los carbohidratos.

E
n el experimento, Jeffrey Gordon y colegas observaron más de cerca a los microbiomas intestinales de siete series de gemelos y ratones quienes consumieron una marca específica de yogurt durante un periodo de cuatro meses. Los ratones estaban libres de gérmenes y criados bajo condiciones en las que los únicos microbios que albergaron fueron 15 miembros de una típica comunidad microbiana del intestino humano. Los investigadores analizaron la composición bacteriana y patrones específicos de expresión genética tanto de las comunidades microbianas del intestino humano como las del animal antes, durante y después del consumo del yogurt.
El equipo descubrió que tanto en humano como en ratones, el consumo de yogurt no cambió la especie y contenido genético de las comunidades microbianas intestinales. Sin embargo, más análisis de expresión genética bacteriana intestinal y de sustancias llamadas metabolitos en la orina de los ratones revelaron que el consumo de yogurt incitó marcados cambios en varias vías metabólicas, especialmente aquellas relacionadas con el procesamiento de carbohidratos. Aunque aún no queda claro si comer un yogurt al día mantendrá alejado al doctor, los resultados muestran que los alimentos probióticos podrían cambiar nuestros microbiomas intestinales en maneras sutiles, complejas que requieren mayor investigación.