"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


miércoles, 19 de octubre de 2011

Cientificos descifran el código genético de la enfermedad de la "Peste Negra"



Científicos han descifrado el código genético de la Peste Negra, una de las plagas más mortíferas de la historia, y encontraron que sus descendientes bacteriales de la era moderna no han cambiado mucho en más de 600 años; por suerte, nosotros sí.

L
a evolución de la sociedad y de la medicina y de nuestros propios cuerpos" ha superado por mucho la evolución de la mortífera bacteria, dijeron científicos.
La bacteria Yersinia pestis del siglo XIV es casi idéntica a la versión de nuestros días. Sólo existen unas pocas decenas de cambios entre los más de cuatro millones de bloques de construcción de ADN, según un estudio publicado el miércoles en la revista Nature.
Lo que muestra eso es que la Peste Negra fue fatal por razones que van más allá de su ADN, dijeron los autores del estudio. Tuvo que ver con las circunstancias del mundo en aquel entonces.
En su momento, la enfermedad mató a entre 30 y 50 millones de personas, aproximadamente uno de cada tres europeos. Ocurrió en el peor momento posible, cuando el clima estaba enfriando repentinamente, el mundo estaba en medio de una larga guerra y de una hambruna terrible, y la gente se estaba mudando a cuartos más cerrados donde la enfermedad podía infectarlos y propagarse fácilmente, señalan científicos. Y probablemente fue la primera vez en que esta enfermedad particular atacó a los humanos, infectando a gente sin ninguna protección innata.
"Fue literalmente como los cuatro jinetes del Apocalipsis azotando Europa", dijo el líder del estudio Johannes Krause, de la Universidad de Tubinga, en Alemania. "La gente literalmente pensó que era el fin del mundo", señaló.
Al devastar la población, cambió el sistema inmunológico humano, básicamente aniquilando a la gente que no pudo enfrentar la enfermedad y permitiendo sobrevivir a los más fuertes, dijo el coautor del estudio Hendrik Poinarm de la Universidad McMaster en Ontario.
Pero antibióticos simples actuales, como la tetraciclina, pueden vencer a la bacteria de la peste, la cual parece carecer de las propiedades que permiten a otros gérmenes desarrollar resistencia al fármaco, señaló Poinar. Además, cambios en el tratamiento del enfermo, combinado con una mejor sanidad y mejor economía, coloca a la humanidad en una mejor posición. Y existe una protección de sistema inmunológico que ahora tenemos la mayoría de nosotros, agregó.
"Pienso que estamos en un buen estado", dijo Poinar. "La razón por la que estamos tan bien es que las condiciones son muy diferentes", añadió.
La gente aún adquiere esa enfermedad, usualmente de pulgas de roedores u otros animales, pero no tan frecuentemente. Existen alrededor de dos mil casos anuales en el mundo, mayormente en áreas rurales, con un puñado de ellos apareciendo en partes remotas de Estados Unidos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Para obtener el ADN original de la Peste Negra, los científicos recurrieron a decenas de piezas dentales de esqueletos.
Durante la epidemia del siglo XIV, aproximadamente dos mil 500 víctimas de la enfermedad en el área de Londres fueron sepultadas en un cementerio especial cerca de la Torre de Londres. Fue excavado a mediados de la década de 1980, y 600 esqueletos fueron trasladados al Museo de Londres, indicó la coautora del estudio Kirsten Bos, también de la Universidad McMaster. Ella removió entonces 40 de esos dientes, taladró hasta la pulpa dentro de las piezas dentales y obtuvo "este material negro oscuro tipo talco" el cual probablemente era sangre seca que incluía ADN de la bacteria.
Y una vez que terminó, Bos regresó los dientes a los esqueletos en el museo.
Cuando los mismos científicos intentaron por primera vez descifrar la estructura genética de la bacteria, parecía un germen claramente diferente del que existe actualmente. Parte de ello fue un reflejo de estar trabajando con ADN de 660 años, pero técnicas más nuevas y más refinadas revelaron menos diferencias entre la bacteria Y. pestis antigua y moderna de la que existe entre una madre y una hija, señaló Krause.







Ese es un resultado sorprendente, pero el trabajo fue bien hecho y tiene sentido, dijo Julian Parkhill, un experto en genoma de enfermedades del Instituto Wellcome Trust Sanger en Gran Bretaña. Parkhill no estuvo involucrado en la investigación, pero ha estudiado la bacteria.
"Obtener una secuencia efectivamente completa de genoma de una bacteria que vivió hace casi 700 años es increíblemente apasionante", agregó Parkhill.

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