"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


miércoles, 19 de octubre de 2011

La flexibilidad genética permite la supervivencia vegetal pese al cambio climático



El cambio climático repercute en el conjunto del planeta, y la eficacia de cada uno de sus seres vivos a la hora de adaptarse a sus consecuencias puede determinar su capacidad para sobrevivir. Científicos de Austria y Estados Unidos acaban de publicar un estudio en el que aseguran que la genética podría desempeñar un papel trascendental en la manera en que la planta Arabidopsis thaliana responde a las variaciones de su entorno. Este trabajo publicado en la revista Science puede resultar de utilidad para hallar la base molecular de la adaptabilidad de otras plantas al cambio climático.

E
n comparación con los animales, los vegetales se encuentran en desventaja para hacer frente al cambio climático, ya que no se pueden desplazar. Pero científicos de la Universidad Brown (Estados Unidos) han observado que las plantas también cuentan con armas para poder sobrevivir.
Estudiando la planta europea común A. thaliana, dieron con la firma genética que rige su capacidad para sobrevivir y reproducirse en diversos climas. El conjunto de genes heredado por la Arabidopsis viene determinado por el clima y condiciona que la planta saque el máximo partido a sus recursos de supervivencia y reproducción. Según los autores, el conjunto de genes que determina esta capacidad depende de las condiciones del clima en el que viva la planta, sea frío, cálido, seco, húmedo, etc.
«Se trata del primer estudio en mostrar la adaptación evolutiva de la Arabidopsis thaliana en una escala geográfica amplia, y también el primero en relacionarla con factores moleculares», aseguró uno de los autores, Johanna Schmitt, directora de la «Iniciativa sobre Cambio Medioambiental» de la Universidad Brown. «El agente selectivo es el clima.»
«También existe una flexibilidad evolutiva que permite a las plantas tomar un rumbo u otro», explicó el primer firmante del trabajo, Alexandre Fournier-Level, post-doctorando en Brown. «Nos da esperanzas el ver que, efectivamente, se está adaptando.»
En alusión al hallazgo logrado con este estudio, la Dra. Amity Wilczek, del Deep Springs College (Estados Unidos), otro de los autores del estudio, declaró: «Hemos hecho un trabajo colosal, puesto que hemos seguido más de 75 000 plantas sobre el terreno, desde cerca del Círculo Ártico hasta el litoral mediterráneo. Arabidopsis thaliana es una planta anual, lo que nos permitió medir el grado de éxito de cada ejemplar durante toda su vida en un solo año. Recogimos ejemplares de diversos climas autóctonos y también cultivamos algunos de cada clase en cuatro huertos situados en cuatro ubicaciones distintas de Europa. Las plantas cultivadas por nosotros mismos las enviamos a Brown, y entonces empezó la laboriosa tarea de contar los frutos de estas plantas. Al final conseguimos reunir un conjunto de datos muy grande y exhaustivo gracias al cual hemos podido comprender los requisitos para que cada planta prospere en su entorno natural bajo una amplia gama de condiciones climáticas.»
Ahora que se conocen los mecanismos moleculares que pueden dotar a la Arabidopsis de la flexibilidad genética necesaria para hacer frente a las dificultades climáticas, puede resultar más fácil comprender de qué manera el clima motiva modificaciones genéticas en otras plantas.
En el estudio participaron también especialistas del Instituto Gregor Mendel de la Academia Austriaca de las Ciencias.








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