Un director de orquesta mueve la batuta durante un ensayo con una 
orquesta en la ciudad israelí de Haifa el 2 de enero de 2011. La 
prestigiosa Orquesta Filarmónica Real británica ha ofrecido conciertos 
en todo el mundo, pero la semana pasada tocó al completo durante tres 
horas en Londres para un auditorio excepcional, compuesto por cientos de
 plantas.
Un director de orquesta mueve la batuta durante un ensayo con una orquesta en la ciudad israelí de Haifa el 2 de enero de 2011. La prestigiosa Orquesta Filarmónica Real británica ha ofrecido conciertos en todo el mundo, pero la semana pasada tocó al completo durante tres horas en Londres para un auditorio excepcional, compuesto por cientos de plantas.
La prestigiosa Orquesta Filarmónica Real británica ha ofrecido conciertos en todo el mundo, pero la semana pasada tocó al completo durante tres horas en Londres para un auditorio excepcional, compuesto por cientos de plantas.
Los 33 músicos del conjunto participaron en este recital encargado por una empresa que pretendía poner a prueba el efecto estimulante de la música clásica en el crecimiento de las plantas, una teoría que divide desde hace años a la comunidad científica.
Los cientos de variedades de plantas presentes, la mayoría verdes pero muchas de ellas salpicadas de coloridas flores, pudieron escuchar un variado repertorio que incluyó la sinfonía número 40 de Mozart.
"Es el público más aromático que hemos tenido nunca, pero fue ligeramente desconcertante ver filas y filas de cabezas inclinadas en lugar de humanos aplaudiendo", explicó su director, Benjamin Pope.
En cuanto al resultado del experimento, todavía es pronto para saberlo. "Esperamos que el sonido de la música clásica haya inspirado a las plantas y resultará en un acelerón de crecimiento durante los meses primaverales", agregó.