"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


viernes, 18 de marzo de 2011

Adaptación humana en la evolución


Científicos de Europa y de Estados Unidos están cuestionando la noción tradicional de evolución humana. Durante los últimos 35 años, los genetistas han considerado que los barridos selectivos clásicos, en los que una mutación genética beneficiosa se extiende rápidamente entre la población humana, eran el principal motor de la evolución humana. Sin embargo, un estudio publicado en Science sugiere que tales fenómenos pueden haber sido muy escasos y haber tenido poca influencia en la historia de nuestra especie. Por el contrario, afirma que es posible que unos cambios menos significativos en múltiples genes hayan sido los principales impulsores de la variación de los fenotipos humanos y pide que se desarrollen nuevos modelos para volver a trazar los pasos genéticos de la evolución.

Tras examinar las secuencias de alrededor de 200 genomas humanos, los investigadores afirman haber descubierto nuevas pruebas que descartan la idea de que los barridos selectivos son el método principal de la adaptación humana.
"Nuestros resultados sugieren que la adaptación humana reciente no se ha producido mediante la aparición y difusión de cambios únicos con gran impacto, sino mediante cambios de frecuencia en numerosos puntos del genoma", explica uno de los coautores, la doctora Molly Przeworski, catedrática de genética humana, ecología y evolución en la Universidad de Chicago, Estados Unidos. "Indican que la adaptación humana, al igual que las enfermedades humanas más comunes, presenta una arquitectura genética compleja".
Según el modelo clásico de barrido selectivo, aparece un nuevo gen que resulta beneficioso y se extiende rápidamente entre la población. Debido a su rápida difusión, el gen se fija en el genoma con una variación menor que un gen que se extienda más lentamente. Los genetistas han utilizado este modelo para buscar segmentos genéticos rodeados por "depresiones" de baja variación, la marca teórica de un barrido selectivo.
La aplicación del modelo ha permitido la identificación de más de 2.000 genes (es decir, alrededor del 10 % del genoma humano) que sugieren que los barridos selectivos eran un fenómeno frecuente que impulsó el progreso de los seres humanos con respecto a sus ancestros primates.
"El modelo de barrido selectivo se introdujo en 1974 y, desde entonces, ha sido prácticamente el modelo central", indica la doctora Przeworski. "Es justo decir que es el modelo en que se basa prácticamente cualquier estudio de selección realizado hasta el momento, tanto en humanos como en otros organismos".
No obstante, las zonas de baja diversidad en torno a segmentos del gen también pueden deberse a otros mecanismos evolutivos. Para comprobar si los barridos selectivos constituían la principal causa de estas depresiones, el equipo utilizó datos de 179 personas del "1000 Genomes Project", un esfuerzo internacional por catalogar la variación humana.
"Se trata de un conjunto de datos realmente novedoso que ha permitido la realización de este tipo de análisis por primera vez", afirma el catedrático Ryan Hernández de bioingeniería y ciencias terapéuticas de la Universidad de California en San Francisco (UCSF).
El equipo de investigadores estudió los genes con sustituciones específicas a los humanos que presentaban una secuencia de nucleótidos diferente a la de sus parientes primates cercanos. "La variación fenotípica de los seres humanos no es tan sencilla como pensábamos", explica el doctor Hernández. "La teoría de que la adaptación humana puede basarse en cambios individuales en los niveles de aminoácidos es una buena idea y es magnífico que dispongamos de algunos casos concretos de la misma, pero es una visión demasiado simplista".
Asimismo, se han obtenido pruebas contra la teoría de los barridos selectivos comunes mediante la comparación de la variación del genoma en diferentes poblaciones. Dado que las poblaciones nigerianas, europeas y chinas/japonesas se separaron hace aproximadamente 100.000 años y después se adaptaron a los diversos entornos, sería de esperar que unos barridos selectivos frecuentes fijasen unas diferencias genéticas claras entre las poblaciones.
La doctora Przeworski concluye diciendo: "Estos hallazgos hacen que nos cuestionemos cuánto falta por descubrir con el método del barrido selectivo y deberían despertar nuestro escepticismo sobre si se validarán los resultados obtenidos hasta la fecha".
En el estudio participaron expertos de Israel y del Reino Unido.














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