"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


domingo, 13 de marzo de 2011

Un fósil hallado en China da pistas de cómo surgieron los primeros artrópodos sobre la Tierra


Hubo un tiempo en el que los reyes del mundo animal eran los artrópodos. Nuestros antepasados cordados ocupaban solamente un rincón en los ecosistemas más remotos del pasado. Los avatares de la evolución hicieron que finalmente el exoesqueleto resultara una limitación y los vertebrados conquistaron la Tierra. Sin embargo, las arañas, insectos y crustáceos de la actualidad nos recuerdan que gran parte de la vida animal todavía está compuesta por los artrópodos.

El número de especies los artrópodos representan el 80% (más de un millón de especies) de todas las especies animales vivas. Pero, ¿cómo eran los primeros artrópodos? Si nos fijamos en los trilobites del Cámbrico vemos que ya eran muy complejos, así que tuvieron que evolucionar a partir de seres más simples.
Una pista de cómo pudieron ser esos primeros artrópodos nos viene de un fósil encontrado en el suroeste de China recientemente. El espécimen se halló en 2006 en rocas del área Jianshan cerca de Haikou. Apodado "cactus andante", el ejemplar de Diania cactiformis encontrado pertenece al grupo ya extinto Lobopodia, grupo de animales que se asemejan a unos gusanos con patas y que están emparentados con los gusanos de terciopelo actuales (Onycophora). Pero en este caso se trata del primer ejemplar con patas articuladas típicas de los artrópodos. Es el primer Lobopodia con un exoesqueleto simple. Según Jianni Liu se había sospechado durante bastante tiempo que los artrópodos habían evolucionado a partir de los Lobopodia, pero no había pruebas fósiles que apoyaran esta idea. En este caso se trata del primer ejemplar de Lobopodia con patas articuladas. Diania cactiformis representa a un animal de transición entre Lobopodia y Arthropoda.
La criatura que vivió hace unos 520 millones de años medía 6 cm de largo y recuerda a un gusano delgado de cuerpo blando similar a los Lobopodia. El fósil no muestra signos de la existencia de ojos o mandíbulas, pero tiene 10 pares de patas articuladas. Los investigadores creen que estas patas tenían una superficie dura no muy diferente de las que recubren los miembros de crustáceos o insectos. Según los investigadores, esto sugiriere que los artrópodos desarrollaron miembros duros antes que cuerpos duros. Por tanto, este hallazgo, además de rellenar un huevo en el árbol evolutivo animal, da pistas sobre cómo deben de ser las limitaciones genéticas en los modelos evolutivos.

Se cree que esta criatura se alimentaba del plancton o del detritus orgánico del fondo marino y la armadura de sus patas probablemente se desarrolló como protección frente a los primeros depredadores.
El número de animales con exoesqueleto experimentó una diversificación explosiva durante el Cámbrico, probablemente debido a la aparición de la depredación. Fue entonces cuando los artrópodos desarrollaron exoesqueleto y terminaron siendo el grupo animal más numeroso del planeta.

Este fósil proporciona importantes pistas sobre el florecimiento de vida animal que se dio durante la explosión del Cámbrico. En concreto proporciona pruebas del paso clave que se efectuó desde los cuerpos blandos a los cuerpos cubiertos por un exoesqueleto articulado. Un logro que finalmente produjo diseños biológicos como el del una mantis religiosa o un cangrejo.
Liu dice que el desarrollo de este tipo de patas fue sólo uno de los tres pasos evolutivos críticos desde los Lobopodia a los artrópodos. Espera que se hallen nuevos ejemplares que muestren cómo se desarrolló la cabeza y el cuerpo articulados de los artrópodos.

Así que si le cuesta romper la dura cubierta de las pinzas del bogavante de su mariscada (es un decir, dada la actual crisis económica) recuerde que todo empezó con un gusano con forma de cacto que desarrolló patas duras hace más de 500 millones de años.











No hay comentarios:

Publicar un comentario