"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


lunes, 29 de agosto de 2011

Proyecto OMEGA

proyecto europeo.
 
Investigadores de Europa han desarrollado una nueva tecnología para transferir datos de vídeo. Gracias al proyecto OMEGA, el equipo logró transferir datos a una velocidad extremadamente rápida de 100 megabits por segundo (Mbit/s) sin que se produjeran pérdidas. OMEGA («Acceso doméstico a gigabits») recibió financiación a través del tema «Tecnologías de la información y de la comunicación» (TIC) del Séptimo Programa Marco (7PM) por valor de 12,41 millones de euros. Esta tecnología recién desarrollada podría salir al mercado mucho antes de lo previsto.

La comunicación mediante luz visible (CLV) permite la conversión de diodos emisores de luz (LED) a una red inalámbrica de área local (WLAN) mediante una cantidad limitada de componentes. Por esta razón, no sólo las luces hacen lo que se espera de ellas (proporcionar luz) sino que también son capaces de transmitir información. Gracias a esta tecnología, los usuarios podrían por ejemplo enviar y recibir imágenes en alta definición a ordenadores personales, portátiles e incluso teléfonos móviles sin problema alguno. Por ejemplo podría servir para ver películas en un portátil descargadas de Internet. En lo que respecta a la WLAN óptica, la luz de los LED procedentes de las lámparas de la estancia ejerce de medio transmisor.
OMEGA fue más allá en la transferencia de datos y alcanzó los 100 Mbits/s utilizando LED en el techo que iluminan más de 10 metros cuadrados. Investigadores del Instituto Fraunhofer de Telecomunicaciones, Instituto Heinrich Hertz (HHI, Alemania) uno de los socios de Omega, afirman que el receptor puede situarse en cualquier punto de su radio, distancia que es su rango máximo.
«Esto significa que hemos transmitido cuatro vídeos de alta definición a cuatro portátiles diferentes al mismo tiempo», explicó El Dr. Anagnostis Paraskevopoulos del HHI. «Los fundamentos de la comunicación mediante luz visible se desarrollaron en conjunción con los socios industriales Siemens y France Telecom Orange Labs.
En el HHI, el gestor del proyecto Klaus-Dieter Langer trabaja ahora en la ampliación de la nueva tecnología
«En la CLV la fuentes de luz, en este caso LED blancos, iluminan la estancia y al mismo tiempo transmiten información», aclaró el Dr. Langer. «Con la ayuda de un componente especial, el modulador, podemos encender y apagar los LED a gran velocidad y transferir la información como unos y ceros. La modulación de la luz es imperceptible al ojo humano. Un fotodiodo sencillo en el portátil actúa como receptor. El diodo recoge la luz y la electrónica descodifica la información y la traduce a pulsos eléctricos, un lenguaje comprensible para el ordenador.»
Un factor positivo del sistema reside en la necesidad de una cantidad mínima de componentes para preparar los LED y que funcionen como medio de transferencia, según indicaron los investigadores. Por desgracia, la transferencia se corta si algo se interpone entre la luz y el fotodiodo, como por ejemplo un usuario que tape el diodo con su mano. El grupo sugiere que los portátiles, las tabletas o los teléfonos móviles son todos dispositivos receptores potenciales.
A pesar de la innovación de la tecnología, los investigadores no contemplan que el CLV sustituya a las redes WLAN normales o incluso a las PowerLan o al Sistema Universal de Telecomunicaciones Móviles (UMTS). Los investigadores aclararon que su empleo se adecúa más a la transferencia de datos en situaciones en las que las redes de transmisión por radio no son adecuadas o ni siquiera posibles. Añaden que no obstante existe el potencial para crear combinaciones y que el WLAN óptico puede utilizarse en una dirección mientras que el PowerLan puede suponer el canal de regreso.
Los emplazamientos en los que esta tecnología podría ser aprovechada incluyen hospitales en los que no se permiten transmisiones de radio, así como plantas de producción en las que las transmisiones de radio pueden en ocasiones hacer que los procesos no funcionen como es debido.
En el consorcio OMEGA participaron científicos de Alemania, Grecia, Francia, Italia, Austria, Eslovenia y Reino Unido.












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