"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


viernes, 29 de julio de 2011

Sobre el loro barranquero


Los Andes, en Sudamérica, son una zona vetada a multitud de aves debido a lo hostil de su orografía. Las especies que habitan a ambos lados de la cordillera, en climas más moderados, sólo cruzan este traicionero entorno de glaciares, desiertos de sal y estepas elevadas en contadas ocasiones, si es que alguna vez se aventuran.

Pero ahora investigadores europeos han descubierto que antepasados del loro barranquero (Cyanoliseus Patagonus) ocuparon lo que en la actualidad es Chile y que desde ahí lograron cruzar los Andes. Los científicos proceden de la Universidad de Friburgo y el Instituto Max Planck de Ornitología (ambos en Alemania) y el Instituto Konrad Lorenz de Etología de Viena (Austria).
Al analizar la composición genética de los ancestros del loro barranquero, el equipo logró investigar cómo las especies superan barreras naturales y se extienden a hábitats propicios: están unidos a sitios concretos de cría cuyo número está restringido.
«Los resultados son fascinantes», comentó Juan F. Masello del Instituto Max Planck de Ornitología e investigador del estudio. «Al contrario de lo que cabría esperar, la población ancestral es originaria de la vertiente pacífica de los Andes, la ubicación actual de Chile, donde en la actualidad sólo habitan colonias pequeñas. A partir de ahí la especie logró cruzar los Andes en una única ocasión. Las dos subespecies argentinas se originaron a partir de esta población inicial. Una de ellas creció a lo largo de distintos ríos hasta alcanzar el Océano Atlántico, donde se encuentran las colonias más nutridas de la especie. En El Cóndor, esta especie forma la colonia de loros más grande del mundo, con más de 35 000 parejas.»
El loro barranquero es un ave de vivos colores que cría en colonias situadas en acantilados de arenisca o caliza. Los desfiladeros en los que se sitúan las colonias suelen enmarcar ríos o estar situados en valles a ambos lados de los Andes así como en los acantilados de la costa atlántica.
Los investigadores realizaron dos estudios que abarcaron más de 13 000 kilómetros y escavaron 66 colonias de loro barranquero de los que recogieron plumas mudadas. Los investigadores pudieron a continuación descodificar las relaciones entre colonias concretas utilizando material genético extraído de estas plumas.
«Los datos genéticos se situaron en un marco temporal utilizando la edad de los fósiles», explicó Petra Quillfeldt del Instituto Max Planck de Ornitología. «De este modo logramos estimar que el paso de los Andes sucedió hace más de 120 000 años.»
El equipo calculó que este paso se produjo en la zona de los Andes altos cerca de la Aconcagua (6 962 metros sobre el nivel del mar), probablemente sobre un paso de más de 3 000 metros de altitud.
Los descubrimientos surgidos de este estudio servirán también para proteger y mejorar la conservación de distintas subespecies. Una de ellas la chilena, que está en peligro de extinción pues sólo quedan entre 5 000 y 6 000 ejemplares. Por desgracia aún muchos se cazan para venderlos como animales de compañía.
El endurecimiento de las medidas de conservación es aún más necesario si cabe debido a las intensas diferencias genéticas que existen entre las distintas subespecies chilenas.
Del mismo modo, en Argentina la subespecie del norte está en peligro pues sólo quedan en libertad unas 2 000 parejas en edad de reproducción. Las subespecies de mayor población, situadas en la Patagonia (sur de Argentina), se encuentran amenazadas debido a la destrucción de su hábitat, pues las estepas se deforestan para dar paso a la producción de soja.












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