"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


domingo, 24 de julio de 2011

Los orígenes del polvo cósmico


Nuevas observaciones del Observatorio Espacial Herschel revelan que una estrella en explosión expulsó el equivalente a entre 160 mil y 230 mil masas terrestres de polvo nuevo. Esta enorme cantidad sugiere que las estrellas en explosión, conocidas como supernovas, son la respuesta al viejo misterio de qué suministró el polvo a los inicios del universo. "Este descubrimiento ilustra la potencia de abordar un problema en astronomía con distintas longitudes de onda de la luz", dice Paul Goldsmith, científico del proyecto Herschel de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California, que no es parte del estudio actual. "El ojo de Herschel para luz infrarroja de longitud de onda más larga nos ha dado nuevas herramientas para abordar un profundo misterio cósmico".

Herschel está liderado por la Agencia Espacial Europea con importantes contribuciones de la NASA. l polvo cósmico está hecho de varios elementos, tales como carbono, oxígeno, hierro y otros átomos más pesados que el hidrógeno y el helio. Es el material del que se forman los planetas y las personas, y es esencial para la formación estelar. Estrellas como nuestro Sol producen trozos de polvo conforme envejecen, disparando nuevas generaciones de estrellas y planetas que las orbitan.
Los astrónomos se han preguntado desde hace décadas cuánto polvo se creó en los inicios del universo. Por entonces, las estrellas similares al Sol no habían estado el tiempo suficiente en los alrededores para producir las enormes cantidades de polvo observadas en las lejanas y antiguas galaxias. Las supernovas, por otra parte, son las explosiones de estrellas masivas que no viven mucho.
Las nuevas observaciones de Herschel son la mejor prueba hasta el momento de que las supernovas son, de hecho, las máquinas de creación de polvo de los inicios del cosmos.
"La Tierra en la que vivimos está hecha casi por completo de materiales creados dentro de una estrella", explica la investigadora principal del proyecto de investigación, Margaret Meixner del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Baltimore, Maryland. "Ahora tenemos una medida directa de cómo las supernovas enriquecen el espacio con elementos que se condensan en el polvo que es necesario para las estrellas, planetas y vida".
El estudio, que aparece en el ejemplar del 8 de julio de la revista Science, se centra en los restos de la supernova más reciente de la que hemos sido testigos en la Tierra a simple vista. Conocida como SN 1987A, este remanente es el resultado de una explosión estelar que tuvo lugar a 170 000 años luz de distancia y que se observó en la Tierra en 1987. Cuando la estrella estalló, brilló en el cielo nocturno y luego se apagó lentamente a lo largo de los siguientes meses. Dado que los astrónomos fueron testigos de las fases de la muerte de la estrella con el paso del tiempo, SN 1987A es uno de los objetos más extensamente estudiados del cielo.
En el enlace hay una nueva imagen del Telescopio Espacial Hubble de la NASA que muestra cómo la supernova 1987A ha aumentado recientemente su brillo http://hubblesite.org/newscenter/archive/releases/2011/21 .
Inicialmente, los astrónomos no estaban seguros de si el telescopio Herschel podría ver este remanente de supernova. Herschel detecta las longitudes de onda infrarrojas más largas, lo que significa que puede ver objetos muy fríos que emiten muy poco calor, como el polvo. Pero sucedió que se fotografió a SN 1987A durante un estudio de Herschel de la galaxia madre del objeto - una pequeña galaxia vecina conocida como Gran Nube de Magallanes (se conoce como Gran debido a que es mayor que su galaxia hermana, la Pequeña Nube de Magallanes).
Después de que los científicos recuperasen las imágenes del espacio, se sorprendieron al ver que SN 1987A brillaba. Cuidadosos cálculos revelaron que el brillo procedía de enormes nubes de polvo - que constan de 10 000 veces más material de lo anteriormente estimado. El polvo está entre -221 y -213 Celsius - más frío que Plutón, que está a unos -204 grados Celsius.
"Nuestro descubrimiento con Herschel de polvo en SN 1987A puede darnos una significativa comprensión del polvo en la Gran Nube de Magallanes", dice Mikako Matsuura del University College de Londres en Inglaterra, autor principal del artículo de Science. "Además del puzle de cómo se creó el polvo en los inicios del universo, estos resultados nos dan nuevas pistas en misterios sobre cómo la Gran Nube de Magallanes e incluso nuestra Vía Láctea llegaron a ser tan polvorientas".
Anteriores estudios han revelado algunas pruebas de que las supernovas son capaces de producir polvo. Por ejemplo, el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, que detectar longitudes de onda infrarrojas más cortas que Herschel, encontró 10 000 masas terrestres de polvo nuevo alrededor del remanente de supernova conocido como Cassiopea A. Herschel puede ver material aún más frío, y por tanto, las reservas de polvo más frías.. "El descubrimiento de hasta 230 000 masas terrestres en polvo alrededor de SN 1978A es la mejor prueba hasta el momento de que estos monstruosos estallidos son, efectivamente, poderosos generadores de polvo", dice Eli Dwek, coautor en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.
















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