"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


sábado, 11 de diciembre de 2010

Proponen el uso de detectores de neutrinos para vigilar el cumplimiento de los tratados de no proliferación de armamento nuclear


La Física Nuclear fue conocida súbitamente por todo el mundo gracias a las bombas atómicas arrojadas sobre Japón al final de la segunda guerra mundial. Aunque algunos bombardeos masivos de los aliados sobre los alemanes produjeron un número de víctimas de un orden de magnitud similar, las imágenes de las personas achicharradas en Hirosima con la piel cayéndose a tiras quedaron grabadas en el imaginario colectivo de la población mundial. Desde entonces los humanos no hemos vuelto a ver algo así ni queremos que vuelva a suceder.

Pero ahora surgen regímenes fanáticos que quieren hacerse con "la bomba" e incluso sus dirigentes amenazan con borrar del mapa a algún que otro país. La única manera de evitar que se llegue a un punto de no retorno es evitar por la fuerza que esos países se hagan con ella o reforzar los esfuerzos diplomáticos y llegar a acuerdos que eviten el rearme nuclear. Pero los acuerdos políticos necesitan supervisión para comprobar que se cumplen y los gobiernos fanáticos suelen ser además bastante tramposos.
Es aquí donde la Física que permitió la bomba puede ayudarnos a mantener la paz mundial. Un grupo de físicos franceses sugiere que se usen detectores de neutrinos a la hora de verificar que no hay reactores secretos fabricando combustible nuclear. La idea consistiría en usar tanques (contenedores) rellenos de hidrocarburo que hagan las veces de detectores de antineutrinos.
Ahora los reactores nucleares son supervisados con sistemas a pie de campo por la Agencia Internacional para la Energía Atómica, que depende de la ONU. Si se pudieran vigilar esos reactores a distancia sería mucho mejor.
Muchas reacciones nucleares producen antineutrinos que en los reactores son producidos de manera copiosa. Un reactor de fisión produce 1021 de estas partículas por segundo. Como el flujo de neutrinos registrado es proporcional a la potencia del reactor e inversamente proporcional a la distancia a la que se encuentra, la detección de un flujo de neutrinos nos indicaría si un reactor está en funcionamiento en las cercanías. Aunque habría que tener en cuenta las oscilaciones que sufren los neutrinos desde un sabor a otro según viajan y se detectarían más bien pocos.
Hay más ventajas, a diferencia de otras partículas no hay manera de apantallar los neutrinos. Una vez se producen podrían cruzar años luz de plomo sin inmutarse.
Thierry Lasserre y sus colaboradores han pensado en una manera de detectar esos neutrinos con un sistema al que en un juego de palabras llaman SNIF (Secret Neutrino Interactions Finder). Podría consistir en tanques rellenos de 138.000 toneladas de un hidrocarburo (C13H30) similar al benceno para así poder detectar suficientes neutrinos. En sus cálculos muestran que un detector de este tipo tendría que ser sumergido a 500 metros o más bajo el nivel del mar para evitar el "ruido" producido por los rayos cósmicos en el detector y cerca de la costa para poder vigilar un reactor situado a entre 100 y 500 Km de distancia. Un tanque con una masa de tantos miles de toneladas no es fácil de construir, pero su construcción es plausible.
Sin embargo, otros expertos han puesto pegas a la idea. Aunque conceptualmente es correcta, no está claro que se pudiera distinguir a los reactores clandestinos. Encima, el presupuesto sería enorme (100 millones de dólares) y la Agencia Internacional para la Energía Atómica no lo podría asumir. Además se apunta que otros métodos en desarrollo lo pueden hacer mejor.
Lasserre argumenta que sólo pretendían explorar las posibilidades científicas de la idea más que las posibilidades políticas, aunque argumenta que en 30 años sería posible.










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