"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


viernes, 18 de noviembre de 2011

¿Pueden los perros leer nuestra mente?


Estos animales de compañía no sólo aumentan la autoestima, disminuyen la ansiedad y la agresividad de sus dueños sino que, a menudo, también se comportan y responden como si tuvieran una especie de telepatía..

Los perros responden a la atención que les presta la gente gracias a una combinación de señales.
Los perros responden a la atención que les presta la gente gracias a una combinación de señales.
Los ‘mejores amigos del ser humano’, como se denomina a los canes domésticos, son fieles e inteligentes, y además destacan respecto de los gatos caseros, en cuanto a factores como la domesticación, los lazos afectivos, el entendimiento, la capacidad de resolver problemas, su adaptabilidad al entorno y su utilidad para las personas, según confirman tanto los estudios científicos como los felices propietarios de canes.
Además, los denominados ‘animales de compañía’, en realidad hacen mucho más que acompañar a las personas: aumentan la autoestima, disminuyen la ansiedad y la agresividad de sus dueños, entre otros efectos positivos de los que cada vez se tienen más evidencias. De ello, se beneficia sobre todo la gente mayor, los niños y los discapacitados.
“A algunas mascotas sólo les falta hablar”, afirman algunos conocedores de las capacidades caninas. Aunque de momento no pueden comunicarse verbalmente, en cambio quizá dispongan de otra capacidad tanto o más prodigiosa, la de leer la mente, de acuerdo a una reciente investigación americana.
¿Cómo aprenden los perros a pedir comida a sus amos? ¿Por qué se comportan mal cuando sus propietarios no les miran como si pretendieran llamar su atención? ¿Estos animales infieren los estados mentales en las personas al observar su apariencia y comportamiento en distintas circunstancias y actúan en consecuencia? ¿Aprenden de la experiencia, respondiendo a las señales ambientales, la presencia o ausencia de ciertos estímulos?.
Para Monique Udell, profesora de psicología del departamento de Ciencias Sociales, de la Universidad de Florida (UF) en Gainsville, (EE.UU.) , la forma en que los perros responden a la atención que les prestan sus dueños se debe a una combinación de señales específicas, del contexto y de experiencia previa.
La doctora Udell y su equipo de investigadores han identificado en el perro doméstico una amplia gama de comportamientos sociales similares a los humanos, incluida su capacidad para responder al lenguaje corporal humano, las órdenes verbales y los estados de atención de las personas con las que interactúan.
Para llegar a estos resultados, lo expertos de la UF efectuaron dos experimentos que comparaban el rendimiento entre perros domésticos, perros pastores y lobos, poniéndoles en la situación de pedir comida a una persona atenta o a alguien que el animal no podía ver, para averiguar  si su entorno (rebaño o casa) o su especie (perro o lobo), influían en su rendimiento.

LOBOS Y PERROS, IGUAL DE SENSIBLES
Así se descubrió que los lobos y perros domésticos son capaces de solicitar comida acercándose a los humanos atentos, y que ambas especies pueden mejorar rápidamente su desempeño con la práctica.
Por otra parte, los perros caseros fueron más sensibles que los dedicados a pastorear, en relación con los estímulos predecibles en los seres humanos atentos. Aquellos animales menos expuestos de forma regular a los seres humanos tendían a actuar de forma más incorrecta a la hora de pedir comida.
Para los investigadores, "esto sugiere que la habilidad de los perros para seguir las acciones humanas se debe a la voluntad de aceptar a los seres humanos como compañeros sociales, combinada con una capacidad para seguir las extremidades y las acciones de las personas para recibir confirmación”.
Para desarrollar este tipo de habilidades son importantes el tipo de señales de atención que recibe el perro, así como el contexto en el que se presenta la orden y la experiencia previa del animales, de acuerdo a los expertos de la UF.
En opinión de la doctora Udell, "los perros pueden estar en una sintonía tan importante con las personas que ello podría equipararse en cierta medida con que sean capaces de leer nuestra mente".
Los animales de compañía no sólo son capaces de captar el estado mental de las personas, sino además influir de manera positiva sobre su psique, emociones y estado de ánimo, una influencia que se viene aprovechando con éxito desde hace años para desarrollar distintos tipo de Terapia y Educación Asistida por Animales de Compañía (TEAAC).
Las TEAAC, que se realizan en la propia casa de la persona, en centros sanitarios o penitenciarios, consisten en la participación de animales de compañía en actividades terapéuticas, con el fin de mejorar la calidad de vida o promover la salud de personas con necesidades especiales, bien por la edad, por discapacidades o bien por estar privados de la libertad.
Se trata de aprovechar los valores intrínsecos de los animales (respuesta invariable, fidelidad, incapacidad de juzgar…) para facilitar la labor del terapeuta, médico o educador, al tratar ciertas patologías físicas o psíquicas, e incluso para mejorar la calidad de vida de algunos colectivos con problemas de integración social.

LOS ANIMALES CALMAN LOS NERVIOS
Durante el octavo congreso sobre (TEAAC) de la Fundación Affinity, se ha concluido que los animales de compañía aumentan la autoestima, disminuyen la ansiedad y la agresividad, entre otros beneficios de los que cada vez se tienen más evidencias.
Según Teri Pichot, psicoterapeuta y trabajadora social de un  programa de terapia con perros “la sola presencia de animales en casa puede hacer disminuir la presión arterial y la frecuencia cardíaca e, incluso, se ha detectado una disminución de la necesidad de tomar algunos medicamentos”.
El experto Philip Arkow, de la American Human Association (Asociación Humana de América) en Estados Unidos citó la reflexión de una de las usuarias de un programa TEAAC, refiriéndose al perro de terapia: “a él no le importa si tengo el pelo blanco, si no tengo dientes o si no me acuerdo del nombre de mis hijos”. Un testimonio que puede representar los sentimientos que a menudo experimentan estos usuarios.
Según Amy McCullough , experta estadounidense  en terapias con animales realizadas con niños que sufren abusos ,“para el niño que ha sufrido abusos, el perro se convierte en su confidente, en alguien que le apoya y que le transmite confianza”.
“También es así en otras situaciones emocionalmente difíciles como es el divorcio de los padres o el proceso de investigación en un caso de abuso. En esos momentos, el hecho de que el niño cuente con el apoyo incondicional del perro hace menos intimidatorio el proceso”, añadió McCullough.
Por su parte, Ana Poves, del centro de discapacidad de San Juan de Dios en Madrid (España), “un programa de terapias con animales aumenta la autonomía de los usuarios y sus habilidades intelectuales e instrumentales en jóvenes con discapacidad intelectual profunda o grave. Además, aumenta su serenidad, disminuye su ansiedad y les ayuda a integrarse socialmente”.

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