"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


sábado, 3 de julio de 2010

VIAJANDO.

La vida siempre es una continuidad, siempre. No hay un destino final. Siempre es un “ir hacia”. Simplemente el peregrinaje, simplemente el viaje en sí mismo, es vida, sin llegar a un cierto punto, sin meta; simplemente danzar y estar en el peregrinaje, moverse alegremente, sin preocuparse por el destino.
¿Qué harás al llegar al destino? Nadie se lo ha preguntado porque todo el mundo está tratando de tener un destino en la vida. Sin embargo, las implicaciones. . .Si realmente llegas al destino de la vida, ¿entonces qué?. Entonces vas a sentirte muy incómodo: no hay a dónde ir. . ., has llegado al destino final y en el trayecto lo has perdido todo. Has tenido que perderlo todo. Así que, al permanecer desnudo en el destino final, mirarás a tu alrededor como un tonto: ¿cuál era el motivo? Estabas afanándote tanto, estabas preocupándote tanto. . ., y éste es el resultado.

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