Los científicos japoneses realizaron una investigación en laboratorio y con un grupo de ratones, que fueron alimentados con agua o con café para establecer las diferencias en los efectos de ambas sustancias en el organismo.
Así, se pudo comprobar que el consumo de café previene la aparición de altos niveles de azúcar en sangre y la sensibilidad a la insulina en los ratones. Asimismo, esta sustancia provocó otros efectos positivos en los animales que la tomaron con regularidad: cambios en la grasa del hígado y en las adipocitoquinas inflamatorias. Estos cambios están relacionados con un riesgo reducido de padecer diabetes
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