"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


lunes, 5 de julio de 2010

Los Reyes Magos de Oriente

Los Reyes Magos de Oriente


 

    Pero los regalos tampoco es una costumbre cristiana. Era una costumbre pagana que fue absorbida por la Iglesia. Por otra parte, pese a que hoy día todos lo celebramos, tampoco tiene sentido atribuir esta costumbre al hecho bíblico de la entrega de regalos que hicieron los Reyes Magos al niño Jesús. Qué curiosos personajes debieron ser estos Reyes Magos que observaron la Estrella de Belén: ¿Quienes fueron? ¿De dónde procedían? ¿Qué vieron?  Si pocas pruebas teníamos en el caso de la Natividad pocas vamos a ir teniendo en lo que se refiere a los Reyes Magos. No existe en la Biblia ninguna referencia que nos permita contestar, aunque sea de manera concisa, a las preguntas planteadas al principio.  2.1 ¿Quienes fueron?  Las únicas citas que podemos sacar de la Biblia son las reflejadas en el Evangelio de San Mateo. Se inician con los tres primeros versículos ya transcritos al inicio de éste trabajo pero que, por homogeneizar, se vuelven a reproducir, ampliándose con el resto de versículos que mencionan a los Reyes Magos:  
      "Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. [...] Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén [...] Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; [...] Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino." (Mateo 2, 1-12).
  No hay nada más. La tradición y la secuela que han dejado los Reyes Magos no debe tener otro lugar de partida más que el que hemos expuesto. Con esto en mente, la primera y evidente conclusión que sacamos es el hecho de que no se menciona cuantos fueron y mucho menos que fueran Reyes. Solamente se habla de magos.  El término mago procede del griego, magoi. Un magoi significa matemático, astrónomo y astrólogo. Por entonces la Astrología y la Astronomía no estaban separadas, como hoy felizmente lo están, de manera que los designios humanos podían saberse si se estudiaban cuidadosamente las estrellas. Si tomamos en cuenta esta traducción y las citas de Mateo podemos considerar a los Reyes Magos como hábiles observadores del cielo.  El título de monarcas no tiene base sostenible y procede de una cita del teólogo y abogado cartaginés Tertuliano (ca.160-220) basándose en el siguiente texto del Salmo Proverbio para Salomón:
      "Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones." (Salmo 72, 10)
  Tertuliano afirmó que los magos debían ser Reyes que procederían de Oriente y en los siglos siguiente la visión monárquica de estos magos se fue imponiendo permaneciendo hasta nuestros días.  Por otra parte el número de Reyes Magos tampoco se cita con exactitud. En distintas representaciones iconográficas realizadas en templos durante los siglos III y IV aparecen dos, tres y hasta cuatro magos. Otras fuentes cristianas (sirias y armenias) pensaron en doce Reyes al relacionarlos con las doce tribus de Israel o con los doce apóstoles. Los cristianos egipcios creían que eran sesenta. En el siglo tercero, el teólogo Orígenes (185-253) indicó que los Reyes Magos eran tres. Al fin y al cabo son tres los regalos que se nombran en el Evangelio de San Mateo: oro, incienso y mirra. En el sirio y apócrifo Evangelio de la Infancia se dice que eran tres hijos de Reyes y además adoradores del fuego y de las estrellas lo cual al menos nos deja con cierta confianza al entender que algo sabrían de Astronomía.

 2.2 ¿De dónde procedían?    Como veremos en éste apartado, el lugar desde donde iniciaron su viaje a Belén no deja de ser importante para poder extraer información acerca de lo que vieron.  Tradicionalmente se considera que eran babilonios, entre otras cosas por algunos puntos en común con el pueblo judío y porque el resto de Israel estaba rodeado por el Imperio Romano. Pero, como en cualquier punto que se quiere abordar de estos temas, surgen contradicciones. Muchos investigadores los consideran originarios de Persia (la actual Irán) partiendo de la base de que muchas leyendas que contiene hoy día la Navidad proceden de costumbres anteriores al cristianismo. Por ejemplo los sacerdotes persas del siglo V y VI a.C. también le ofrecían a su dios (Ahura-Mazda) oro, incienso y mirra. Un escritor español Clemente Aurelio Prudencio los situó en Persia; al igual que se cita en el Protoevangelio de Santiago (Evangelio Apócrifo). Tampoco ha de considerarse Persia una idea alocada pues también está al este de Israel, a unos 1800 kilómetros, el doble de la distancia que separa Jerusalén de Babilonia.  Algunas pinturas afianzan también esta posición. Una de las más famosas es la existente en un mosaico situado en la iglesia de San Apolinar el Nuevo, en Rávena (Italia) que aquí reproducimos. En ella pueden encontrarse a los tres reyes (obsérvese que no hay ningún rey negro) con una indumentaria persa compuesta por capa y gorros frigios característicos por su punta inclinada hacia delante. Por cierto que también aquí aparecen por primera vez sus nombres, pero esto es otra historia...  
 

  Por último otras leyendas con cierto contenido histórico dicen que los persas, al invadir Jerusalén a principios del siglo séptimo, no cometieron ningún sacrilegio en la iglesia de la Natividad porque allí vieron una inscripción con la Adoración de los Reyes Magos y al ver a estos con un vestido similar al suyo declinaron atacar el templo. Marco Polo, por su parte, también escribió cuando visitó la ciudad iraní de Saveh, que sus habitantes le aseguraron que era el lugar originario de los Reyes Magos e incluso que aún se hallaban allí sus cuerpos incorruptos. Se dice que estos restos están repartidos hoy día entre dos ciudades europeas, pero esto, también es otra historia...Aquí, en cambio podríamos pensar en un detalle. Apenas existe una cultura astronómica persa mientras que la tradición astronómica en Babilonia tuvo sus orígenes en el tercer milenio antes de Cristo. Los babilonios fueron casi los primeros en realizar observaciones astronómicas precisas destacando entre sus logros, la división del día en 24 horas (hacia el tercer milenio a.C.); el cálculo de la duración media entre dos fases lunares (siglo III a.C.); periodicidad de los eclipses solares: El Ciclo de Saros (s. III a.C.); etc. Además dieron nombres a muchas constelaciones, algunos de los cuales (los que corresponden a las constelaciones zodiacales) seguimos usando hoy día con las lógicas modificaciones lingüísticas.  Si los Reyes Magos hubieran sido persas, una estrella más o menos no sería motivo para alarmarles, pero siendo babilonios (o procedentes de Babilonia) no sólo se alarmarían si vieran un acontecimiento astronómico importante sino que también contaríamos con la baza de que sabrían discernir entre algo común y cotidiano y algo verdaderamente destacable.  Existen algunas opiniones que sitúan a Persia como país de origen de los Reyes Magos pero sin ocultar su procedencia babilónica. Como quiera que Babilonia invadió vorazmente Jerusalén seis siglos antes de Cristo y se llevó muchísimos judíos como prisioneros, (hasta tal punto que siglos después los judíos formaron una buena parte de la población babilónica), el origen babilónico de los magos no sería más que el reducto de su verdadera ascendencia judía y de ahí su interés por la aparición de un Mesías que reinaría en su pueblo. ¿Rebuscada hipótesis en un mar de hipótesis? Es posible pero no nos queda otro remedio que navegar en el mar de la incertidumbre. Ojalá algún día el tiempo nos arroje resultados válidos.  2.3 ¿Qué vieron?  Partiendo de las referencias bíblicas de las que disponemos lo único que podemos saber acerca de lo que vieron los Reyes Magos es lo contenido en el Evangelio de San Mateo 2, 1-9, en ningún otros se hace referencia a la Estrella de Belén. En concreto:
      "(...) ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle. (...)[...] Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén (...) Ellos [los reyes] habiendo oído al rey, [Herodes] se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iban delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño"
  La única cita en los evangelios contenidos en la Biblia es ésta. Pero en el Protoevangelio de Santiago se indica algo curioso. Herodes pregunta a los Reyes Magos sobre la estrella, los monarcas contestan:
      "Una estrella indescriptiblemente grande apareció de entre estas estrellas y las deslumbró de tal manera que ya no lucían y así supimos que un Rey había nacido en Israel."
  Es ineludible que con tan pocas y escuetas referencias bíblicas no tenemos más remedio que empezar buscando más información, citas, comentarios o gráficos en un tiempo relativamente próximo al nacimiento de Jesús. Por ejemplo pasemos a una referencia de uno de los discípulos de los apóstoles: San Ignacio de Antioquía. En una de sus epístolas San Ignacio hizo en el siglo I una referencia a la estrella de Belén en los siguientes términos:
      "...un astro brillaba en el cielo más que todos los restantes, su situación era inexplicable, y su novedad causaba asombro. Los demás astros, junto con el Sol y la Luna, formaban un coro en torno a este nuevo astro, que los superaba a todos por su resplandor. La gente se preguntaba de dónde vendría este nuevo objeto, diferente de todos los demás."
  Verdaderamente lo que quiera que fuese debió ser realmente espectacular. El teólogo Orígenes comentó en el siglo III:"...yo creo que la estrella que apareció en Oriente era de una especie nueva y que no tenía nada en común con las estrellas que vemos en el firmamento o en las órbitas inferiores, sino que, más bien, estaba próxima a la naturaleza de los cometas... He aquí pruebas de mi opinión: se ha podido observar que en los grandes acontecimientos y en los grandes cambios que han ocurrido sobre la Tierra han aparecido astros de este tipo que presagiaban: revoluciones en el Imperio, guerras u otros accidentes capaces de trastornar el mundo... Así pues, si es cierto que se vieron aparecer cometas o algún otro astro de esta misma naturaleza con ocasión del establecimiento de alguna nueva monarquía, o en el transcurso de algún cambio importante en los asuntos humanos, no debemos extrañarnos de que haya aparecido una nueva estrella con ocasión del nacimiento de una persona que iba a originar un cambio tan radical entre los hombres."Quizás esto no sea una información de utilidad pero es indudable que Orígenes, como respondiendo a su nombre, es de los primeros en preguntarse por el "origen" de la estrella de Belén.Pero es muy poco. Se vio en oriente, se movió, era la más brillante de todas las estrellas, pudo tratarse de un cometa... Poca información tenemos pero ¿falta alguna estrella de Belén en algún Nacimiento? ¿Fue una invención? ¿Existió en realidad? ¿Cuánto tiene de leyenda? ¿Qué pudo ser lo que se observó en Belén? Es preciso explorar más para ahondar en lo que pudo o no pudo ser la Estrella de Belén. Pasemos pues a la acción.





 

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