"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


sábado, 16 de abril de 2011

El pintor de la memoria


Prosopagnosia es la incapacidad para recordar y reconocer rostros y lugares. Todo lo contrario, es lo que le ha sucedido a Franco Magnani. Franco es capaz de recordar con un detalle extraordinario cada ángulo de su ciudad natal y sus paisajes, un lugar que no ha visto por treinta años. La obsesión por el recuerdo de su pueblo, lo ha impulsado a plasmar sus visiones en infinidad de pinturas, siendo reconocido por su particular habilidad, como el pintor de la memoria.

 Franco Magnani nace en el año 1934 en Pontito, Italia, una ciudad toscana cerca de Florencia. Pontito es un pueblo aislado en la cresta de las montañas boscosas, en donde Franco tuvo una vida apacible hasta el año 1942, cuando su padre muere en un accidente y se desata la guerra. Una vez retornada la calma tras la guerra, el trabajo escasea y Franco decide dejar su ciudad natal. En 1965, llega a California para cumplir su sueño de ver el Golden Gate. Ya radicado definitivamente, tras unos meses, cae enfermo.
Desde entonces, comienza a tener sueños asombrosamente vívidos de su pueblo natal. Tanto, que comienza a experimentar sus sueños y recuerdos como un llamado a pintar escenas de su infancia. Así, comienza una obra prolífica de pinturas desde su memoria, donde los edificios, las calles y los alrededores de Pontito quedan plasmados a la perfección.
La compenetración con el espacio a retratar era tal, que Franco volvía la cabeza en distintas direcciones para variar los ángulos desde donde pintaba, como si estuviera transportado a otro espacio para reproducir a la perfección lugares que no había visto en años.
Sus cuadros están llenos de edificios de piedra, arcos, paisajes de colinas toscanas, y antiguas ruinas etruscas. Lo curioso es que ha pintado centenares, y cada uno de ellos, tiene un grado de detalle tan similar a la visión real, que resultan asombrosos.
En una exposición en el año 1989, las pinturas de Franco eran expuestas junto a fotografías de los mismos lugares retratados de enorme similitud. Sus cuadros, han llegado a exposiciones en Toscana y muestras itinerantes por Estados Unidos y Canadá.
Magnani, ha llamado la atención del neurólogo Oliver Sacks, quien ha incluido su historia en el libro "Un antropólogo en Marte". El libro, aborda siete casos médicos de personas con enfermedades neurológicas, como el autismo o el síndrome de Tourette.
Su caso, recuerda en parte la historia de Stephen Wiltshire, también conocido como la cámara humana, y diagnosticado con autismo. Wiltshire, posee una asombrosa habilidad para dibujar un paisaje desde una óptica arquitectónica y urbanística en extremo detalle, luego de haber visto el panorama una única vez por un breve período de tiempo.
Magnani, por su parte, tras enfermedad que padece en San Francisco, había quedado atrapado en la perfección de sus recuerdos de Pontito. Sin embargo, su memoria no era homogénea, y no era capaz de recordar con tal precisión otras imágenes o lugares. Se transformó de hecho en un artista obsesionado con su pueblo natal, que ha construido un modelo tridimensional de alta precisión del pueblo en su cabeza. La historia, ha merecido en palabras del ensayo de Oliver Sacks, la calificación de Pontito como "El paisaje de sus sueños".

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