"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


jueves, 28 de abril de 2011

Proyecto PHIME


La ingesta de una cantidad excesiva de litio mediante agua procedente del subsuelo puede provocar hipotiroidismo, según señala un estudio realizado en Suecia. El litio se utiliza en todo el mundo para tratar el trastorno bipolar y también casos de depresión resistente al tratamiento. Ahora se han hallado concentraciones elevadas de este elemento en aldeas de los Andes argentinos, donde personas tratadas por trastorno bipolar presentaron una alteración de la función tiroidea. En la revista Environmental Health Perspectives se ha publicado un artículo sobre esta investigación, financiada en parte por el proyecto PHIME («Impacto sobre la salud pública de la exposición prolongada a concentraciones bajas de elementos mixtos en estratos poblacionales susceptibles»), al que se adjudicaron 13,43 millones de euros a través del área temática «Calidad y seguridad de los alimentos» del Sexto Programa Marco (6PM) de la Unión Europea. El referido es uno de los cerca de treinta estudios realizados conforme a los objetivos de PHIME, con los que se pretende esclarecer la influencia de los metales tóxicos en una serie de enfermedades graves y preocupantes para la salud pública.

El hipotiroidismo es un trastorno metabólico que puede provocar depresión, fatiga, pérdida de memoria, aumento de peso y sensibilidad al frío. En dicho estudio se examinó a mujeres de varias aldeas de las punas, mesetas de la Cordillera de los Andes.
«La cantidad de litio que ingieren aquellas mujeres mediante el agua que beben equivale aproximadamente a la décima parte de la dosis diaria tomada por quienes padecen trastorno bipolar», explicó la Dra. Karin Broberg, médico especialista en patologías laborales y ambientales de la Universidad de Lund (Suecia) y primera firmante del artículo. «Sin embargo, llevan toda la vida absorbiendo ese litio, incluso desde antes de nacer. Desconocemos de qué manera repercute esto en su salud. Por eso planeamos otro estudio comparativo sobre la salud de dos grupos de madres e hijos, los que presentan la mayor concentración de litio en sangre y los que presentan la más baja.»
Los autores recuerdan que la zona de los Andes es rica distintos elementos, y que concretamente Bolivia cuenta con grandes reservas de litio en su desierto de sal, el Salar de Uyuni. Estos elementos distan de ofrecer beneficios únicamente; también plantean una amenaza para el medio ambiente.
Un estudio anterior centrado en la provincia de Salta, en el noroeste de Argentina, destacó la elevada concentración de litio, arsénico, cesio, boro y rubidio en el agua consumida y en la orina de las mujeres de la zona examinadas.
«La ingestión de arsénico y litio durante toda la vida acarrea un riesgo indudable para la salud», aseguró la Dra. Broberg. «Se desconocen las consecuencias de ingerir las demás sustancias mediante el agua, apenas se ha investigado al respecto», añadió.
Por medio de espectrometría de masas, los autores pudieron medir de una vez la concentración de numerosas sustancias, por lo que éste fue un método mucho más eficaz que otras técnicas convencionales que sólo permiten analizar cada sustancia por separado. Por ello la Dra. Broberg es partidaria de evaluar el agua consumida por la población con espectrometría de masas.
«En muchos sitios se considera que las aguas subterráneas son mejores para beber que las procedentes de lagos y ríos, con frecuencia contaminados», recordó. «Pero en Bangladesh este hábito ha causado problemas de salud muy graves, puesto que se ha descubierto que el agua procedente de pozos contenía arsénico. Apenas se conoce la concentración de litio y otras sustancias potencialmente peligrosas en las aguas subterráneas de buena parte del mundo, pero convendría averiguarlo.»













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