"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


domingo, 4 de septiembre de 2011

Las bacterias del intestino pueden controlar y afectar a nuestra mente


Como todos sabemos, cientos de bacterias viven en nuestros intestinos, y según parece podrían ser responsables de nuestra salud y fisiología, tal y como están descubriendo los científicos. De hecho, un estudio reciente sugiere que dichas bacterias podrían afectar a la mente, alterando la química del cerebro, lo que conlleva cambios anímicos y de comportamiento.

En los últimos años los científicos han estado muy interesados en la relación entre la flora intestinal y su influencia en el cerebro. Hasta el momento, las investigaciones se han centrado en cómo las bacterias patógenas influyen en el cerebro mediante la liberación de toxinas, sin embargo, recientemente se ha demostrado que incluso las bacterias benignas pueden alterar nuestro comportamiento.
El neurocientífico John Cryan de la Universidad de Cork en Irlanda, junto a sus colegas de la Universidad de McMaster en Canadá, suministraron grandes dosis de una bacteria benigna llamada Lactobacillus rhamnosus, a un grupo de ratones comunes.
Los resultados fueron esclarecedores, según parece, los ratones a los que se les había suministrado L. rhamnosus durante 6 semanas mostraron unos niveles muy inferiores de estrés y ansiedad. Dichos roedores se mostraron menos recelosos a la exploración de espacios abiertos, lugares que suelen evitar en condiciones normales. También mostraron una menor respuesta de las hormonas del estrés cuando los investigadores los metieron en agua. "Fue muy emocionante porque nos indica que los animales están más relajados y no muestran la misma respuesta al estrés", dice Cryan.
Al analizar los cerebros de los roedores a los que se les había suministrado el suplemento bacteriano, los científicos pudieron apreciar cambios en la actividad de los genes encargados de codificar partes de los receptores para el neurotransmisor GABA. Este tipo de neurotransmisores reducen la actividad neuronal, y muchos medicamentos para luchar contra la ansiedad tienen por objetivo estos mismos receptores.
Los cambios en los receptores GABA cesaba por completo si se cortaba el nervio vago, el cual comunica el intestino con el cerebro. El modo en que las bacterias influyen en el cerebro a través de dicho nervio es aún un misterio, y se deberá continuar investigando.
Por tanto, el estudio es un inicio a una posible solución para aquellas personas que sufren de trastornos anímicos. Aunque como dice Emeran Mayer, un gastroenterólogo de la Universidad de California en Los Ángeles, "Personalmente, creo que el comportamiento emocional de los humanos es mucho más complejo, por lo que no creo que encuentre las respuestas que busco".













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