"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


lunes, 16 de enero de 2012

Analizando el hielo


Un equipo internacional de investigadores ha comenzado a analizar los que podrían convertirse en los primeros testigos de hielo perforados en un glaciar de los Alpes orientales. Dichos testigos provienen de un glaciar cercano a la cima del monte Ortles, un pico de 3 905 m de altura localizado en el noreste de Italia. De los cuatro núcleos, tres miden 75 m de largo y el otro 60 m.

E
l equipo, formado por investigadores de Austria, Estados Unidos, Italia y Rusia, espera que los resultados de su trabajo sirvan para crear un registro del clima del pasado y de los cambios ambientales acaecidos en la región a lo largo de varios siglos. Si los científicos estuvieran de suerte, estos testigos podrían incluso contener secretos que se remontan a mil años atrás. Los investigadores esperan además que contengan vestigios de actividad humana primitiva en la región como, por ejemplo, subproductos atmosféricos de la fundición de metales.
Los testigos de hielo que están analizando son importantes pues, hasta ahora, siempre se había creído que un glaciar estaba a una altitud demasiado baja para poder contener hielo que estuviera lo suficientemente frío como para haber conservado un registro climático claro. Si bien el tercio superior de los testigos muestra, en efecto, que el agua derretida se había filtrado hacia abajo, lo que muy posiblemente afecta al registro, los dos tercios restantes de los testigos contienen hielo inalterado que debería servir a los miembros del equipo de investigación para reconstruir la historia climática de la zona.
Este proyecto es también pionero por trabajar con testigos de hielo extraídos en la parte oriental de los Alpes, con lo que ofrece una imagen mucho más clara del cambio climático en este rincón de Europa.
Investigaciones previas habían demostrado que en cotas elevadas de dicha región se había producido un aumento de las temperaturas estivales de hasta dos grados centígrados en los últimos treinta años. A pesar de la fusión en las partes superiores de los testigos, los investigadores esperan encontrar un registro que comienza en los años ochenta y continúa hasta varios siglos atrás, o tal vez más.
«Este glaciar ya está cambiando de arriba hacia abajo de manera irreversible», explicó el jefe de la expedición, Paolo Gabrielli de la Universidad de Ohio (Estados Unidos). «Está pasando de ser un glaciar "frío", en el que el hielo es estable, a convertirse en un glaciar "templado" en el que el hielo se puede degradar. El glaciar entero podría hacer la transición hacia un estado templado en más o menos el próximo decenio.»
Tales cambios inminentes en las temperaturas del glaciar significan que es muy importante recuperar estos núcleos lo antes posible, ya que una vez que hayan desaparecido se llevarán con ellos el valioso registro del pasado que encierran.
Apoyándose en los patrones climáticos, el hielo de los testigos que se formó a lo largo de veranos anteriores probablemente ofrezca una imagen de lo que fue el clima en el pasado en una zona cercana a la montaña, tal vez sólo de entre diez y cien kilómetros de distancia. Pero el hielo formado durante los inviernos pasados debería ofrecer indicios que ayuden a conformar la imagen de lo que ocurrió en un área mucho más amplia.
Un análisis del hielo también podría ofrecer respuestas a cuestiones importantes sobre la región como, por ejemplo, de qué manera ha cambiado el clima durante la transición entre el Período Cálido Medieval y la Pequeña Edad de Hielo.

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