"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


miércoles, 30 de junio de 2010

"NI SIQUIERA SOY POLVO" de J.L. BORGES

  1. NI SIQUIERA SOY POLVOkaleidoscope004

    No quiero ser quien soy. La avara suerte
    me ha deparado el siglo diecisiete,
    el polvo y la rutina de Castilla,
    las cosas repetidas, la mañana
    que, prometiendo el hoy, nos da la víspera,
    la plática del cura y del barbero,
    la soledad que va dejando el tiempo
    y una vaga sobrina analfabeta.
    Soy hombre entrado en años. Una página
    casual me reveló no usadas voces
    que me buscaban, Amadís y Urganda.
    Vendí mis tierras y compré los libros
    que historian cabalmente las empresas:
    el Grial, que recogió la sangre humana
    que el Hijo derramó para salvarnos,
    el ídolo de oro de Mahoma,
    los hierros, las almenas, las banderas
    y las operaciones de la magia.
    Cristianos caballeros recorrían
    los reinos de la tierra, vindicando
    el honor ultrajado o imponiendo
    justicia con los filos de la espada.
    Quiera Dios que un enviado restituya
    a nuestro tiempo ese ejercicio noble.
    Mis sueños lo divisan. Lo he sentido
    a veces en mi triste carne célibe.
    No sé aún su nombre. Yo, Quijano,
    seré ese paladín. Seré mi sueño.
    En esta vieja casa hay una adarga
    antigua y una hoja de Toledo
    y una lanza y los libros verdaderos
    que a mi brazo prometen la victoria.
    ¿A mi brazo? Mi cara (que no he visto)
    no proyecta una cara en el espejo.
    Ni siquiera soy polvo. Soy un sueño
    que entreteje en el sueño y la vigilia
    mi hermano y padre, el capitán Cervantes,
    que militó en los mares de Lepanto
    y supo unos latines y algo de árabe...
    Para que yo pueda soñar al otro
    cuya verde memoria será parte
    de los días del hombre, te suplico:
    mi Dios, mi soñador, sigue soñándome.

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