"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


sábado, 17 de octubre de 2009

Benditos sean

Benditos sean los que tienden la mano para ayudar, los que intentan
comprender, los que anhelan compartir.

Benditos sean lo que para dar su opinión no necesitan subirse a ningún
podio, los que se hacen tiempo para escuchar y los que saben que siempre hay
algo por aprender.

Benditos sean aquellos que tratan de pulir y de borrar sus mezquindades y no
simplemente de ocultarlas.

Benditos sean los buenos amigos y el culto a la amistad.

Benditos sean los que llenan las noches de filosofía, los que riegan los
caminos hacia la utopía con batallas épicas y los que a cada historia de
amor la cargan de locuras.

Benditos sean los que disfrutan del sol y de la luna, del cielo abierto y de
la noche cerrada, de escalar la montaña y de zambullirse en el mar.

Benditos sean los que pueden eludir la costra y ver la esencia, los que
pueden gozar de la poesía que tiene este mundo maravilloso.

Benditos sean los que no abandonan sus principios ni sus raíces, pero que no
se cierran a los cambios ni renuncian a intentar volar.

Benditos sean los que sueñan despiertos, sobre todo si sueñan mejorar el
mundo que los rodea,
y benditos los que del sueño saltan a la acción.

Benditos los que leen lo que otros escriben, los que escuchan atentamente a
quienes tienen necesidad de hablar y los que pierden, a conciencia, para que
gane un ser querido.

Benditos sean los que odian el egoísmo, el dolor, y la apatía ante la
injusticia.

Benditos sean los que creen que nunca se llega al ideal pero luchan con
pasión infatigable por sus ideales.

Benditos sean los que entienden que el amanecer en la playa, el pan recién
horneado, la música y las caricias son partes de una fiesta que merecemos
todos.

Benditos sean los que piden perdón, los que dicen gracias y los que no se
olvidan de decir por favor.

Benditos sean los que aspiran que el mundo tenga lugar suficiente tanto para
la hormiga laboriosa como para la cigarra, con su tan necesario arte.

Benditos sean los que quieren abolir las quejas, los que quieren que
asciendan mucho los de abajo
y desciendan un poco los de arriba, benditos los que quieren que la muerte
muera.

Benditos sean los que no subsisten sollozando, mientras esperan el milagro,
sino que se proponen forjar algo milagroso.

Benditos sean los que se arriesgan por las causas perdidas, por conquistar
corazones y por el bien de los amigos.

Benditos sean los que se arriesgan a mostrar sus sentimientos.

Benditos sean los que se arriesgan.

Benditos sean los que aman la vida.

Benditos sean todos los lugares donde hemos estado, los lugares donde quiero
llevarte, los lugares donde estaremos juntos.

Bendito sea el camino que me llevó a conocer tu sonrisa, puerta de tu alma.

Benditos sean tus ojos, porque es bueno que lo sepas, aun en la soledad más
profunda me acompaña tu mirada.

*El primer suspiro de Amor...es el último de la razón*

Bendito sea.

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