"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


lunes, 5 de marzo de 2012

Descomposición y deformaciones fosilizadas


Un equipo de investigación compuesto por dos científicos de Alemania y Suiza ha descubierto que los procesos de descomposición de dinosaurios generaron deformaciones extrañas plasmadas en sus fósiles. El descubrimiento echa por tierra la creencia generalizada de que la extraña postura de los dinosaurios era producto de espasmos agónicos.

L
os esqueletos prácticamente completos y articulados de los dinosaurios de cuello y cola largos suelen presentar una postura en la que la cabeza y el cuello están girados hacia la espalda del propio animal. Esta postura es característica del Archaeopteryx y ha sido objeto de estudio paleontológico desde hace más de 150 años. Hay quien la denomina en términos informales la «pose de la bicicleta», pero por precisión se hace referencia a ella como «postura opistotónica». Esta postura se genera por una falta de vitaminas, envenenamiento o cambios en el cerebelo.
Este órgano encefálico controla el movimiento preciso de los músculos, entre los que se encuentran los antigravitatorios, encargados de mantener firmes la cabeza y la cola. Si el cerebelo deja de funcionar, estos músculos se tensan y por tanto se produce la contracción del cuello, la cola y las extremidades.
Hace cerca de cien años se consideró que un síndrome similar afectó a distintos fósiles de vertebrados durante su agonía. Aunque en un principio la hipótesis recibió apoyo, se fue abandonando con el paso del tiempo.
No obstante, la teoría «opistotónica» resurgió en 2007. En este último estudio, investigadores alemanes y suizos la reevaluaron mediante el estudio del dinosaurio bípedo Compsognathus longipes descubierto en el archipiélago alemán de Solnhofen. Expertos en la materia coinciden en que el lecho en el que murió este animal era una laguna tropical.
«Consideramos que el factor más importante de este nuevo planteamiento en la conservación de una postura opistotónica en un fósil pasa por que el vertebrado terrestre quedara cubierto de forma inmediata tras su muerte sin que se desplazase de forma significativa», explicó Achim Reisdorf, sedimentólogo del Instituto de Geología y Paleontología de la Universidad de Basilea (Suiza). «Pero el desplazamiento de un cadáver desde la tierra firme hasta el mar y su posterior hundimiento por la columna de agua en unos decímetros o metros no lo es.»
La pareja de científicos considera que la espalda se comba por las alteraciones postmortem del cadáver en descomposición. Para comprobar esta hipótesis sumergieron en agua cuellos y tóraxes de pollos desplumados.
Éstos se combaron incluso más de 90 grados en este medio. El grado de curvatura se intensificó tras meses de descomposición. Descubrieron que el responsable de la curvatura del cuello de estas aves es un ligamento especial que conecta las vértebras por la parte superior. Este «ligamentum elasticum» está pretensado en pollos vivos y muertos.
«Los veterinarios tratan con muchos animales enfermos y agonizantes que han adoptado la postura opistotónica», añadió Michael Wuttke, paleontólogo de la Dirección General del Patrimonio Cultural de Renania-Palatinado (Alemania). «Los paleontólogos especializados en vertebrados, que entre otras cuestiones tratan de averiguar el entorno en el que murieron los animales y en el que quedaron enterrados, han de inferir los procesos que se producen tras la muerte y las limitaciones biomecánicas.»
Según el equipo: «Un ligamentum elasticum fuerte era esencial para todos los dinosaurios de cola y cuello largos. Este ligamento pretensado les permitía ahorrar energía cuando se encontraban en tierra. Tras su muerte y posterior inmersión en agua, la energía almacenada a lo largo de las vértebras era suficiente para combar la columna vertebral hacia atrás tanto más cuanto más se descomponían los músculos y otras partes blandas de su organismo. Cabe reseñar que en el espécimen de Compsognathus se pueden confirmar estos pasos graduales de recurvatura. Por lo tanto se puede inferir que son procesos biomecánicos los responsables de la extraña postura post mortem de un cadáver en un lecho acuoso y no espasmos agónicos.»

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