Estos desechos han incrementado las poblaciones de
un insecto que está modificando la cadena trófica marina en el área
norte del Pacífico
La actividad humana altera el equilibrio de los ecosistemas y la
"pasión" por el uso de plástico está generando graves
problemas en el mar. Científicos de la Universidad de California
han presentado los resultados de una investigación realizada en el
área norte del océano Pacífico, donde se localiza uno de los
vertederos de este tipo de residuos más grandes del planeta (su
superficie es tan grande como Francia).
Sus conclusiones no dejan de ser alarmantes: se han multiplicado las colonias del Halobates serices, un insecto que vive en ese entorno. Hasta ahora, este insecto depositaba sus huevos en los restos naturales de conchas marinas, aves o maderas, pero la presencia en el mar de trozos de plástico ha creado de manera artificial nuevos lugares donde anidar.
Los investigadores subrayan que en los últimos 40 años se ha multiplicado por cien la basura plástica que se deposita en el océano.
Esta superpoblación está conviertiendo a este invertebrado en una especie invasora que empieza a alterar el ecosistema de la zona, ya que ha aumentado de manera alarmante la fuente de alimentación de otras especies, como los cangrejos cuya población también está aumentando y que puede afectar a los otros insectos que viven en este área del Pacífico norte.
Presente en todas las especies
Asimismo, otros análisis realizados a otras especies por equipos de investigadores en este verterdero oceánico, conocido como "Vórtice del plástico del Pacífico" apuntan que uno de cada diez peces que se capturan en esta zona contienen restos de plástico en su estómago.
Este basurero se caracteriza por concentrar de manera excepcional estas concentraciones de plástico que han sido atrapados por las corrientes marinas. A pesar de su gran tamaño y densidad, esta basura no es localizable por los radares y es dificilmente captada por las fotografías procedentes de satélites.
El plástico es un material que no se degrada. Abandonado a su suerte, tan solo se va rompiendo en fragmentos cada vez menores hasta llegar a partículas microscópicas.
Estos residuos se concentran en la parte superior de las capas marinas y puede llegar a alcanzar un tamaño tan pequeño que pueden ser comido por los organismos marinos que viven cerca de la superficie del océano. Por lo tanto, los residuos de basura entran por completo en la cadena alimenticia.
Producimos 60.000 millones de toneladas de plástico al año, pero apenas el 5% es reciclado. Además, para fabricarlo utilizados al año dos millones de toneladas de bisfenol A (BPA). Gran parte acaba contaminando los mares y las especies que lo puebla.
Se ha encontrado en las vísceras de la mitad de las especies marinas y 80 especies de cetáceos (ballenas y delfines) tienen plástico en su interior. También abunda en las aves (un examen a 3.000 fulmares mostró que el 95% de ellos tenía alrededor de 20 gramos de plástico en el estómago). Aparece en el 35% de los peces. Incluso en las medusas y el pláncton.
Sus conclusiones no dejan de ser alarmantes: se han multiplicado las colonias del Halobates serices, un insecto que vive en ese entorno. Hasta ahora, este insecto depositaba sus huevos en los restos naturales de conchas marinas, aves o maderas, pero la presencia en el mar de trozos de plástico ha creado de manera artificial nuevos lugares donde anidar.
Los investigadores subrayan que en los últimos 40 años se ha multiplicado por cien la basura plástica que se deposita en el océano.
Esta superpoblación está conviertiendo a este invertebrado en una especie invasora que empieza a alterar el ecosistema de la zona, ya que ha aumentado de manera alarmante la fuente de alimentación de otras especies, como los cangrejos cuya población también está aumentando y que puede afectar a los otros insectos que viven en este área del Pacífico norte.
Presente en todas las especies
Asimismo, otros análisis realizados a otras especies por equipos de investigadores en este verterdero oceánico, conocido como "Vórtice del plástico del Pacífico" apuntan que uno de cada diez peces que se capturan en esta zona contienen restos de plástico en su estómago.
Este basurero se caracteriza por concentrar de manera excepcional estas concentraciones de plástico que han sido atrapados por las corrientes marinas. A pesar de su gran tamaño y densidad, esta basura no es localizable por los radares y es dificilmente captada por las fotografías procedentes de satélites.
El plástico es un material que no se degrada. Abandonado a su suerte, tan solo se va rompiendo en fragmentos cada vez menores hasta llegar a partículas microscópicas.
Estos residuos se concentran en la parte superior de las capas marinas y puede llegar a alcanzar un tamaño tan pequeño que pueden ser comido por los organismos marinos que viven cerca de la superficie del océano. Por lo tanto, los residuos de basura entran por completo en la cadena alimenticia.
Producimos 60.000 millones de toneladas de plástico al año, pero apenas el 5% es reciclado. Además, para fabricarlo utilizados al año dos millones de toneladas de bisfenol A (BPA). Gran parte acaba contaminando los mares y las especies que lo puebla.
Se ha encontrado en las vísceras de la mitad de las especies marinas y 80 especies de cetáceos (ballenas y delfines) tienen plástico en su interior. También abunda en las aves (un examen a 3.000 fulmares mostró que el 95% de ellos tenía alrededor de 20 gramos de plástico en el estómago). Aparece en el 35% de los peces. Incluso en las medusas y el pláncton.
No hay comentarios:
Publicar un comentario