El equipo, liderado por Jean-Paul Raynal, investigador senior
del CNRS en el laboratorio De la Prehistoria a la Actualidad
(PACEA) encontró la mandíbula en un estrato situado por debajo de
otro donde ya se habían encontrado cuatro dientes humanos (tres
premolares y un incisivo) de Homo erectus, uno de ellos
datado en 500.000 A.C.
Los restos humanos estaban agrupados con herramientas de piedra tallada característicos de la civilización Achelense, junto con numerosos restos animales (babuinos, gacelas, equinos, osos, rinocerontes, y elefantes), así como gran número de pequeños mamíferos, que apuntan a un marco temporal ligeramente más antiguo. Se están utilizando diversos métodos de datación para refinar la cronología.
La cantera Thomas I de Casablanca se confirma, con este descubrimiento, como uno de los yacimientos prehistóricos más importantes para comprender las primeras poblaciones del Noroeste de África. Las excavaciones que han dirigido el CNRS y el Instituto Nacional de Ciencias Arqueológicas y del Patrimonio de Marruecos en ese lugar desde 1988 forman parte de la colaboración franco-marroquí y han sido financiadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores francés, el Departamento de Evolución Humana del Instituto Max Plank de Leipzig (Alemania), INSAP (Marruecos) y la administración regional de Aquitania.
Otros hallazgos antropológicos
En 1969 ya se había encontrado media mandíbula de Homo erectus en la cantera Thomas I, si bien fue un hallazgo fortuito, que carecía de contexto arqueológico. El 15 de mayo de 1969 se descubrió otro fósil con características muy similares a la media mandíbula encontrada en 1969.
La morfología de los últimos restos hallados es diferente de las tres mandíbulas halladas en el yacimiento de Tighenif en Argelia, que se utilizaron en 1963 para definir la variedad norteafricana de Homo erectus, conocida como Homo mauritanicus, fechada en 700.000 A.C.
Los restos humanos estaban agrupados con herramientas de piedra tallada característicos de la civilización Achelense, junto con numerosos restos animales (babuinos, gacelas, equinos, osos, rinocerontes, y elefantes), así como gran número de pequeños mamíferos, que apuntan a un marco temporal ligeramente más antiguo. Se están utilizando diversos métodos de datación para refinar la cronología.
La cantera Thomas I de Casablanca se confirma, con este descubrimiento, como uno de los yacimientos prehistóricos más importantes para comprender las primeras poblaciones del Noroeste de África. Las excavaciones que han dirigido el CNRS y el Instituto Nacional de Ciencias Arqueológicas y del Patrimonio de Marruecos en ese lugar desde 1988 forman parte de la colaboración franco-marroquí y han sido financiadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores francés, el Departamento de Evolución Humana del Instituto Max Plank de Leipzig (Alemania), INSAP (Marruecos) y la administración regional de Aquitania.
Otros hallazgos antropológicos
En 1969 ya se había encontrado media mandíbula de Homo erectus en la cantera Thomas I, si bien fue un hallazgo fortuito, que carecía de contexto arqueológico. El 15 de mayo de 1969 se descubrió otro fósil con características muy similares a la media mandíbula encontrada en 1969.
La morfología de los últimos restos hallados es diferente de las tres mandíbulas halladas en el yacimiento de Tighenif en Argelia, que se utilizaron en 1963 para definir la variedad norteafricana de Homo erectus, conocida como Homo mauritanicus, fechada en 700.000 A.C.
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