Ala empresa, afincada en Seattle (Washington), la han denominado
Planetary Resources y de momento está en proceso de constitución.
Pero en unos años esta compañía podría estar buscando asteroides
para ser explotados, según un optimista John Lewis, autor de libro
"Mining the Sky". Finalmente la compañía traería
materiales a la Tierra consistentes en metales preciosos y caros.
La idea es aprovechar los recursos de estos cuerpos para mantener
la explotación y obtener materiales de construcción, agua o
combustible y crear así una infraestructura espacial.
Una infraestructura de ese tipo facilitaría el acceso al espacio. Según Eric Anderson, otro cofundador, la compañía va a hacer cosas reales en el espacio y no sólo estudios sobre el papel.
Entre los posibles materiales que se podrían traer, y con los que tienen pensado ganar dinero, estarían el platino, iridio u osmio. Se han encontrado estos muy caros elementos del grupo del platino en meteoritos caídos sobre la Tierra, así que es de suponer que están presentes en los asteroides. Un asteroide de 500 m podría contener tantos elementos de este tipo como lo obtenido en Tierra en toda la historia humana, según Lewis. La extracción de estos materiales se haría in-situ.
La idea sería tratar de explotar asteroides cuyas orbita sea muy cercana a la Tierra. Como además sus masas son pequeñas, sus campos gravitatorios son muy débiles y se puede aterrizar y despegar de ellos con muy poco gasto de energía. Recordemos que algunos de estos cuerpos pueden ser atrapados por la gravedad terrestre temporalmente convirtiéndose en satélites naturales provisionales.
El primer paso de la compañía en el espacio sería el lanzamiento de un telescopio espacial dedicado al estudio de asteroides a finales de 2013. Sería el primero de varios telescopios.
En Planetary Resources planean enviar más adelante un enjambre de media docena de sondas económicas a blancos previamente seleccionados, probablemente asteroides mayores de 50 m. Estos enjambres permitirían estudiar los blancos desde distintos ángulos y su redundancia permitiría que la pérdida de alguna de ellas no invalidara la misión.
Hasta ahora la única vez que se ha conseguido traer este tipo de muestras fue con la misión japonesa Hayabusa, que trajo unos pocos microgramos (hubo un problema técnico) de polvo del asteroide 25143 Itokawa.
La NASA tiene pensado enviar en 2016 la misión OSIRIS Rex para traer 60 gramos de un asteroide a la Tierra en 2023. En la NASA creen que sería especialmente interesante traer muestras de condritas carbonaceas, se sabe que son ricas en materiales volátiles que no sobreviven a la entrada en la atmósfera terrestre cuando caen en forma de meteoritos. Estas muestras nos darían pistas sobre la formación del Sistema Solar.
El plan de Planetary Resources levanta cierto escepticismo, pero a su favor está que no es absolutamente descabellado.
Una infraestructura de ese tipo facilitaría el acceso al espacio. Según Eric Anderson, otro cofundador, la compañía va a hacer cosas reales en el espacio y no sólo estudios sobre el papel.
Entre los posibles materiales que se podrían traer, y con los que tienen pensado ganar dinero, estarían el platino, iridio u osmio. Se han encontrado estos muy caros elementos del grupo del platino en meteoritos caídos sobre la Tierra, así que es de suponer que están presentes en los asteroides. Un asteroide de 500 m podría contener tantos elementos de este tipo como lo obtenido en Tierra en toda la historia humana, según Lewis. La extracción de estos materiales se haría in-situ.
La idea sería tratar de explotar asteroides cuyas orbita sea muy cercana a la Tierra. Como además sus masas son pequeñas, sus campos gravitatorios son muy débiles y se puede aterrizar y despegar de ellos con muy poco gasto de energía. Recordemos que algunos de estos cuerpos pueden ser atrapados por la gravedad terrestre temporalmente convirtiéndose en satélites naturales provisionales.
El primer paso de la compañía en el espacio sería el lanzamiento de un telescopio espacial dedicado al estudio de asteroides a finales de 2013. Sería el primero de varios telescopios.
En Planetary Resources planean enviar más adelante un enjambre de media docena de sondas económicas a blancos previamente seleccionados, probablemente asteroides mayores de 50 m. Estos enjambres permitirían estudiar los blancos desde distintos ángulos y su redundancia permitiría que la pérdida de alguna de ellas no invalidara la misión.
Hasta ahora la única vez que se ha conseguido traer este tipo de muestras fue con la misión japonesa Hayabusa, que trajo unos pocos microgramos (hubo un problema técnico) de polvo del asteroide 25143 Itokawa.
La NASA tiene pensado enviar en 2016 la misión OSIRIS Rex para traer 60 gramos de un asteroide a la Tierra en 2023. En la NASA creen que sería especialmente interesante traer muestras de condritas carbonaceas, se sabe que son ricas en materiales volátiles que no sobreviven a la entrada en la atmósfera terrestre cuando caen en forma de meteoritos. Estas muestras nos darían pistas sobre la formación del Sistema Solar.
El plan de Planetary Resources levanta cierto escepticismo, pero a su favor está que no es absolutamente descabellado.
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