Mediante dicho estudio, dirigido por un grupo de investigadores de
la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, en
colaboración con la Facultad de Ciencias de la Salud de la
Universidad de Linköping y la Federación Sueca de Boxeo, se ha
descubierto que los boxeadores olímpicos pueden presentar cambios
en los fluidos encefálicos después de los combates, lo cual denota
implica daño en las neuronas.
En el estudio participaron en total treinta boxeadores suecos destacados y veinticinco individuos de referencia. Los boxeadores competían en la categoría más elevada de boxeo local y habían participado en al menos 47 peleas. Ningún boxeador había perdido un combate por nocaut y sólo un boxeador había declarado haber sentido dolor de cabeza, uno de los síntomas.
De acuerdo con los investigadores, los golpes reiterados en la cabeza que reciben los boxeadores en el cuadrilátero pueden provocar la liberación de indicadores de daño en el líquido encefálico, como ocurre en otros tipos de traumatismo craneal y también en ciertos trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer.
«Nuestro estudio demuestra que, después de los combates, algunos de los boxeadores tenían concentraciones elevadas de cuatro proteínas diferentes en el líquido encefálico, las cuales indican daño en las neuronas», afirma Sanna Neselius, investigadora de la Academia Sahlgrenska y autora principal del estudio. «Además, dos de estas proteínas permanecían elevadas después de un periodo de descanso . » Según los datos registrados, más de tres cuartos de los boxeadores presentaron cambios proteicos que indican daño encefálico.
«Los indicadores de daño encefálico fueron elevados en el 80 % de los boxeadores olímpicos directamente después de un combate como consecuencia de un daño encefálico leve», informa la Dra. Neselius. «El hecho de que los indicadores de daño encefálico permanecieran elevados incluso después de semanas de descanso en algunos de los boxeadores puede interpretarse como que el daño aún no se había sanado o como que parte del daño quedará.»
La investigadora de Sahlgrenska tiene planeado reunirse con la junta directiva de la Federación Sueca de Boxeo para comentar los resultados del estudio . « Necesitamos hablar acerca de los resultados del estudio y de cómo podemos mejorar la seguridad médica de los boxeadores, tanto al entrenarse como en competición», explica la Dra. Neselius. «También espero que otras federaciones de artes marciales cuyas normas de seguridad no están tan bien definidas como en el boxeo reflexionen sobre los resultados del estudio. Estos también pueden ser útiles de cara al debate sobre las recomendaciones para retomar el deporte después de haber sufrido una conmoción cerebral.»
Además, la investigadora explica que el equipo es partidario de hallar un análisis de sangre sencillo que proporcione la misma información que ofrecen los análisis de líquido encefálico más complejos, y añade que «si bien este análisis no existe actualmente, quizá pueda ser una opción en el futuro si se realizan estudios más exhaustivos».
La Dra. Neselius ha boxeado a nivel profesional y llegó a ser una de las mejores boxeadoras del mundo, tanto a nivel amateur como profesional.
En el estudio participaron en total treinta boxeadores suecos destacados y veinticinco individuos de referencia. Los boxeadores competían en la categoría más elevada de boxeo local y habían participado en al menos 47 peleas. Ningún boxeador había perdido un combate por nocaut y sólo un boxeador había declarado haber sentido dolor de cabeza, uno de los síntomas.
De acuerdo con los investigadores, los golpes reiterados en la cabeza que reciben los boxeadores en el cuadrilátero pueden provocar la liberación de indicadores de daño en el líquido encefálico, como ocurre en otros tipos de traumatismo craneal y también en ciertos trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer.
«Nuestro estudio demuestra que, después de los combates, algunos de los boxeadores tenían concentraciones elevadas de cuatro proteínas diferentes en el líquido encefálico, las cuales indican daño en las neuronas», afirma Sanna Neselius, investigadora de la Academia Sahlgrenska y autora principal del estudio. «Además, dos de estas proteínas permanecían elevadas después de un periodo de descanso . » Según los datos registrados, más de tres cuartos de los boxeadores presentaron cambios proteicos que indican daño encefálico.
«Los indicadores de daño encefálico fueron elevados en el 80 % de los boxeadores olímpicos directamente después de un combate como consecuencia de un daño encefálico leve», informa la Dra. Neselius. «El hecho de que los indicadores de daño encefálico permanecieran elevados incluso después de semanas de descanso en algunos de los boxeadores puede interpretarse como que el daño aún no se había sanado o como que parte del daño quedará.»
La investigadora de Sahlgrenska tiene planeado reunirse con la junta directiva de la Federación Sueca de Boxeo para comentar los resultados del estudio . « Necesitamos hablar acerca de los resultados del estudio y de cómo podemos mejorar la seguridad médica de los boxeadores, tanto al entrenarse como en competición», explica la Dra. Neselius. «También espero que otras federaciones de artes marciales cuyas normas de seguridad no están tan bien definidas como en el boxeo reflexionen sobre los resultados del estudio. Estos también pueden ser útiles de cara al debate sobre las recomendaciones para retomar el deporte después de haber sufrido una conmoción cerebral.»
Además, la investigadora explica que el equipo es partidario de hallar un análisis de sangre sencillo que proporcione la misma información que ofrecen los análisis de líquido encefálico más complejos, y añade que «si bien este análisis no existe actualmente, quizá pueda ser una opción en el futuro si se realizan estudios más exhaustivos».
La Dra. Neselius ha boxeado a nivel profesional y llegó a ser una de las mejores boxeadoras del mundo, tanto a nivel amateur como profesional.
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