"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


sábado, 26 de mayo de 2012

Un nuevo tipo de implante ocular funciona con luz


Los implantes de retina alimentados por luz podrían subsanar una parte de la pérdida de visión mediante cirugía simple. El nuevo implante, que funciona como una combinación entre un chip de imagen digital y una matriz fotovoltaica, requiere un hardware mucho menos voluminoso que los diseños anteriores. Los dispositivos aún no han sido probados en animales vivos o pacientes humanos pero están generando entusiasmo entre los investigadores debido a que tienen una mayor densidad de píxeles y pueden restaurar una mayor cantidad de visión que otras prótesis de retina en las que se está trabajando.

 Las personas que sufren degeneración macular (la causa más común de ceguera entre las personas mayores) y algunas otras formas de ceguera han perdido las células sensibles a la luz que hay en la retina, pero todavía poseen las células nerviosas subyacentes que transmiten información visual al cerebro. Los implantes de retina utilizan electrodos para estimular esos nervios. Por lo general, las prótesis requieren voluminosos componentes electrónicos que se colocan en el ojo para suministrar energía, datos de imagen o ambas cosas a un chip dentro de la retina. Cuanto más hardware se instale en el cuerpo, mayor será el riesgo para el paciente. Además, las complejidades de la electrónica por lo general limitan el número de píxeles de estos sistemas.
El nuevo diseño, descrito recientemente en la revista Nature Photonics, soluciona estos problemas mediante el uso de la luz como fuente de la imagen y fuente de energía. El dispositivo, diseñado por investigadores de la Universidad de Stanford en Palo Alto, California (Estados Unidos), combina gafas de videoproyección de infrarrojos con un pequeño chip inalámbrico implantado dentro de la retina.
Una cámara en las gafas transmite el vídeo a un procesador de imagen, que envía una señal de regreso a las pantallas de proyección que hay dentro de las gafas de infrarrojos. Otros investigadores han tratado de desarrollar implantes de retina fotovoltaicos en el pasado pero no han tenido éxito. "La luz que logras introducir en la parte posterior de la retina en el ecuador de un día soleado no es suficiente para alimentar un implante de retina", señala James Loudin, investigador de la Universidad de Stanford (EE.UU.). Por ese motivo, su sistema no se basa en la luz que entra en el ojo, sino que utiliza un sistema de proyección para hacer las señales mucho más intensas. Los investigadores decidieron usar luz infrarroja puesto que no daña ni calienta los tejidos del ojo y además no puede ser recogida por las restantes células fotosensibles y crear confusión en la imagen, afirma Loudin.
La imagen infrarroja la recoge un conjunto compacto de píxeles fotovoltaicos implantados justo allí donde estarían las células sensibles a la luz en un ojo sano. Cada píxel contiene tres diodos infrarrojos sensibles orientados hacia el interior del ojo. Los diodos convierten la luz en electricidad, que después es enviada a las células nerviosas por medio de electrodos dirigidos a la parte posterior del ojo.
Los científicos de Stanford han analizado la actividad nerviosa resultante en ratones. Ahora están experimentando con varios diseños, incluyendo una matriz de silicio flexible que puede doblarse y ajustarse a la curvatura del ojo. La mayor densidad con la que han trabajado hasta el momento es de 178 píxeles por milímetro cuadrado. En comparación, la primera prótesis de retina lanzada al mercado (en Europa, el pasado mes de marzo), creada por Second Sight, con sede en Sylmar, California (EE.UU.), tiene 60 píxeles en total y requiere un hardware más voluminoso.
El siguiente paso para el dispositivo de Stanford será pasar por unos cuantos años más de pruebas de seguridad antes de empezar los ensayos clínicos.




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