Estos reptiles se caracterizaban por su tamaño descomunal y la enorme longitud de sus cuellos. Igual que en los herbívoros modernos, los estómagos de estos dinosaurios debían contener microbios que fermentaban las plantas ingeridas y permitían su digestión.
Los fisiólogos David Wilkinson y Graeme D. Ruxton, de la universidad John Moores de Liverpool y la de Londres, respectivamente, estudian la ecología de estos animales. En su momento se plantearon la siguiente pregunta: "Si las vacas modernas producen suficiente gas metano como para ser de interés para los climatólogos, ¿qué pasa con los saurópodos?". Y así empezó su colaboración con Euan Nisbet, experto en gas metano de la Universidad de Londres.
A partir de las emisiones conocidas de animales modernos, los científicos desarrollaron un modelo numérico para estimar el metano producido por los dinosaurios. El resultado de este cálculo depende de la masa total del animal; y un saurópodo medio pesaba unos 20.000 kilogramos.
Más metano que ahora
"El estudio sugiere que estos grandes reptiles podrían haber producido más metano que el conjunto de todas las fuentes actuales, tanto naturales como antropogénicas", ha declarado Wilkinson.
Según el trabajo, los saurópodos habrían emitido unos 520 millones de toneladas de metano al año, cifra comparable a la de las emisiones modernas. Antes de la revolución industrial las emisiones de metano eran de unas 200 millones al año. Los animales modernos rumiantes, incluyendo vacas, cabras, jirafas y otros, producen un total de entre 50 y 100 millones de toneladas por año.
Para los autores, los resultados no sólo muestran "lo extraño y maravilloso que es el funcionamiento del planeta", sino que también sirven para recordar la influencia de los microbios y el metano en el clima de la Tierra.
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