Para los animales con sólo dos sexos (macho y hembra) puede llegar a ser complicado lograr aparearse. Si quieren tener descendencia beben rechazar a la mitad de la población de la especie e intentar convencer a los individuos del otro sexo para tener relaciones sexuales.
Rebecca Zufall y sus colaboradores de la Universidad de Houston en Texas han estudiado recientemente a Tetrahymena thermophila. Para este microorganismo el asunto relativo al sexo es diferente a del resto de otros seres, pues es una especie con siete sexos. Esto es algo que aumenta las posibles combinaciones a la hora de tener "relaciones", pero la determinación de estos sexos es confusa o difusa.
Tetrahymena thermophila es un microorganismo unicelular que habita en ecosistemas de agua dulce alrededor de todo el mundo. A primera vista todos los individuos son muy similares, independientemente del sexo que sean. Cada individuo consiste en una sola célula recubierta de cilios que les permiten moverse en el agua. Cada uno de estos microorganismos puede tener relaciones sexuales con cualquier individuo de su especie excepto con miembros de su propio sexo. Para complicar aún más el sistema, las proporciones de los sexos difieren entre sí, no siendo igualmente abundantes.
No es fácil explicar la existencia de tantos sexos y las proporciones de cada uno, aunque es de esperar que la dinámica de sus poblaciones y determinantes evolutivos jueguen su papel.
Los expertos han designado los sexos de esta especie con números romanos: I, II, III, IV, V, VI y VII. Como cada uno de ellos puede tener relaciones con cualquier otro excepto con los que son de su sexo, el número posible de "relaciones" serán las combinaciones de 7 elementos tomados de dos en dos, lo que arroja un total de 21 posibles combinaciones sexuales.
En muchos animales el sexo es determinado por las posibles parejas de cromosomas X e Y. De este modo, la combinación XX corresponderá a la hembra y la XY al macho. En otros animales, como los insectos sociales la cosa es un poco más complicada, pero en todo caso, a la hora de determinar el sexo y el emparejamiento la situación es mucho más sencilla que en el caso de Tetrahymena thermophila, en el que ni siquiera un gen determina unívocamente cada sexo.
En el caso de este microorganismo el sexo del individuo está controlado por un gen denominado mat. Cada alelo (variante) del gen mat proporciona una serie de probabilidades. Así por ejemplo, un individuo nacido con el alelo mat2 tiene una probabilidad cero de ser de tipo I, una probabilidad 0,15 de ser de tipo II, una probabilidad de 0,09 de ser de tipo III y así sucesivamente. Hay al menos 14 alelos de estos y cada uno de ellos proporciona un conjunto distinto de probabilidades.
Los alelos están divididos en dos grupos principales: A y B. Los alelos del grupo A producen todos los sexos excepto el IV y el VII, mientras que los del grupo B producen todos excepto el I.
Por si esto no fuera suficiente, la cosa se complica aún más al tener en cuenta su anatomía. La mayoría de los eucariotas unicelulares poseen sólo un núcleo que contiene el ADN, pero Tetrahymena tiene dos núcleos que complican sus relaciones sexuales. Uno de los núcleos es somático, de gran tamaño (macronúcleo) y otro pequeño, germinal y pequeño tamaño (micronúcleo). Durante la conjugación se intercambian genes del micronúcleo y cada individuo construye un nuevo macronúcleo.
Debido la difusa o borrosa manera en las que este micoorganismo puede elegir su sexo, la población de Tetrahymena termina siendo un poco rara, y no todos los sexos son igualmente abundantes, a diferencia de lo que sucede en el resto de las especies.
El grupo de Zufall han construido diversos modelos matemáticos para las posibles poblaciones de Tetrahymena con diferentes determinaciones del sexo. En sus resultados se muestra que la determinación probabilista de los sexos es suficiente para dar cuenta del ratio desigual de sexos en las poblaciones naturales y que ésta además produce tamaños pequeños de población efectiva.
Concluyen que si las poblaciones son menores a los 1000 individuos, esta difusa determinación del sexo siempre da lugar a una proporción de sexos desigual. Esto se daba incluso cuando los diferentes alelos se complementaban entre sí de tal modo que uno priorizaba los sexos I, II, y III, por ejemplo, mientras que otro fomentaba los sexos IV, V, VI y VII.
El modelo mostraba además que los alelos que dan soporte a varios sexos sacaban de la competición los alelos que sólo dan a uno, pero esto genera limitaciones que evitan que la población alcance un ratio de sexos equitativo. Esto se debería a que estos alelos se enfrentaban mejor a las oscilaciones en el ratio entre sexos producidas por muertes masivas y similares.
Según Zufall hay probablemente más animales con determinación de sexo difusa de lo que se sospecha.
Rebecca Zufall y sus colaboradores de la Universidad de Houston en Texas han estudiado recientemente a Tetrahymena thermophila. Para este microorganismo el asunto relativo al sexo es diferente a del resto de otros seres, pues es una especie con siete sexos. Esto es algo que aumenta las posibles combinaciones a la hora de tener "relaciones", pero la determinación de estos sexos es confusa o difusa.
Tetrahymena thermophila es un microorganismo unicelular que habita en ecosistemas de agua dulce alrededor de todo el mundo. A primera vista todos los individuos son muy similares, independientemente del sexo que sean. Cada individuo consiste en una sola célula recubierta de cilios que les permiten moverse en el agua. Cada uno de estos microorganismos puede tener relaciones sexuales con cualquier individuo de su especie excepto con miembros de su propio sexo. Para complicar aún más el sistema, las proporciones de los sexos difieren entre sí, no siendo igualmente abundantes.
No es fácil explicar la existencia de tantos sexos y las proporciones de cada uno, aunque es de esperar que la dinámica de sus poblaciones y determinantes evolutivos jueguen su papel.
Los expertos han designado los sexos de esta especie con números romanos: I, II, III, IV, V, VI y VII. Como cada uno de ellos puede tener relaciones con cualquier otro excepto con los que son de su sexo, el número posible de "relaciones" serán las combinaciones de 7 elementos tomados de dos en dos, lo que arroja un total de 21 posibles combinaciones sexuales.
En muchos animales el sexo es determinado por las posibles parejas de cromosomas X e Y. De este modo, la combinación XX corresponderá a la hembra y la XY al macho. En otros animales, como los insectos sociales la cosa es un poco más complicada, pero en todo caso, a la hora de determinar el sexo y el emparejamiento la situación es mucho más sencilla que en el caso de Tetrahymena thermophila, en el que ni siquiera un gen determina unívocamente cada sexo.
En el caso de este microorganismo el sexo del individuo está controlado por un gen denominado mat. Cada alelo (variante) del gen mat proporciona una serie de probabilidades. Así por ejemplo, un individuo nacido con el alelo mat2 tiene una probabilidad cero de ser de tipo I, una probabilidad 0,15 de ser de tipo II, una probabilidad de 0,09 de ser de tipo III y así sucesivamente. Hay al menos 14 alelos de estos y cada uno de ellos proporciona un conjunto distinto de probabilidades.
Los alelos están divididos en dos grupos principales: A y B. Los alelos del grupo A producen todos los sexos excepto el IV y el VII, mientras que los del grupo B producen todos excepto el I.
Por si esto no fuera suficiente, la cosa se complica aún más al tener en cuenta su anatomía. La mayoría de los eucariotas unicelulares poseen sólo un núcleo que contiene el ADN, pero Tetrahymena tiene dos núcleos que complican sus relaciones sexuales. Uno de los núcleos es somático, de gran tamaño (macronúcleo) y otro pequeño, germinal y pequeño tamaño (micronúcleo). Durante la conjugación se intercambian genes del micronúcleo y cada individuo construye un nuevo macronúcleo.
Debido la difusa o borrosa manera en las que este micoorganismo puede elegir su sexo, la población de Tetrahymena termina siendo un poco rara, y no todos los sexos son igualmente abundantes, a diferencia de lo que sucede en el resto de las especies.
El grupo de Zufall han construido diversos modelos matemáticos para las posibles poblaciones de Tetrahymena con diferentes determinaciones del sexo. En sus resultados se muestra que la determinación probabilista de los sexos es suficiente para dar cuenta del ratio desigual de sexos en las poblaciones naturales y que ésta además produce tamaños pequeños de población efectiva.
Concluyen que si las poblaciones son menores a los 1000 individuos, esta difusa determinación del sexo siempre da lugar a una proporción de sexos desigual. Esto se daba incluso cuando los diferentes alelos se complementaban entre sí de tal modo que uno priorizaba los sexos I, II, y III, por ejemplo, mientras que otro fomentaba los sexos IV, V, VI y VII.
El modelo mostraba además que los alelos que dan soporte a varios sexos sacaban de la competición los alelos que sólo dan a uno, pero esto genera limitaciones que evitan que la población alcance un ratio de sexos equitativo. Esto se debería a que estos alelos se enfrentaban mejor a las oscilaciones en el ratio entre sexos producidas por muertes masivas y similares.
Según Zufall hay probablemente más animales con determinación de sexo difusa de lo que se sospecha.
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