Los investigadores reportaron que la especie, que se alimentaba de hojas, vivió hace 260 millones de años, en lo que es actualmente el territorio de Brasil. Tenía el tamaño aproximado de un perro grande y colmillos caninos de 5 pulgadas (13 centímetros) de longitud.
El equipo investigador destacó que los dientes caninos en forma de sable son un rasgo inesperado en un animal herbívoro. Señalan que los enormes colmillos podrían haber servido para pelear con otros animales en pos de territorio, alimentos o hembras, tal como ocurre con el venado almizclero moderno, que también posee un par de largos dientes parecidos a colmillos, de acuerdo con un mensaje enviado por correo electrónico por el líder de la investigación, Juan Carlos Cisneros, de la Universidad de Piaui en el noreste del Brasil.
"Estas situaciones son sumamente importantes para la supervivencia de un individuo y para el éxito de la especie", señaló Cisneros, quien destacó que hallar animales de este tipo "nos demuestra cómo la naturaleza es extremadamente creativa para generar soluciones a las diferentes tareas de la vida".
Además de sus colmillos tipo sable, la criatura recién descubierta y llamada Tiarajudens eccentricus también tenía hileras de dientes en el paladar para mascar, indicaron los investigadores. La quijada inferior estaba incompleta, pero esperaban que tuviera hileras similares de dientes.
El Tiarajudens fue parte de un grupo de animales conocidos como anomodontes, que en ocasiones han sido descritos como "reptiles parecidos a mamíferos" y fue el principal comedor de plantas de su tiempo.
Los investigadores reportaron el descubrimiento en la edición de la revista Science, correspondiente al viernes.
Este hallazgo ofrece nuevos puntos de vista en torno a las diferencias dentales tempranas en esos antiguos animales y la evolución del consumo de plantas así como sus complejas interacciones sociales, según comentó Joerg Froesbich, de la Universidad Humboldt en Berlín, quien no formó parte del equipo de investigación encabezado por Cisneros.
El desarrollo de los dientes de sable es muy poco común entre los animales herbívoros, dijo Froebisch, quien consideró los caninos en el anomodonte brasileño como "extraordinarios".
Froesbich señaló que el animal parece pertenecer a un grupo nuevo y poco conocido de anomodontes que vivieron en el antiguo supercontinente del sur que ahora se conoce como Pangea.
Antes de que la separación formara los continentes actuales, la Pangea integraba lo que hoy es la Antártida, Sudamérica, Africa, Madagascar y Australia.
El equipo investigador destacó que los dientes caninos en forma de sable son un rasgo inesperado en un animal herbívoro. Señalan que los enormes colmillos podrían haber servido para pelear con otros animales en pos de territorio, alimentos o hembras, tal como ocurre con el venado almizclero moderno, que también posee un par de largos dientes parecidos a colmillos, de acuerdo con un mensaje enviado por correo electrónico por el líder de la investigación, Juan Carlos Cisneros, de la Universidad de Piaui en el noreste del Brasil.
"Estas situaciones son sumamente importantes para la supervivencia de un individuo y para el éxito de la especie", señaló Cisneros, quien destacó que hallar animales de este tipo "nos demuestra cómo la naturaleza es extremadamente creativa para generar soluciones a las diferentes tareas de la vida".
Además de sus colmillos tipo sable, la criatura recién descubierta y llamada Tiarajudens eccentricus también tenía hileras de dientes en el paladar para mascar, indicaron los investigadores. La quijada inferior estaba incompleta, pero esperaban que tuviera hileras similares de dientes.
El Tiarajudens fue parte de un grupo de animales conocidos como anomodontes, que en ocasiones han sido descritos como "reptiles parecidos a mamíferos" y fue el principal comedor de plantas de su tiempo.
Los investigadores reportaron el descubrimiento en la edición de la revista Science, correspondiente al viernes.
Este hallazgo ofrece nuevos puntos de vista en torno a las diferencias dentales tempranas en esos antiguos animales y la evolución del consumo de plantas así como sus complejas interacciones sociales, según comentó Joerg Froesbich, de la Universidad Humboldt en Berlín, quien no formó parte del equipo de investigación encabezado por Cisneros.
El desarrollo de los dientes de sable es muy poco común entre los animales herbívoros, dijo Froebisch, quien consideró los caninos en el anomodonte brasileño como "extraordinarios".
Froesbich señaló que el animal parece pertenecer a un grupo nuevo y poco conocido de anomodontes que vivieron en el antiguo supercontinente del sur que ahora se conoce como Pangea.
Antes de que la separación formara los continentes actuales, la Pangea integraba lo que hoy es la Antártida, Sudamérica, Africa, Madagascar y Australia.
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