"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


martes, 15 de febrero de 2011

¿Ruido o señales pre-Big Bang?

Científicos americanos dudan de las evidencias de actividad física antes del Big Bang

La radiación de fondo contiene una misteriosa geometría que denominamos anillos de Penrose. El hecho científico es indudable por su carga experimental. Sin embargo, las interpretaciones son diversas. Mientras que Penrose afirma haber encontrado indicios de señales previas al Big Bang en la radiación de fondo, otros científicos interpretan de distinta manera las estructuras encontradas. Los anillos de Penrose pueden ser señales del más allá de nuestro universo o, simplemente ruido.

La radiación de fondo de microondas que puebla el universo es un rescoldo del big bang. Esto es asumido plenamente por la comunidad científica, pero ahora se abre una nueva pregunta en el nuevo modelo CCC de Penrose: ¿en qué big bang?.

La interpretación Moss-Scott-Zibin
La radiación de fondo tiene estadísticamente una estructura de anillos donde es extrañamente uniforme. Se trata de un hallazgo científico experimental tras un intenso escrutinio donde se buscaba principalmente encontrar distribuciones no gausianas en la radiación.
Según escriben A. Moss, D. Scott y J. P. Zibin en una reciente publicación, la baja variación en los anillos de la radiación de fondo es debida a fluctuaciones gausianas. De tal manera que no es posible asignarle una causa concreta. Es una mera consecuencia del azar.
Ruido en la radiación de fondo
Estos autores afirman que hay estructuras geométricas más globales, así como que los anillos de Penrose son distribuciones muy frecuentes en la radiación de fondo.
Analizando la radiación desde un punto de vista matemático, creen posible poder encontrar franjas de regiones homogéneas o heterogéneas.
Han conseguido simular computacionalmente los anillos de Penrose. Sin embargo, afirman que los anillos de Penrose pueden ser no circulares. Es decir, podrían formar parte de geometrías más complejas. De este modo, la débil variación de la radiación de fondo en los anillos se debería simplemente a pequeñas fluctuaciones.
En consecuencia, proponen seguir analizando computacional y empíricamente la radiación de fondo para buscar geometrías más complejas que los anillos de Penrose.
¿Ruido o señales pre-Big Bang?
¿Con qué opción quedarnos? Pienso que la respuesta del lector depende de su psicología. El crédulo tenderá a confiar más en la postura de Penrose, mientras que el escéptico apostará por el ruido.
De alguna forma esta pregunta se parece en su naturaleza a la clásica cuestión entre creación espontánea y creación voluntaria. Ya conocemos los debates entre ateos y creyentes, creacionistas y evolucionistas. Ahora extendemos la duda entre los partidarios de la originalidad de los anillos de Penrose y los que tratan de reducirla a fluctuaciones de fluctuaciones.
Es cierto que Penrose tiene que argumentar más y mejor. Pero no es menos cierto que atribuirlo todo al azar y a la generación espontánea es contribuir al desarrollo de la religión Hawking.









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