En países como el Reino Unido, la mayoría de la gente piensa que el mejor modo de tener una tonalidad de piel más atractiva es bronceándose tomando el sol o bajo lámparas de rayos UVA, pero la investigación llevada a cabo por el equipo del Dr. Ian Stephen (Universidad de Bristol) muestra que comer fruta y verdura en abundancia es realmente más eficaz.
El equipo, que ha realizado su investigación en el Laboratorio de Percepción en la Universidad de St Andrews, en Escocia, primeramente evaluó la tonalidad de la piel de personas caucásicas en relación con su dieta. Las que comían raciones mayores de fruta y verdura por día resultaron ser también las que tenían una tonalidad de piel más dorada.
Los análisis posteriores mediante un espectrofotómetro midieron el modo en que la piel absorbe la luz de diferentes partes del espectro, revelando que las pieles de una tonalidad dorada tenían mayor presencia de carotenoides, que son antioxidantes rojos y amarillos a los que se atribuye una influencia importante en el sistema inmunitario y en la fertilidad. Por regla general, los carotenoides se encuentran en frutas y verduras.
En la segunda parte del estudio, el equipo usó un software especializado para manipular la tonalidad de la piel en imágenes de 51 rostros, a fin de simular la presencia de más o menos carotenoides y un bronceado mayor o menor. A los participantes se les pidió entonces que ajustaran la tonalidad de la piel para hacer que el rostro presentase un aspecto tan sano como fuera posible. Al darles a escoger entre el color de piel mejorado por el bronceado o mejorado por los carotenoides, los participantes prefirieron el color modificado por los carotenoides.
Este estudio muestra que las personas no sólo podemos usar pistas relativas a la tonalidad para juzgar cuán sanos están otros individuos, sino que también somos capaces de alcanzar una gran precisión cuando hacemos esas valoraciones. Esta habilidad tiene su lógica en el marco de la evolución humana, porque ésta tiende a favorecer a los individuos que escogen formar alianzas, o bien aparearse, con los individuos más sanos, y a penalizar a quienes lo hacen con personas de salud precaria.
El equipo, que ha realizado su investigación en el Laboratorio de Percepción en la Universidad de St Andrews, en Escocia, primeramente evaluó la tonalidad de la piel de personas caucásicas en relación con su dieta. Las que comían raciones mayores de fruta y verdura por día resultaron ser también las que tenían una tonalidad de piel más dorada.
Los análisis posteriores mediante un espectrofotómetro midieron el modo en que la piel absorbe la luz de diferentes partes del espectro, revelando que las pieles de una tonalidad dorada tenían mayor presencia de carotenoides, que son antioxidantes rojos y amarillos a los que se atribuye una influencia importante en el sistema inmunitario y en la fertilidad. Por regla general, los carotenoides se encuentran en frutas y verduras.
En la segunda parte del estudio, el equipo usó un software especializado para manipular la tonalidad de la piel en imágenes de 51 rostros, a fin de simular la presencia de más o menos carotenoides y un bronceado mayor o menor. A los participantes se les pidió entonces que ajustaran la tonalidad de la piel para hacer que el rostro presentase un aspecto tan sano como fuera posible. Al darles a escoger entre el color de piel mejorado por el bronceado o mejorado por los carotenoides, los participantes prefirieron el color modificado por los carotenoides.
Este estudio muestra que las personas no sólo podemos usar pistas relativas a la tonalidad para juzgar cuán sanos están otros individuos, sino que también somos capaces de alcanzar una gran precisión cuando hacemos esas valoraciones. Esta habilidad tiene su lógica en el marco de la evolución humana, porque ésta tiende a favorecer a los individuos que escogen formar alianzas, o bien aparearse, con los individuos más sanos, y a penalizar a quienes lo hacen con personas de salud precaria.
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