Un equipo de investigadores en la Universidad de Bristol decidió analizar las marcas corporales de 35 especies de felinos salvajes en un intento de averiguar qué mecanismo exacto dirige la evolución hacia variaciones tan bellas como desconcertantes. Estos científicos profundizaron en los entresijos de las distintas pautas de coloración de los felinos, gracias a vincularlas a un modelo matemático de desarrollo de patrones.
Y han encontrado que los felinos que viven en entornos densos, como por ejemplo en los árboles, y están activos con niveles de iluminación bajos, son los que con mayor probabilidad acaban desarrollando esos patrones, sobre todo los complejos e irregulares. Esto sugiere que tales patrones surgen evolutivamente para que el animal se confunda mejor con su entorno. El análisis de la historia evolutiva de los patrones muestra que pueden evolucionar y desaparecer con bastante rapidez.
La investigación también explica por qué, por ejemplo, los leopardos negros (panteras) son comunes pero no se conocen guepardos negros. A diferencia de los guepardos, los leopardos viven en una amplia variedad de hábitats y tienen diversas pautas de conducta. La existencia de varios nichos ecológicos que individuos diferentes de la especie pueden explotar permite que patrones y colores atípicos se vuelvan estables dentro de una población.
El estudio también ha profundizado en la cuestión de la escasa cantidad de especies de felinos que tienen rayas verticales. De las 35 especies examinadas, sólo los tigres tenían siempre patrones alargados verticalmente, y estos patrones no estaban asociados con un hábitat de pradera, como se podría esperar. Sin embargo, los tigres parecen estar muy bien camuflados, así que esto conduce a la pregunta de por qué las rayas verticales no son comunes en los felinos y en otros mamíferos.
El equipo de Will Allen, de la Universidad de Bristol, está ahora aplicando a otros grupos de animales el método que ha desarrollado para este estudio sobre los patrones del pelaje de felinos.
Y han encontrado que los felinos que viven en entornos densos, como por ejemplo en los árboles, y están activos con niveles de iluminación bajos, son los que con mayor probabilidad acaban desarrollando esos patrones, sobre todo los complejos e irregulares. Esto sugiere que tales patrones surgen evolutivamente para que el animal se confunda mejor con su entorno. El análisis de la historia evolutiva de los patrones muestra que pueden evolucionar y desaparecer con bastante rapidez.
La investigación también explica por qué, por ejemplo, los leopardos negros (panteras) son comunes pero no se conocen guepardos negros. A diferencia de los guepardos, los leopardos viven en una amplia variedad de hábitats y tienen diversas pautas de conducta. La existencia de varios nichos ecológicos que individuos diferentes de la especie pueden explotar permite que patrones y colores atípicos se vuelvan estables dentro de una población.
El estudio también ha profundizado en la cuestión de la escasa cantidad de especies de felinos que tienen rayas verticales. De las 35 especies examinadas, sólo los tigres tenían siempre patrones alargados verticalmente, y estos patrones no estaban asociados con un hábitat de pradera, como se podría esperar. Sin embargo, los tigres parecen estar muy bien camuflados, así que esto conduce a la pregunta de por qué las rayas verticales no son comunes en los felinos y en otros mamíferos.
El equipo de Will Allen, de la Universidad de Bristol, está ahora aplicando a otros grupos de animales el método que ha desarrollado para este estudio sobre los patrones del pelaje de felinos.
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