Hasta ahora, la presencia de estos compuestos se localizaba por medio de pruebas de limpieza y un espectrómetro de iones de movilidad.
La detección de explosivos, hasta la fecha, era trabajo de perros adiestrados para tal fin así como de pruebas muy concretas que requerían mucho esfuerzo y tiempo, como es el caso de las empleadas en el control de los aeropuertos. Pero tanto los canes entrenados para olfatear e identificar la presencia de explosivos como los escáneres habilitados en aeropuertos han encontrado dificultades para detectar lo que comúnmente se conoce como pentrita (tetranitrato de pentaeritritol, PENT), un compuesto altamente explosivo que puede ser descubierto exclusivamente por medio de pruebas de limpieza y un espectrómetro de iones de movilidad.
La pentrita es un compuesto poco volátil y por lo tanto, libera sólo un pequeño número de moléculas al aire libre, y al mismo tiempo es también un potente explosivo. Unos pocos gramos son suficientes para destruir totalmente un coche. Estas características son las que ha llevado a los terroristas a utilizar este material de forma frecuente para cometer atentados.
Ahora, científicos especializados en la creación de nuevos materiales de la Universidad Técnica de Darmstadt, en Alemania, en colaboración con la Universidad Politécnica de RhineMain, han desarrollado un nanosensor capaz de detectar una única molécula de pentrita entre diez mil millones de moléculas que hay en el medio ambiente.
Así lo publican en este comunicado de prensa, donde el responsable de este proyecto, el ingeniero Mario Boehme, explica el curioso funcionamiento de este novedoso detector de explosivos.
"Si una molécula de pentrita entra el sensor de los nanotubos, los grupos de nitrato de este material se adhieren a su superficie y cambian su conductividad eléctrica. Este cambio provoca que los instrumentos electrónicos puedan detectarlo", asegura Boehme.
'Rastreadores' eficientes
Este nuevo sensor únicamente necesita comprobar la calidad del aire con el fin de detectar la presencia de pentrita.
"Una posibilidad sería equipar los detectores de metales y las máquinas convencionales de rayos X empleadas en los controles de seguridad del aeropuerto con el nuevo sensor y un dispositivo de inducción de aire", propone el autor de este nanosensor.
Con la instalación de pequeños sensores en los puestos de control y seguridad de aeropuertos, estaciones de trenes, eventos deportivos o en cualquier otra zona que registre una gran afluencia de personas, se podría comprobar discretamente tanto a las personas como a sus equipajes en busca de explosivos sin tener que recurrir a costosos sistemas más evidentes de cara al público.
"Sin embargo, otra posibilidad sería la utilización de un dispositivo portátil similar a una aspiradora de mano que permita el control individual de las personas. Esto sería posible ya que los sensores son muy pequeños y baratos de fabricar", señala Boehme.
Mientras tanto, los responsables de este proyecto están buscando socios industriales que colaboren en la puesta en marcha de esta iniciativa y así poder comercializar dichos sensores.
La pentrita es un compuesto poco volátil y por lo tanto, libera sólo un pequeño número de moléculas al aire libre, y al mismo tiempo es también un potente explosivo. Unos pocos gramos son suficientes para destruir totalmente un coche. Estas características son las que ha llevado a los terroristas a utilizar este material de forma frecuente para cometer atentados.
Ahora, científicos especializados en la creación de nuevos materiales de la Universidad Técnica de Darmstadt, en Alemania, en colaboración con la Universidad Politécnica de RhineMain, han desarrollado un nanosensor capaz de detectar una única molécula de pentrita entre diez mil millones de moléculas que hay en el medio ambiente.
Así lo publican en este comunicado de prensa, donde el responsable de este proyecto, el ingeniero Mario Boehme, explica el curioso funcionamiento de este novedoso detector de explosivos.
"Si una molécula de pentrita entra el sensor de los nanotubos, los grupos de nitrato de este material se adhieren a su superficie y cambian su conductividad eléctrica. Este cambio provoca que los instrumentos electrónicos puedan detectarlo", asegura Boehme.
'Rastreadores' eficientes
Este nuevo sensor únicamente necesita comprobar la calidad del aire con el fin de detectar la presencia de pentrita.
"Una posibilidad sería equipar los detectores de metales y las máquinas convencionales de rayos X empleadas en los controles de seguridad del aeropuerto con el nuevo sensor y un dispositivo de inducción de aire", propone el autor de este nanosensor.
Con la instalación de pequeños sensores en los puestos de control y seguridad de aeropuertos, estaciones de trenes, eventos deportivos o en cualquier otra zona que registre una gran afluencia de personas, se podría comprobar discretamente tanto a las personas como a sus equipajes en busca de explosivos sin tener que recurrir a costosos sistemas más evidentes de cara al público.
"Sin embargo, otra posibilidad sería la utilización de un dispositivo portátil similar a una aspiradora de mano que permita el control individual de las personas. Esto sería posible ya que los sensores son muy pequeños y baratos de fabricar", señala Boehme.
Mientras tanto, los responsables de este proyecto están buscando socios industriales que colaboren en la puesta en marcha de esta iniciativa y así poder comercializar dichos sensores.
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