La idea es construir plantas nucleares en planetas cercanos a la Tierra, y que sean operadas por humanos o robots. James E. Werner del departamento de Energía de Estados Unidos es el jefe del proyecto, el cual fue presentado en la 242º reunión nacional de la ACS (American Chemical Society).
Werner dijo que la tecnología de fisión espacial sería muy diferente a como la conocemos hasta ahora, aquí en la Tierra se necesitan de enormes extensiones de terreno, con grandes torres de refrigeración, y otras estructuras de gran tamaño; sin embargo en el espacio el tamaño de un reactor de fisión podría tener unas dimensiones de 2.5 metros de alto y 1.5 metros de ancho, y no serian necesarias las torres de refrigeración.
"Un sistema de energía de fisión compacto, fiable, seguro sería fundamental para la creación de puestos avanzados o hábitats en otros planetas. La tecnología de fisión nuclear se puede aplicar en la Luna de la Tierra, en Marte, o donde la NASA vea la necesidad de una fuente de energía continua" dijo Werner.
Sin embargo no es la primera vez que se trata este tema, dado que en 1965 se lanzo el SNAP-10A, un satélite que incorporaba un reactor de fisión térmica de 45kWt y que producía 650 vatios utilizando un convertidor termoeléctrico. Tras 43 días de funcionamiento se tuvo que apagar por un mal funcionamiento, pero aún continua en órbita.
La fisión nuclear funciona dividiendo los átomos de uranio, generando así una gran cantidad de calor, el cual que es convertido en energía eléctrica. A pesar de que los componentes de un sistema de energía de fisión son muy similares a los encontrados en cualquier reactor de la Tierra, su utilización en aplicaciones espaciales presenta una serie de importantes diferencias.
"Si bien la física es la misma, los niveles de baja potencia, el control del reactor y el material utilizado para la reflexión de neutrones de nuevo en el núcleo son completamente diferentes", dijo Werner. "El peso es también un factor importante que debe ser minimizado en un reactor espacial."
Hasta ahora, las fuentes de energía en las misiones espaciales han sido las celdas de combustible y la luz del sol. Sin embargo tienen sus limitaciones. Las células solares son idóneas para misiones cerca de la órbita terrestre, sin embargo, en misiones donde se pretendiese explorar zonas más alejadas serían muy poco efectivas.
"La mayor diferencia entre los reactores de energía solar y la nuclear es que los reactores nucleares pueden generar energía en cualquier entorno. La tecnología de fisión nuclear no depende de la luz solar, por lo que es capaz de producir grandes cantidades de energía de forma constante, tanto durante el día como durante la noche. Un sistema de energía de fisión en la Luna podría generar 40 kilo watts o más de energía eléctrica, aproximadamente la misma cantidad de energía necesaria para alimentar ocho casas en la Tierra. La energía nuclear tiene la capacidad de proporcionar un ambiente rico en potencia para los astronautas en cualquier parte de nuestro sistema solar" explica Werner.
El proyecto es una colaboración entre el DOE (Departamento de Energía) y la NASA, y esperan poder validar esta tecnología en 2012.
Según Werner podría ser una de las opciones más asequibles y versátiles de ofrecer suministro energético a largo plazo en los programas de exploración espacial.
Werner dijo que la tecnología de fisión espacial sería muy diferente a como la conocemos hasta ahora, aquí en la Tierra se necesitan de enormes extensiones de terreno, con grandes torres de refrigeración, y otras estructuras de gran tamaño; sin embargo en el espacio el tamaño de un reactor de fisión podría tener unas dimensiones de 2.5 metros de alto y 1.5 metros de ancho, y no serian necesarias las torres de refrigeración.
"Un sistema de energía de fisión compacto, fiable, seguro sería fundamental para la creación de puestos avanzados o hábitats en otros planetas. La tecnología de fisión nuclear se puede aplicar en la Luna de la Tierra, en Marte, o donde la NASA vea la necesidad de una fuente de energía continua" dijo Werner.
Sin embargo no es la primera vez que se trata este tema, dado que en 1965 se lanzo el SNAP-10A, un satélite que incorporaba un reactor de fisión térmica de 45kWt y que producía 650 vatios utilizando un convertidor termoeléctrico. Tras 43 días de funcionamiento se tuvo que apagar por un mal funcionamiento, pero aún continua en órbita.
La fisión nuclear funciona dividiendo los átomos de uranio, generando así una gran cantidad de calor, el cual que es convertido en energía eléctrica. A pesar de que los componentes de un sistema de energía de fisión son muy similares a los encontrados en cualquier reactor de la Tierra, su utilización en aplicaciones espaciales presenta una serie de importantes diferencias.
"Si bien la física es la misma, los niveles de baja potencia, el control del reactor y el material utilizado para la reflexión de neutrones de nuevo en el núcleo son completamente diferentes", dijo Werner. "El peso es también un factor importante que debe ser minimizado en un reactor espacial."
Hasta ahora, las fuentes de energía en las misiones espaciales han sido las celdas de combustible y la luz del sol. Sin embargo tienen sus limitaciones. Las células solares son idóneas para misiones cerca de la órbita terrestre, sin embargo, en misiones donde se pretendiese explorar zonas más alejadas serían muy poco efectivas.
"La mayor diferencia entre los reactores de energía solar y la nuclear es que los reactores nucleares pueden generar energía en cualquier entorno. La tecnología de fisión nuclear no depende de la luz solar, por lo que es capaz de producir grandes cantidades de energía de forma constante, tanto durante el día como durante la noche. Un sistema de energía de fisión en la Luna podría generar 40 kilo watts o más de energía eléctrica, aproximadamente la misma cantidad de energía necesaria para alimentar ocho casas en la Tierra. La energía nuclear tiene la capacidad de proporcionar un ambiente rico en potencia para los astronautas en cualquier parte de nuestro sistema solar" explica Werner.
El proyecto es una colaboración entre el DOE (Departamento de Energía) y la NASA, y esperan poder validar esta tecnología en 2012.
Según Werner podría ser una de las opciones más asequibles y versátiles de ofrecer suministro energético a largo plazo en los programas de exploración espacial.
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