"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


lunes, 15 de agosto de 2011

El cañón de los olores


Un nuevo dispositivo puede mandar un disparo de aroma directamente a tu nariz sin que la persona que esté a tu lado lo huela. El cañón de aire fue desarrollado por Yasuyuki Yanagi y sus colegas del Instituto de Investigación en Telecomunicaciones Avanzadas de Kyoto, Japón, como una técnica para direccionar olores concretos a las personas explorando los entornos de realidad virtual.

 El conductor de un simulador de coches, por ejemplo, puede oler la gasolina como si estuviera en una gasolina repostando carburante u oliendo a hierba fresca como si acabara de pasar por un campo de golf.

Pero los especialistas en marketing ven el cañón de aire como una forma de captar a los clientes en las tiendas haciendo, por ejemplo, que huelan el último perfume salido al mercado o una exquisita marca de café, en conjunción con anuncios a través de pantallas. La mezcla es tremendamente atractiva para los anunciantes.

Los principales componentes del cañón de aire son un compartimento con un pequeño inyector en un lado y un diafragma flexible en el otro, más una especie de misil que lanza una gran variedad de olores en el compartimento.

Cuando se dispara el cañón, una bobina como la de un altavoz impulsa el diafragma y comprime el aire dentro del compartimento, expulsando un suave disparo de aroma al aire en la dirección requerida.

Tim Jacob, un experto en psicología olfativa en la Universidad Cardiff en Gran Bretaña, puntualiza que las características atractivas -como oler un pan recien horneado- están pensadas para hacer que los consumidores paren en las estanterías de los productos, huelan y compren.

Yanagi comenta que su cañon espray es tan bueno que una persona puede olerlo, mientras que otra situada a tan sólo 50 centímetros no pueda, al disparar por ejemplo, a un radio de dos metros. Así que por ejemplo, mientras una persona está oliendo a café, otra que está justo al lado puede oler perfectamente un agradable perfume de la sección de perfumería.

De cualquier modo, admite que el sistema tiene limitaciones. Sintetizar un amplio abanico de olores tan diferentes puede ser problemático; a diferencia de los colores que vemos, no existen olores “primarios” que puedan ser usados para generar otros.

Pero existen también problemas potenciales relacionados con los derechos civiles al usar este tipo de sistema, advierte Jacobs. Los consumidores pueden presentar objeciones en verse forzados a oler determinados aromas como si fueran anuncios subliminales. Y quizá no hayan pensado que también puede haber muchas otras personas que sean alérgicas a los materiales o los olores que pueda desprender ese cañón de aromas.













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