19 Ago 2011 | CORDIS
Gracias a su capacidad para distinguir entre niebla y oscuridad, este sistema dota a los vehículos con un grado de «inteligencia» que se puede aprovechar para lograr una respuesta a las condiciones del entorno. Dirigido por el Centro Ricerche Fiat Società Consortile per Azioni (Italia), el consorcio de ADOSE cuenta con expertos industriales de Austria, Bélgica, Finlandia, Alemania, Italia, Noruega y Suecia.
Sus socios indican que la cantidad de accidentes de tráfico mortales de, por ejemplo, Alemania ha descendido en los últimos años. Según se deduce de los datos obtenidos mediante distintos estudios, los nuevos sistemas de asistencia a la conducción son cada vez más rápidos que los humanos en su reacción ante situaciones críticas. Estos sistemas no sólo poseen la capacidad de reconocer riesgos, sino que también avisan a los conductores y les ayudan a resolver situaciones críticas. Un buen ejemplo de estos sistemas son los sensores de radar que detectan las condiciones del tráfico circundante y controlan el ángulo ciego del automóvil o mantienen la distancia de seguridad con el coche anterior. Los detectores de infrarrojos mejoran la visión nocturna y los sensores de fatiga disparan una alarma sonora si el conductor se adormece. La desventaja de estos sistemas reside en que sólo están disponibles en vehículos de gama alta. Aquí es donde entra en escena ADOSE.
«Nuestro sistema multifuncional consiste en una cámara completa, dos sensores equipados con lentes Fresnel para detectar señales de luz y un LED (diodo emisor de luz) infrarrojo», explicó el Dr. Henning Schroeder, asociado a ADOSE y coordinador del grupo del Instituto Fraunhofer IZM (Alemania). «Debido a que la niebla y la oscuridad pueden presentar espectros idénticos, es complicado distinguir entre estos dos fenómenos lumínicos. Por esta razón los LED infrarrojos emiten ondas de luz que se dispersan y rebotan en la niebla pero no en la oscuridad. Es especialmente complicado captar la señal de luz desde un ángulo de apertura amplio, reagrupar la señal y conducirla por el circuito impreso hasta los cuatro costados del chip de la cámara. Esto es necesario debido a que el centro del chip está reservado para registrar la imagen de la cámara.»
El proceso se hizo posible, según indican los propios investigadores, gracias a la invención de unos tubos de luz mediante un proceso de estampación en caliente. Estos dispositivos son tubos huecos y revestidos de material reflectante capaces de reflejar una señal luminosa hasta 90 grados. Hasta ahora se ha utilizado fibra óptica para transmitir estas señales, pero dicho material puede partirse incluso aunque esté doblado en un radio poco acentuado. Además su precio es elevado y deben instalarse a mano y con gran cuidado.
«Con los tubos de luz hemos logrado aumentar la eficiencia de la transmisión de la señal óptica, reducir el sistema al completo y por tanto ahorrar costes», declaró el portavoz del Fraunhofer IZM.
Gracias al método de estampación en caliente se pueden lograr distintos canales ópticos de una sola pasada. Este proceso logra facilitar en gran medida el montaje. Ya se ha dispone de un prototipo de módulo de sensor y el Centro Ricerche Fiat está realizando las pruebas correspondientes.
Sus socios indican que la cantidad de accidentes de tráfico mortales de, por ejemplo, Alemania ha descendido en los últimos años. Según se deduce de los datos obtenidos mediante distintos estudios, los nuevos sistemas de asistencia a la conducción son cada vez más rápidos que los humanos en su reacción ante situaciones críticas. Estos sistemas no sólo poseen la capacidad de reconocer riesgos, sino que también avisan a los conductores y les ayudan a resolver situaciones críticas. Un buen ejemplo de estos sistemas son los sensores de radar que detectan las condiciones del tráfico circundante y controlan el ángulo ciego del automóvil o mantienen la distancia de seguridad con el coche anterior. Los detectores de infrarrojos mejoran la visión nocturna y los sensores de fatiga disparan una alarma sonora si el conductor se adormece. La desventaja de estos sistemas reside en que sólo están disponibles en vehículos de gama alta. Aquí es donde entra en escena ADOSE.
«Nuestro sistema multifuncional consiste en una cámara completa, dos sensores equipados con lentes Fresnel para detectar señales de luz y un LED (diodo emisor de luz) infrarrojo», explicó el Dr. Henning Schroeder, asociado a ADOSE y coordinador del grupo del Instituto Fraunhofer IZM (Alemania). «Debido a que la niebla y la oscuridad pueden presentar espectros idénticos, es complicado distinguir entre estos dos fenómenos lumínicos. Por esta razón los LED infrarrojos emiten ondas de luz que se dispersan y rebotan en la niebla pero no en la oscuridad. Es especialmente complicado captar la señal de luz desde un ángulo de apertura amplio, reagrupar la señal y conducirla por el circuito impreso hasta los cuatro costados del chip de la cámara. Esto es necesario debido a que el centro del chip está reservado para registrar la imagen de la cámara.»
El proceso se hizo posible, según indican los propios investigadores, gracias a la invención de unos tubos de luz mediante un proceso de estampación en caliente. Estos dispositivos son tubos huecos y revestidos de material reflectante capaces de reflejar una señal luminosa hasta 90 grados. Hasta ahora se ha utilizado fibra óptica para transmitir estas señales, pero dicho material puede partirse incluso aunque esté doblado en un radio poco acentuado. Además su precio es elevado y deben instalarse a mano y con gran cuidado.
«Con los tubos de luz hemos logrado aumentar la eficiencia de la transmisión de la señal óptica, reducir el sistema al completo y por tanto ahorrar costes», declaró el portavoz del Fraunhofer IZM.
Gracias al método de estampación en caliente se pueden lograr distintos canales ópticos de una sola pasada. Este proceso logra facilitar en gran medida el montaje. Ya se ha dispone de un prototipo de módulo de sensor y el Centro Ricerche Fiat está realizando las pruebas correspondientes.
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