"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


domingo, 2 de octubre de 2011

Las madres son las principales transmisoras del sexismo



Un estudio de la Universidad del País Vasco revela el vínculo entre las actitudes sexistas de la madre con las de sus hijos e hijas. Los resultados, publicados este mes en la revista Psicothema, relacionan también el género y el nivel socioeconómico y cultural de la familia con el sexismo.

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La principal novedad de este trabajo es evidenciar la existencia de una conexión intergeneracional del sexismo", asegura a SINC Maite Garaigordobil, coautora, junto con Jones Aliri, de un estudio sobre la transmisión de los prejuicios de género en la familia. Ambas son investigadoras de la Universidad del País Vasco.
La investigación, publicada este mes en la revista Psicothema, analiza por separado la relación entre el sexismo de madre-hija, madre-hijo, padre-hija, y padre-hijo debido al papel que desempeña el género en las diferencias en estas actitudes.
La madre aparece como una figura de mayor influencia en la trasmisión de las conductas discriminatorias. Según afirma Garaigordobil, "el nivel de sexismo de la madre está más relacionado con el de los hijos e hijas que el del padre".
El trabajo, elaborado con una muestra de 1.455 adolescentes de 11 a 17 años y sus padres y madres (648 y 764), apunta una gran influencia de la madre en los hijos y las hijas y del padre en los descendientes varones.
"Teniendo en cuenta que las mujeres son las principales víctimas del sexismo, resulta paradójico el hecho de que sean ellas las que mayor influencia ejercen en la transmisión de estas actitudes prejuiciosas", observa la autora. "No obstante, no podemos afirmar que esta relación sea de causa-efecto ya que nuestro estudio no es correlacional", admite. Con esto se refiere a que existen otras variables relacionadas con la transmisión de los prejuicios de género que no se pueden aislar en un estudio sociológico de este tipo.
Las autoras señalan algunos factores que explican este fenómeno, como el tiempo que interactúan los hijos con ambos progenitores, las tareas del hogar que las madres fomentan que se realicen en casa, los juguetes que regalan a los hijos e hijas y los roles que interiorizan a través de ellos, así como el importante rol de la madre en la trasmisión de los valores en general.
"Algunos investigadores afirman que las madres ejercen más la socialización de género con sus hijas y los padres con sus hijos. Nuestro estudio confirma este supuesto", subraya la investigadora.
Educar a los padres
La investigación sugiere la importancia de trabajar con los progenitores los prejuicios de género, ya que una disminución del sexismo de los padres podría disminuir estas actitudes en su descendencia. Además, Garaigordobil y Aliri explican la importancia de implementar programas educativos durante la infancia y la adolescencia para fomentar la igualdad de género, reducir el sexismo y prevenir la violencia de género.
"Es importante enfatizar que el sexismo se trasmite a través de la familia pero que también hay otras fuentes relevantes de influencia en el desarrollo de las actitudes sexistas, como los grupos sociales en los que cada persona participa o los medios de comunicación en los que también habría que intervenir para reducir el sexismo", comenta Garaigordobil.
Los chicos son más sexistas
El estudio confirma además que las actitudes sexistas están ligadas al género: los chicos adolescentes alcanzan cotas significativamente más altas que las chicas; y los padres superan ampliamente a las madres.
La investigación relaciona estrechamente los niveles de sexismo del padre y la madre, ya que "las mujeres y hombres con alta puntuación en sexismo tienden a elegir parejas sexistas y viceversa", indica Garaigordobil.
Asimismo, se evidencia el vínculo de la condición socioeconómica y cultural de la familia con la persistencia de las actitudes discriminatorias. "A mayor posición socio-económico-cultural de la familia, menor es el nivel de sexismo, tanto en los hijos e hijas adolescentes como en sus padres y madres", concluye la investigadora vasca.








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