Desde entonces, comienza a tener sueños asombrosamente vívidos de su pueblo natal. Tanto, que comienza a experimentar sus sueños y recuerdos como un llamado a pintar escenas de su infancia. Así, comienza una obra prolífica de pinturas desde su memoria, donde los edificios, las calles y los alrededores de Pontito quedan plasmados a la perfección.
La compenetración con el espacio a retratar era tal, que Franco volvía la cabeza en distintas direcciones para variar los ángulos desde donde pintaba, como si estuviera transportado a otro espacio para reproducir a la perfección lugares que no había visto en años.
Sus cuadros están llenos de edificios de piedra, arcos, paisajes de colinas toscanas, y antiguas ruinas etruscas. Lo curioso es que ha pintado centenares, y cada uno de ellos, tiene un grado de detalle tan similar a la visión real, que resultan asombrosos.
En una exposición en el año 1989, las pinturas de Franco eran expuestas junto a fotografías de los mismos lugares retratados de enorme similitud. Sus cuadros, han llegado a exposiciones en Toscana y muestras itinerantes por Estados Unidos y Canadá.
Magnani, ha llamado la atención del neurólogo Oliver Sacks, quien ha incluido su historia en el libro "Un antropólogo en Marte". El libro, aborda siete casos médicos de personas con enfermedades neurológicas, como el autismo o el síndrome de Tourette.
Su caso, recuerda en parte la historia de Stephen Wiltshire, también conocido como la cámara humana, y diagnosticado con autismo. Wiltshire, posee una asombrosa habilidad para dibujar un paisaje desde una óptica arquitectónica y urbanística en extremo detalle, luego de haber visto el panorama una única vez por un breve período de tiempo.
Magnani, por su parte, tras enfermedad que padece en San Francisco, había quedado atrapado en la perfección de sus recuerdos de Pontito. Sin embargo, su memoria no era homogénea, y no era capaz de recordar con tal precisión otras imágenes o lugares. Se transformó de hecho en un artista obsesionado con su pueblo natal, que ha construido un modelo tridimensional de alta precisión del pueblo en su cabeza. La historia, ha merecido en palabras del ensayo de Oliver Sacks, la calificación de Pontito como "El paisaje de sus sueños".
Más información e imágenes en:
The New Yorker
Sitio web de Franco Magnani
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