Dos de cada diez personas sufren de depresión grave en algún momento de sus vidas. Investigaciones realizadas en familias han aportado datos sobre la importante función de la genética en la depresión. En este estudio del King's College de Londres, así como en la segunda investigación realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad Washington de San Luis, se identificó una región del ADN que contenía hasta noventa genes.
El equipo del King's College de Londres evaluó a más de 800 familias en las que había varios casos de depresión, mientras que el equipo de la Universidad Washington evaluó a 25 familias de Finlandia y 91 familias de Australia. Los investigadores indican que en las cohortes al menos dos hermanos de cada familia habían padecido depresión. El grupo estadounidense aclaró que los finlandeses y australianos se eligieron por su elevado consumo de tabaco.
En relación a los resultados, el Dr. Gerome Breen, autor principal del estudio del King's College de Londres, expuso que: «Estos descubrimientos son verdaderamente interesantes. Por vez primera hemos descubierto una región genética asociada con la depresión, y lo que convierte a los resultados en un hallazgo realmente impresionante es la similitud de los resultados entre nuestros estudios.»
Aunque los corpus de los dos estudios se obtuvieron para utilizarlos con otros fines y se evaluaron de distinta forma, los investigadores lograron identificar un «pico de unión» (linkage peak) en el cromosoma 3, lo que implica que los hermanos propensos a la depresión de las familias de ambos estudios portaban algunas variaciones genéticas idénticas en esta región específica del ADN.
La singularidad de estos descubrimientos reside, según los investigadores, en que esta región específica del ADN influye en el genoma al completo. A pesar de que ni el grupo británico ni el estadounidense lograron aislar un gen o genes relacionados con un mayor riesgo de sufrir depresión, el pico de unión está ubicado en una zona del cromosoma que en opinión de los expertos en la materia alberga el gen 7 receptor metabotrópico del glutamato (GRM7). Se han encontrado relaciones posibles entre la depresión y partes del GRM7.
«Nuestros descubrimientos de unión apuntan a una zona amplia», explicó la profesora Michele L. Pergadia, autora principal del estudio de la Universidad Washington. «Considero que acabamos de dar el primer paso en el laberinto que lleva a explicar qué incide en la depresión.»
La profesora Pergadia propuso combinar los grupos de datos de ambos estudios para determinar si esta región del cromosoma 3 sigue mostrando un efecto clave.
Por su parte, el Dr. Peter McGuffin, director del Centro de Psiquiatría Social, Genética y del Desarrollo del Consejo de Investigación Médica, ubicado en el King's College de Londres, indica que los resultados de ambos estudios contribuirán al conocimiento que se posee de la conexión entre genética y depresión.
«Los descubrimientos son innovadores», indicó el Dr. McGuffin, autor sénior del estudio del King's College de Londres. «No obstante, sólo suponen una pequeña proporción del riesgo genético de la depresión. Es necesario realizar estudios de mayor tamaño para encontrar las demás partes del genoma involucradas.»
El equipo del King's College de Londres evaluó a más de 800 familias en las que había varios casos de depresión, mientras que el equipo de la Universidad Washington evaluó a 25 familias de Finlandia y 91 familias de Australia. Los investigadores indican que en las cohortes al menos dos hermanos de cada familia habían padecido depresión. El grupo estadounidense aclaró que los finlandeses y australianos se eligieron por su elevado consumo de tabaco.
En relación a los resultados, el Dr. Gerome Breen, autor principal del estudio del King's College de Londres, expuso que: «Estos descubrimientos son verdaderamente interesantes. Por vez primera hemos descubierto una región genética asociada con la depresión, y lo que convierte a los resultados en un hallazgo realmente impresionante es la similitud de los resultados entre nuestros estudios.»
Aunque los corpus de los dos estudios se obtuvieron para utilizarlos con otros fines y se evaluaron de distinta forma, los investigadores lograron identificar un «pico de unión» (linkage peak) en el cromosoma 3, lo que implica que los hermanos propensos a la depresión de las familias de ambos estudios portaban algunas variaciones genéticas idénticas en esta región específica del ADN.
La singularidad de estos descubrimientos reside, según los investigadores, en que esta región específica del ADN influye en el genoma al completo. A pesar de que ni el grupo británico ni el estadounidense lograron aislar un gen o genes relacionados con un mayor riesgo de sufrir depresión, el pico de unión está ubicado en una zona del cromosoma que en opinión de los expertos en la materia alberga el gen 7 receptor metabotrópico del glutamato (GRM7). Se han encontrado relaciones posibles entre la depresión y partes del GRM7.
«Nuestros descubrimientos de unión apuntan a una zona amplia», explicó la profesora Michele L. Pergadia, autora principal del estudio de la Universidad Washington. «Considero que acabamos de dar el primer paso en el laberinto que lleva a explicar qué incide en la depresión.»
La profesora Pergadia propuso combinar los grupos de datos de ambos estudios para determinar si esta región del cromosoma 3 sigue mostrando un efecto clave.
Por su parte, el Dr. Peter McGuffin, director del Centro de Psiquiatría Social, Genética y del Desarrollo del Consejo de Investigación Médica, ubicado en el King's College de Londres, indica que los resultados de ambos estudios contribuirán al conocimiento que se posee de la conexión entre genética y depresión.
«Los descubrimientos son innovadores», indicó el Dr. McGuffin, autor sénior del estudio del King's College de Londres. «No obstante, sólo suponen una pequeña proporción del riesgo genético de la depresión. Es necesario realizar estudios de mayor tamaño para encontrar las demás partes del genoma involucradas.»
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