E
l Dr. Frank Rühli del Instituto Anatómico de la Universidad de Zurich en Suiza, en estrecha colaboración con Eduard Egarter Vigl del Museo de Arqueología del Sur del Tirol en Bolzano, Italia, así como el Dr. Paul Gostner y la Dra. Patrizia Pernter, ambos del Departamento de Radiología del Hospital general de Bolzano, han completado una larga investigación, en la que resultó crucial la utilización de técnicas sofisticadas de tomografía computerizada.
Los análisis de las imágenes obtenidas mediante tales técnicas desvelaron una herida en la pared dorsal de la arteria subclavia izquierda, la arteria localizada bajo la clavícula, provocada por una punta de flecha ya detectada, que sigue en la espalda. Además, un gran hematoma fue visualizado en el tejido circundante. Mediante la combinación de datos históricos, así como información moderna sobre los efectos de una herida tan grave, los científicos han llegado a la conclusión de que Otzi falleció poco después de recibir el flechazo, como consecuencia del mismo.
Una huella tan clara de una lesión vascular en un cuerpo de tanta antigüedad, detectada del modo en que se ha hecho, es, al menos por ahora, un caso único. La técnica empleada ha resultado crucial para determinar la causa de la muerte sin tener que recurrir a una autopsia, con los inevitables efectos destructivos que ésta habría comportado.
Los investigadores tratarán ahora de indagar sobre las circunstancias que rodearon la muerte de este misterioso sujeto.
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