Los juicios rápidos y sin fundamento impiden aprender cosas nuevas y hacen perder oportunidades, revela un estudio del ETH
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as personas con prejuicios están en desventaja porque no aprenden nada nuevo y suelen perder oportunidades.
Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH), en Suiza, sobre si los prejuicios pueden ser o no racionales en ciertas situaciones.
Para su investigación, los científicos utilizaron la Teoría de juegos, un área de la matemática aplicada que utiliza modelos para estudiar interacciones, para analizar las estrategias y el comportamiento de individuos sometidos a estructuras formalizadas de incentivos (los llamados "juegos").
Según publica Alpha Galileo, los juegos aplicados en el marco de la investigación reproducían diversos escenarios y fueron jugados quince millones de veces.
Qué son los prejuicios
Un prejuicio es el proceso de formación de un concepto o juicio sobre alguna cosa, situación o persona de forma anticipada, es decir, antes de tiempo. En general, los prejuicios son vistos como irracionales, porque no están lo suficientemente basados en la experiencia, y como no éticos, porque propician la discriminación y los juicios erróneos.
Sin embargo, el ser humano tiende a juzgar a los demás rápidamente. Por tanto, ¿podrían ser los prejuicios una fórmula de toma de decisiones especialmente efectiva, desarrollada en el transcurso de la evolución para evaluar potenciales peligros con rapidez?
Para tratar de responder a esta pregunta, los profesores de sociología del ETH, Dirk Helbing y Thomas Chadefauxanalizaron las condiciones bajo las cuales estos "juicios intuitivos" podrían ser racionales y aquéllas en las que, por el contrario, los prejuicios pueden resultar engañosos.
Probando los prejuicios a través del juego
En los juegos de ordenador utilizados para tratar de resolver esta cuestión, los jugadores tenían que comportarse de manera amable o antipática con sus contrincantes, en función de las características de éstos (sexo, edad, situación económica, religión o procedencia cultural). Pero si un jugador era amable y se encontraba con otro que no lo era, perdía. Para evitarlo, los jugadores debían adoptar una estrategia de toma de decisiones acerca de su propio comportamiento ante el resto de los jugadores. Los investigadores probaron en este sentido cinco estrategias distintas. Una de ellas, denominada "ALLD", consistió en que todos los jugadores se presentasen siempre como antipáticos. En este caso, sin embargo, ninguno de ellos podía beneficiarse de la simpatía de otros, porque ninguno era simpático.
Una segunda estrategia a seguir fue la "tit-for-tat" ("TFT") o "donde las dan las toman", que consistía en ser simpáticos al principio, para después imitar el comportamiento del contrincante, cualquiera que éste fuera.
Las otras tres estrategias (P1, P3 y P5) estaban basadas en un número de características del contrincante, definidas previamente por cada jugador como base para determinar su propio comportamiento. Estas tres estrategias, por tanto, establecían diversos grados de prejuicios.
En la P1, se consideraba una única característica del contrincante para que el jugador decidiera si debía ser simpático o no. En la estrategia P3,
se observaban tres características, y en la P5, cinco características. Por tanto, la estrategia P5 era la que contaba con referencias más amplias a partir de las cuales tomar decisiones. En los cinco escenarios posibles, los investigadores variaron el número de participantes y la duración del juego.
Resultados obtenidos
Los resultados obtenidos se diferenciaron en función de estas últimas variables de duración del juego y número de participantes. Así, cuando el juego duró poco tiempo y en él participaron muchos jugadores, la posibilidad de que dos jugadores cualesquiera se enfrentasen varias veces fue baja. Es decir, había menos tiempo para conocer a los contrincantes. En este caso, la estrategia ALLD y la P1 resultaron las más exitosas.
En estos casos, la estrategia de "donde las dan las toman" o TFT no resultó ventajosa, al requerir en primer lugar del aprendizaje del comportamiento del contrincante para resultar eficiente.
En general, la estrategia ALLD y la P1 fueron inicialmente las más eficientes. Sin embargo, su éxito declinó rápidamente cuando los juegos pasaron a tener mayor duración. Entonces ocurrió exactamente lo contrario: las estrategias P5 y TFT triunfaron después de un tiempo, y mantuvieron su éxito desde ese momento, a un nivel constantemente alto.
Conclusiones y efectos sociales
Según los autores del estudio, estos resultados sugieren que las estrategias prejuiciosas son útiles y racionales, sólo a corto plazo. Pero, como no permiten aprender de los errores y ajustar el comportamiento en consecuencia, a largo plazo aquellas estrategias que hacen posible responder al comportamiento ajeno de modos más diversos resultan las más eficientes.
Según explica Helbing, los prejuicios, por tanto, fallan "cuando las situaciones se van haciendo más complejas". Por ejemplo, si por nuestros prejuicios juzgamos mal a una persona cuyas características, en realidad, no tienen nada que ver con su comportamiento, seremos incapaces
de ajustar correctamente nuestra estrategia de trato hacia ella.
Helbing añade que: "Aunque al principio resulte eficiente reaccionar en función de una sola característica, en un mundo complejo no se debe dejar de aprender nuevas cosas. De lo contrario, se pueden perder muchas buenas oportunidades".
Pero desarrollar juicios diferenciados y exitosos a largo plazo requiere su tiempo. Helbing afirma que, en este sentido, "la estrategia más exitosa es empezar con meros principios de imitación y después ir refinándolos". La gente que va teniendo una amplia gama de experiencias y está dispuesta a adaptar su comportamiento en función de dicha experiencia, es la que mejor se desenvuelve.
Para los investigadores del ETH, los resultados obtenidos demuestran asimismo que se debe buscar y potenciar el intercambio de experiencias con gente diversa para evitar, entre otras cosas, tratos erróneos a las minorías. En este sentido, concluye Helbing: "Las redes sociales juegan un papel fundamental". Los resultados de la presente investigación han aparecido publicados en PlosOne.
Interesante articulo.
ResponderEliminarBuen post.
Un saludo.