El efecto de un desastre sobre las creencias religiosas de las personas que lo sufren depende en parte del contexto social, sugiere un estudio realizado en Noruega
E
l pasado mes de septiembre de 2011, con motivo del décimo aniversario del atentado del 11 de septiembre de 2001, se hicieron públicos los resultados de un estudio llevado a cabo por psiquiatras de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, sobre el efecto de este traumático evento en la religiosidad de los que lo vivieron.
Entonces, se constató que un 10% de las personas que habían perdido un familiar en las Torres Gemelas ese día habían pasado a darle menos importancia a sus creencias religiosas, posiblemente por el sentimiento de ausencia de sentido producido por los atentados, interpretaron entonces los investigadores .
Recientemente, otra investigación, realizada por los especialistas Ajmal Hussain, Lars Weisaeth y Trond Heir, del Centro noruego de estudios sobre la violencia y el estrés Traumático (NKVTS) ha analizado también el efecto de un evento traumático en la religiosidad de las personas que lo sufren.
En este caso, el suceso traumático estudiado fue un desastre natural: el ocasionado por el tsunami que, en 2004, arrasó las costas de la mayoría de los países que bordean el océano Índico, matando a casi 230.000 personas, según las últimas estimaciones de las Naciones Unidas.
Características de la investigación
Según publican los autores del estudio en la revista Social Psychiatry and Psychiatry Epidemology, la muestra analizada consistió en una población adulta de 1.180 turistas noruegos que vivieron el tsunami de 2004.
La información recopilada sobre estas personas incluyó datos sobre su religiosidad, su exposición al desastre, su psicopatología natural, su grado de estrés postraumático y su satisfacción vital general.
A partir de estos datos, los científicos exploraron la relación entre las características de los supervivientes de este desastre natural y sus creencias religiosas.
Lo hicieron centrándose específicamente en cuatro cuestiones: la prevalencia de los cambios en el nivel de fe religiosa tras el tsunami entre los turistas noruegos; los factores pronosticadores de estos cambios; el grado de importancia de la religión en la vida de los supervivientes, dos años después del desastre y, por último, las diferencias entre el estrés postraumático, la psicopatología general y la satisfacción vital de los supervivientes más religiosos, en comparación con los que eran menos religiosos.
La mayoría de las participantes en esta investigación había visto peligrar su vida como consecuencia del tsunami de 2004 y/o habían sido testigos de experiencias aterradoras.
Resultados obtenidos
Los resultados obtenidos del análisis de los datos recopilados fueron los siguientes: el 8% de los encuestados afirmó que sus creencias religiosas se habían fortalecido tras el desastre, mientras que el 5% declaró justo lo contrario: que el tsunami había debilitado sus creencias religiosas.
Una profundización en las respuestas reveló que el fortalecimiento de la fe estaba relacionado con problemas de salud mental previos al evento traumático y con estrés postraumático. La debilitación de las creencias religiosas, por su parte, pudo asociarse a la juventud, y también al estrés postraumático.
En general, dos años después del tsunami, el 11% de los participantes se consideraban a sí mismos positivamente religiosos.
En cuanto a la diversidad en el grado de religiosidad y su relación con el estado mental de los encuestados, no pudieron establecerse diferencias significativas entre el estrés postraumático, la psicopatología general o la satisfacción vital entre los grupos religiosos o no religiosos, escriben los científicos.
Posible papel del contexto
Las conclusiones del estudio fueron las siguientes. Según los investigadores, la religión no ha jugado un papel importante en las vidas de los supervivientes noruegos del tsunami de 2004.
Lo que sí pudo constatarse es que aquellos participantes que informaron de una mayor exposición al desastre fueron más propensos a informar también de haber sufrido cambios en sus creencias religiosas, tanto hacia su fortalecimiento como hacia su debilitación.
Por otra parte, las creencias religiosas de los participantes en el estudio no sirvieron como pronosticador de un estrés mental posterior al desastre, de larga duración. La religiosidad tampoco pudo relacionarse con mayores niveles de satisfacción vital entre los encuestados.
Todo ello a pesar de que estudios previos han constatado que la religión a menudo es percibida como una fuente de consuelo, sentido y propósito en el caso de los individuos que han padecido algún evento traumático en sus vidas. Para mucha gente, la religión puede hacer más comprensible y soportable el sufrimiento, y supone una manera de afrontar momentos de estrés extremo.
Sin embargo, estas investigaciones han sido realizadas en su mayoría en Estados Unidos, país en el que la religión se considera importante tanto a nivel comunitario como a nivel individual. Pero éste no es el caso de Europa, donde en muchos países la religión juega un papel secundario en las actividades cotidianas de los ciudadanos.
Según una encuesta Gallup, los noruegos se encontrarían de hecho entre las personas menos religiosas de nuestro continente. Aunque la mayoría de los noruegos son miembros de la Iglesia Estatal de Noruega, lo cierto es que la religiosidad no suele impactar en sus vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario