La característica de la fuerza de la gravedad, es que provoca un movimiento uniformemente acelerado de 9,8 metros por segundo cada segundo.
Y esta aceleración, se produce igual en cualquier cantidad de masa.
Todos sabemos que para acelerar el coche necesitamos emplear más energía que para mantener una velocidad uniforme.
Como hizo Einstein con su tren, y sus observadores de dentro y de fuera, de lo que se trata, en un descubrimiento, es presentar un escenario posible, comprensible y verificable, de la hipótesis propuesta.
Imagina un pozo vacío, de cien metros de profundidad, y con un muelle, en el fondo.
Imagina un volante de inercia de cien kilos, y un cilindro de hierro, de ciento treinta y un kilo de peso, con un centímetro menos de circunferencia que la del pozo.
Atamos el cilindro al volante de inercia, y le dejamos caer.
Como el cilindro pesa más que el propio volante, y la posible resistencia del rozamiento, arrastra a su volante de inercia, a la velocidad de caída libre, de aceleración de 9,8 metros por segundo cada segundo, que se convierte en energía, de forma que, cuando el cilindro llega al fondo, en menos de diez segundos, el volante de inercia tiene la energía de su potencia por su velocidad de giro.
Y ADEMÁS el cilindro tiene su potencia por su velocidad de caída.
HEMOS DUPLICADO la energía potencial inicial, en la energía cinética del volante de inercia acelerado y en la del cilindro que cae acelerado.
Ya tenemos energía inagotable. Y SÓLO SE TRATA de emplearla bien.
Por ejemplo
El muelle, con unas pérdidas, por rozamientos, de un treinta por cien, le devuelve al cilindro a una altura de setenta metros. En menos de siete segundos.
Y cogido a otro volante de inercia, vuelve a caer, y le acelera, en menos de siete segundos, a la velocidad de la aceleración de 9,8 metros por segundo cada segundo, en setenta metros y su potencia. Que vuelve a estar duplicada en la velocidad del cilindro y en la del volante de inercia.
El muelle le vuelve a subir, al cilindro, a 49 metros de altura, con su treinta por cien de pérdidas de rozamientos.
Y le volvemos a colgar de otro volante de inercia, al que acelera otra vez, en proporción a los metros de altura y potencia. 100k, 49m.
El muelle nos le vuelve a reintegrar a una altura inferior, en otro treinta por cien, a 34 metros, y otro volante de inercia se engancha y se carga en la proporción de su potencia y altura y velocidad. De 34 m.
Con la misma siguiente operación se levanta a 24 metros.
En la siguiente a 16, y en la siguiente a 11, y en la siguiente 8, y a 5, y a 4
De forma que el conjunto de energía obtenida, en los distintos volantes de inercia, con el “combustible” de los primeros ciento treinta kilos, a cien metros de alto es
Cien kilos por su velocidad acelerada en cien metros
Más cien kilos por su velocidad acelerada en setenta metros
Más cien kilos por su velocidad acelerada en cuarenta y nueve metros
Más cien kilos por su velocidad acelerada en treinta y cuatro metros
Más cien kilos por su velocidad acelerada en veinticuatro metros
Más cien kilos por su velocidad acelerada en dieciséis metros
Más cien kilos por su velocidad acelerada en once metros
Más cien kilos por su velocidad acelerada en ocho metros
Más cien kilos en su velocidad acelerada en cinco metros
Más cien kilos en su velocidad acelerada en cuatro metros
Un total de energía, en términos de altura, acumulada en los volantes de inercia, de TRESCIENTOS VEINTIÚN METROS por cien kilos de peso
Frente a volver a subir ciento treinta kilos, para reiniciar el proceso, cien metros.
QUE ES LO MISMO que cien kilos ciento treinta metros.
Con lo que el disponible limpio y libre es de cien kilos en 191 metros de altura.
Con la diferencia ADICIONAL DE LA ACELERACIÓN acumulada en los volantes de inercia, ya que la recuperación del cilindro, al hacerlo a una velocidad uniforme, gasta aún menos energía.
Cien kilos, a 191 metros de altura, de excedente, cada DOS MINUTOS, en el espacio de una plaza de aparcamiento, funcionando las veinticuatro horas.
Como en cada hora hay treinta veces dos minutos, en veinticuatro horas hay 720 veces dos minutos, cada día, cada pozo de cien metros, en cada plaza de aparcamiento, nos producirá la energía de cien kilos a 137 kilómetros de altura.
Impresionante.
Y suficiente para terminar con la crisis actual y poner en marcha el mundo nuevo en paz y abundancia, en amor y gratitud, al espíritu del hombre.
Energía inagotable, limpia y gratuita.
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