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urante tres años, investigadores de Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos han analizado partículas del suelo marciano recogidas por la misión Phoenix a Marte. Los científicos publicaron sus hallazgos en la revista Geophysical Research Letters.
Phoenix, una astronave robótica de exploración marciana lanzada al espacio por un consorcio internacional dirigido por la NASA, aterrizó en el Planeta Rojo en mayo de 2008. Los científicos de la misión encargados del control terrestre de la misma desde la Universidad de Arizona (Estados Unidos) utilizaron los instrumentos de a bordo para dar con indicios de vida microbiana. Phoenix aterrizó en la región ártica boreal del planeta con el fin de encontrar indicios de habitabilidad y analizar el hielo y el suelo de la superficie.
Las muestras de suelo extraídas por el brazo robótico de la nave se analizaron mediante un microscopio óptico, que produjo imágenes de partículas del tamaño de granos de arena, y un microscopio de fuerza atómica para generar imágenes tridimensionales de la superficie de partículas de hasta 100 micras de diámetro.
Los resultados del análisis del suelo sugieren que la extrema aridez del planeta se remonta a más de 600 millones de años. Estudios anteriores del hielo bajo la superficie de arena indicaron que Marte podría haber experimentado un periodo más cálido y húmedo hace más de 3 000 millones de años.
El equipo decidió buscar al microscopio partículas de arcilla formadas por la descomposición de la roca por efecto del agua para poder extraer conclusiones. Este tipo de partículas son un marcador importante de que se ha producido contacto entre agua líquida y el suelo pues conforman una población distintiva en el segundo. No obstante, los investigadores no encontraron ningún marcador de este tipo. Incluso aunque las partículas encontradas del tamaño adecuado hubieran sido de arcilla, estas no suponen más del 0,1 % de la proporción total del suelo en las muestras obtenidas, mientras que en la Tierra la proporción de este tipo de arcillas puede incluso superar el 50 % de la composición edáfica.
Los resultados del equipo también mostraron que el suelo de Marte estuvo expuesto al agua en su estado líquido durante 5 000 años como mucho desde su formación hace miles de millones de años.
El Dr. Pike del Imperial College de Londres, autor principal del estudio, comentó: «Descubrimos que, a pesar de la abundancia de hielo, Marte experimenta una supersequía que puede haber durado cientos de millones de años. Creemos que el Marte que conocemos hoy contrasta radicalmente con su historia primitiva, que tuvo períodos más templados y más húmedos tal vez más aptos para la vida. Ya hay planeadas más misiones conjuntas de la NASA y la ESA a Marte con el fin de horadar el planeta con más profundidad en busca de indicios de vida, que bien pueden hallarse ocultos bajo el suelo.»
Aunque los descubrimientos del equipo estén basados en el análisis de una región del planeta, estudios anteriores habían confirmado que el suelo de Marte mantiene una relativa uniformidad en todo el globo, lo que implica que es probable que estos resultados se puedan generalizar.
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