"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


martes, 12 de octubre de 2010

Midiendo los sentimientos de los perros

Ladran, destruyen cosas y hasta pueden hacer sus necesidades. Así se comportan los perros que se angustian cuando se les deja solos en casa. Un nuevo estudio demuestra que la ansiedad por la separación de sus dueños ocurre de manera frecuente en canes que tienen un comportamiento "pesimista". Los resultados permitirán predecir qué perros pueden desarrollar esta conducta para tratarlos y asegurar su bienestar.

"Sabemos que los estados emocionales de las personas afectan a su capacidad para juzgar las cosas. Las personas felices tienen más probabilidad de juzgar una situación ambigua de una manera positiva", afirma Mike Mendl, autor del estudio e investigador en la Universidad de Bristol (Reino Unido).
"Ahora parece que esto también es aplicable a los perros. Los que han mostrado un comportamiento ansioso al dejarles solos en casa también tendían a juzgar los hechos ambiguos de una manera negativa. Su comportamiento ansioso puede, por tanto, reflejar un estado emocional subyacente negativo", añade Mendl.
Los hallazgos, que se publican ahora en la revista Current Biology, apuntan además a que algunos perros tienden más a responder de manera ansiosa cuando se les deja solos. Esto puede estar relacionado con su estado de ánimo general.
"En los perros es frecuente que haya una conducta relacionada con la separación, de modo que predecir qué perros pueden desarrollarla y tratarlos adecuadamente es muy importante para garantizar un bienestar al animal", destaca el científico.
Medir los sentimientos de los perros
Los investigadores realizaron el estudio con 24 perros, machos y hembras, acogidos en dos albergues caninos de Reino Unido. El equipo realizó pruebas a cada animal para comprobar su ansiedad ante la separación. Para ello, uno de los científicos interactuó con cada perro en una habitación aislada durante 20 minutos y al volver al día siguiente a la habitación dejó solo a cada uno durante cinco minutos. Una cámara grabó los comportamientos de los animales.
En esos cinco minutos, los investigadores observaron que los perros ladraron, se encaramaron a los muebles, arañaron la puerta, y mostraron comportamientos repetitivos en diversos grados en función del perro.
Para estudiar el proceso de toma de decisiones de esos mismos canes, los investigadores los entrenaron para que esperaran en un lugar concreto de la habitación (ubicación positiva) un cuenco de comida lleno. Al situarlo en otro sitio (ubicación negativa) estaría vacío. Los investigadores situaron además el cuenco en puntos ambiguos entre las ubicaciones positivas y negativas.
Los perros que corrieron rápidamente hacia esas ubicaciones ambiguas, esperando encontrar comida, fueron clasificados como individuos que tomaban decisiones relativamente "optimistas", mientras que los que no se acercaron al cuenco fueron catalogados de "pesimistas".
Un análisis de los dos conjuntos de datos de conducta reveló que los perros que formulan juicios más "pesimistas" sobre si encontrarían un cuenco de comida lleno o vacío también expresaban conductas relacionadas con la separación.
Los resultados sugieren que el comportamiento que los propietarios consideran "problemático" también tiene connotaciones emocionales para los animales a los que afecta, a pesar de que el comportamiento en sí no se exprese. "La toma de decisiones "optimista" frente a la "pesimista" puede ser un valioso indicador nuevo de los sentimientos de los animales".
"Este estudio demuestra que algunos de los perros que muestran conductas relacionadas con la separación pueden tener estados emocionales negativos subyacentes. Por esta razón se anima a los propietarios a buscar tratamiento para mejorar el bienestar de sus perros", concluye Mendl.

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