Emplearon células madre embrionarias humanas porque que poseen la extraordinaria capacidad de convertirse en cualquier otra célula, y para simular la microgravedad en la Tierra, los científicos utilizaron una máquina diseñada por la NASA que mantiene las células alimentadas con oxígeno y nutrientes, mientras gira constantemente para mantenerlas en un estado de caída libre durante 28 días.
Después del experimento, las células mostraron grandes diferencias en el nivel molecular, el 64% de sus proteínas eran diferentes a las cultivadas en gravedad normal. Estas células expuestas a microgravedad generaron más proteínas que degradan los huesos y menos proteínas con efectos antioxidantes - que protegen contra los oxidantes reactivos que pueden dañar el ADN.
La microgravedad también influyó en los niveles de una amplia gama de otras proteínas, incluyendo las que participan en la división celular, el sistema inmunitario, los músculos y esqueleto, así como los niveles de calcio en las células y la motilidad celular.
Estos resultados en las células madre embrionarias no son un buen augurio para los intentos de la procreación en condiciones de microgravedad. Algunos de los riesgos negativos que puede tener la microgravedad en un embrión incluye la falta de maduración ósea, alteraciones de los vasos sanguíneos y corazón, retraso en el crecimiento neuronal, y tejido muscular alterado.
"El efecto que la microgravedad puede tener en el crecimiento del embrión o feto sería similar a un cuerpo adulto, pero el cuerpo de un adulto puede adaptarse a ambientes de microgravedad a diferencia de un embrión, del cual se desconoce su capacidad para adaptarse", dijo Helder Marcal, un ingeniero de tejido en la Universidad de New South Wales en Australia.
Pero esto no es tan malo, ya que ahora que conocen el problema su meta es aislar los efectos - quizás modificando genéticamente algo que sustituya la falta de gravedad - ya que la procreación en el espacio es algo inevitable.
Los científicos detallaron sus hallazgos en la pasada Conferencia sobre Astrobiología en Texas, por lo que, de momento olvídate de tu traje 2suit o las cuatro posiciones sexuales que detalla Pierre Kohler en el libro The Final Mision: Mir, The Human Adventure, sobre todo porque Virgin Galactic tampoco está interesada en el porno espacial suborbital.
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