L
a investigación se basó en el estudio de dos especies de bacterias que se encuentran en la tierra: la "Bacillus subtilis" y la "Bacillus licheniformus". Ambas reaccionaron de la misma manera al olor del amoníaco -un nutriente básico de las bacterias- que desprendía la otra.
Como parte de esta respuesta cada una de las bacterias generó su propia biopelícula bacteriana, utilizada por las bacterias para unir fuerzas y colonizar una zona o expulsar a sus rivales. La respuesta iba disminuyendo en la medidas que los investigadores acortaban la distancia entre las dos colonias de bacterias.
El resultado de la investigación demuestra que las bacterias tienen al menos cuatro de los cinco sentidos que tienen los seres humanos: pueden "ver" ya que reaccionan a la luz, sienten al entrar en contacto físico, poseen el "gusto" al entrar en contacto directo con los elementos químicos de su entorno y ahora, pueden "oler" al detectar las moléculas en el aire.
Uno de los investigadores que participó en la investigación, el profesor Grant Burgess (director del Laboratorio Marino de la Universidad de Newcastle), señaló que la investigación demuestra por primera vez que el sentido del olfato existe incluso en las bacterias más simples.
Burgess agregó que si bien la investigación se encuentra en una etapa muy temprana, representa un gran avance para demostrar el grado de complejidad que poseen las bacterias, así como también la manera como utilizan distintos caminos para comunicarse entre ellas.
Las infecciones bacterianas matan cada año a millones de personas, por lo que descubrir la forma como se comunican nuestros enemigos es un paso importante para ganar esta guerra
Según los investigadores le biopelícula es una de las principales fuentes de infección causadas por el instrumental médico contaminado; tales como las válvulas cardiacas, las caderas artificiales en incluso, los implantes mamarios.
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