"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


viernes, 8 de abril de 2011

Historias sobre pájaros metálicos

El zumbido de un motor se impone al gorjear de tucanes y chillidos de mono. El extraño sonido, que llega del cielo, ha alertado a una familia indígena que se afana en pelar mandioca. La hija mediana, que no parece superar los diez años, conserva aún un machete en su mano; mientras contempla absorta, con una expresión casi divina, el enorme pájaro metálico que sobrevuela las copas de los árboles más altos. Sus hermanos permanecen también boquiabiertos, atentos allá arriba, donde el dedo de su madre ha señalado. Sus progenitores, más diligentes, cargan sus arcos dispuestos a enfrentar la posible amenaza. Es probable que ellos sí hayan escuchado historias sobre pájaros metálicos en sus intercambios con otras tribus.
Chamán de la amazoníaEste pequeño clan, que viste taparrabos y pinta sus cuerpos de rojo, es la evidencia de que aún existen tribus aisladas en la Amazonia. El avión que les sobrevuela y fotografía depende del departamento de asuntos indígenas del Brasil.
Las fotografías han tenido que hacerse públicas para desechar las acusaciones de invención, que esgrimen algunos funcionarios de los gobiernos peruano y brasileño. Esta tribu es un ejemplo más de la fragilidad de la biodiversidad biológica y cultural. Madereros peruanos irrumpen ilegalmente en su territorio, territorio protegido. Esta invasión contribuye a degradar su hábitat y pone en peligro su continuidad. Es posible que a sus descendientes no les quede más opción que vestir traje y corbata, y trabajar quizás en alguna consultoría. Aunque lo más probable, es que destruido su hábitat no lleguen nunca a adaptarse y se vean obligados a vivir en la indigencia, a las afueras de algún suburbio, dándose al alcoholismo como les sucedió a sus primos del norte.
No deja de asombrarme la capacidad del ser humano para destruir especies y culturas a un ritmo incombustible. La sobrecogedora y rutinaria masacre de delfines en Taji (Japón), denunciada por Louie Psihoyos y Rick O’Barry (el entrenador de Flipper) en el documental The Cove, es otra pequeña gota en este océano.
No contentos con destruir lo vivo, arremetemos también contra el legado arqueológico y de interés científico. Permitimos que se expolien los restos de los mamuts que surgen del deshielo en Siberia, para comercializar sus colmillos o comer su carne.
Mientras que con una mano premiamos al entomólogo que acuñó el término biodiversidad, con la otra lanzamos redes de arrastre, contaminamos y degradamos el fondo marino, y ponemos en peligro especies que todavía ni conocemos. ¿Es posible que estemos esperando a vivir en un universo de vinilo y metal, donde suspirar por la biodiversidad perdida, mientras revisionamos un viejo DVD?





Foto: Gleison Miranda/FUNAI/Survival

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