Los materiales arrastrados por las olas, compuestos por sedimentos detríticos con cantos y fragmentos angulosos de todo tipo, y conchas y moluscos, se depositaron sobre la plataforma de lavas de Teno, en el extremo noroccidental de Tenerife. Se han conservado hasta la actualidad gracias a su litificación y recubrimiento por una potente capa de suelos.
Para el equipo, este descubrimiento supone un hecho "excepcional ya que "es muy difícil encontrar en Canarias depósitos de tsunami debido a las costas acantiladas y la ausencia de plataformas costeras sobre las que se pudieran depositar los materiales arrastrados por las olas".
El incierto origen de los depósitos
Los depósitos de Teno se habían descrito y catalogado hace décadas como yacimientos paleontológicos con conchas, corales e incluso restos de peces, pero su origen era completamente desconocido.
Los depósitos ocupan varios kilómetros cuadrados de extensión, los afloramientos llegan hasta casi un kilómetro tierra adentro, y tienen un espesor de hasta un metro y medio. Los análisis y dataciones de los materiales depositados por los tsunamis permitirán verificar su origen y edad, y su relación con episodios concretos ocurridos en la isla.
Las características y composición de estos depósitos indican su relación con erupciones explosivas ocurridas hace entre 150.000 y 180.000 años que provocaron el desmantelamiento del edificio volcánico existente y la creación de la caldera de Las Cañadas.
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